lunes, 29 de enero de 2018

Cristiano Maduro

Lucas 8:15 “Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.”

La parábola del sembrador cuenta la historia de un hombre que sembró en diferentes clases de tierra, aquellos que fueron sembrados junto el camino la palabra no entra en sus corazones porque tienen un corazón duro como la tierra del camino, y esta situación aprovecha Satanás y roba la palabra que fue sembrada en su corazón. Cuántas veces escuchaste una palabra que hizo vibrar tu |corazón, y cuando saliste dijiste: yo quiero eso, tiene razón voy a cambiar; pero apenas saliste empezaste a pelear, a discutir o al llegar a tu casa en lugar de postrarte de rodillas lo que hiciste fue mirar televisión, o dormir. Satanás aprovechó y robó lo que fue sembrado en tu corazón.

Pero están los otros tienen que tienen hambre de Dios, pero no están sólidos, no tienen buenos fundamentos, escuchan la palabra y pareciera que permanecen en la palabra, pero vienen las pruebas, y le echan la culpa a Dios, se enojan con Dios, con la Iglesia, con el pastor, con todos; y vuelven a ser los de antes. Recuerdo a una hermana que parecía que estaba firme en el ministerio, pero le atacó la prueba… era la enfermedad de su abuelo…y culpó a Dios porque no lo escuchó. Los siervos son los más probados, porque nuestra fe tiene que ser probada, aquel que te dijo que el cristianismo era sin pruebas, un cristianismo fácil… te mintió.

También están aquellos que ponen los afanes de la vida arrebaten su tiempo con Dios, hay algunos que mientras no tienen trabajo los ves firmes en la iglesia, orando, clamando, sirviendo, ayunando, pero una vez que consiguen lo que quieren, dejan de buscar a Dios, mi hermano. Dejan que el trabajo los absorba, que los afanes de la vida, los absorba, Satanás les ofrece distracciones, para tenerlos atrapado.

Todas estas son estrategias que tiene Satanás para tenerte atrapado, bajo su control, porque el vino para matar, para robar y destruir, pero Jesucristo vino para traer vida, y vida en abundancia. Aquellos que deciden a amar Dios sobre todas las cosas, son aquellos que retienen la palabra, no importando las pruebas, no importando los afanes de la vida. Todos vamos a tener pruebas… las pruebas te convierten en una tierra fértil.

¿Cómo es eso posible? La tierra para ser fértil el labrador tiene que prepararla, le tiene que arrancar la maleza, tiene que arrancar las piedras, tiene que abonarla, tiene remover la tierra. Mi hermano para que tu seas tierra fértil Dios tiene que trabajar en tu vida, arrancando el pecado, arrancando tus hobbies, tus deseos, Dios tiene que trabajar en tu vida abonando tu vida con intimidad, con palabra, con bendiciones, con demostración de poder. Tiene que remover todo lo sucio y lo oscuro, cuando eres tierra fértil entonces la palabra puede ser sembrada en ti y esa palabra es la que da fruto al ciento por uno.

La clave está en la última palabra de este versículo… perseverancia. La perseverancia en los caminos del Señor es lo que te va a dar la victoria, no hay otra manera. Los frutos son aquellos que se dan con tiempo en la presencia de Dios.

Juan 15:4 “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.”

Apartados de Cristo no vamos a poder llevar fruto, hay un ejemplo que ilustra perfectamente esta situación, cuando estamos alejados de la fuente de vida que es Cristo estamos muertos, como la rosa, la rosa puede verse hermosa linda, pero la rosa una vez cortada empieza a morir, puede pasar un par de días o una semana, pero con el tiempo, la rosa se muere, aunque parezca bonita, igual puede ser que te veas bonito, y permanezcas en el ministerio, pero si no estás conectado con la fuente de vida que es Cristo no vas a durar en el ministerio, puede ser que estés un tiempo pero pronto te vas a cansar, porque lo estás haciendo en tus fuerzas.

Cristo dice permanece en mí, Cristo dice conéctate a mí, por eso no existen llaneros solitarios en la vida cristiana, necesitamos estar conectados con la fuente de vida, necesitamos pertenecer a un ministerio, a una iglesia, necesitamos congregarnos y dejar que Dios sea guiando nuestra vida.
Juan 15:2 “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.”

Aquel que no permanece en Cristo, Dios será quitándolo del ministerio, será quitándolo de la iglesia, Dios va a poner un su corazón ese sentimiento de no asistir, de renunciar, porque no permanece, porque no está conectado a esa fuente de vida.

Lucas 13:6-9 “Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? El entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después.”

Cristo compara la iglesia con una viña, dice que en la viña hay muchos árboles, algunos de esos árboles dan fruto, pero también hay algunos árboles que no dan fruto, a pesar de que durante tiempo el Señor trabajó en ellos, los preparó, los regó, los cuidó, pero son tercos, todavía tienen cosas oscuras en su corazón que no quieren soltar, hay pecados ocultos, o Dios no es su prioridad, se quedan allí sin dar frutos.

Y el Señor dice ¡córtalo!, están desperdiciando tiempo, espacio, tierra; se los ha cuidado se les ha dado lo que necesitan para producir; pero no lo quieren hacer… Hay ¿un tiempo de gracia?, si lo hay, pero también hay un tiempo donde Dios te va a pedir cuentas de lo que has hecho. Pero aun así hay un tiempo de Súper gracia… donde es tu última oportunidad para producir frutos. Pero si aun así no lo haces Dios te quitará del ministerio y Dios pondrá a otro en tu lugar, a alguien que quiera hacer lo que Él quiere. Dios tiene grandes planes para contigo, Dios quiere llevarte a otro nivel, pero lo que Dios está buscando es a alguien que quiera dar frutos.

Juan 15:2 “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.”

Y a aquel a quien Dios encuentre dando frutos, lo limpiará aún más, esto quiere decir que seguirá trabajando en tu vida, porque Él es fiel y terminará la obra que empezó en tu vida. Seguirá limpiándote, seguirá equipándote, hasta que alcances la estura perfecta en Cristo Jesús. Dios no quiere que te quedes en un mismo nivel, Dios quiere que tu crezcas en poder, en conocimiento, en unción, en autoridad. Dios quiere que tú vayas aumentando tu nivel; para que lleves más fruto.

Dios quiere que tú te conviertas en punta de lanza. En la punta de lanza, no existen seguidores, en la punta de lanza, puedes ser un diácono o un líder de turno, puedes ser un pastor, pero te estás moviendo en la misma unción, estás madurando todo el tiempo. No es necesario que te digan lee la Biblia, entra en oración, no es necesario que hagan recuerdo que tienes que servir, estás presente cuando se te convoca a servir en una campaña. Eres una persona que todo el tiempo está avanzando, que está creciendo, que está en movimiento, no te quedas estático. Estás dejando que Dios opere en tu vida, estás dejando que Dios limpie tu vida de toda cosa inmunda
Colosenses 1:10-12 “para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;”
Dios quiere que camines como es digno de un hijo de Dios, Dios quiere que te comportes como un hijo de Dios. Cuando estudias algo de historia te das cuenta que los hijos de los nobles se preparaban para gobernar, estudiaban en las artes de la guerra, la manera como caminaba el hijo de un noble era muy diferente a la manera de caminar del hijo de un plebeyo, mi hermano tu eres el hijo del Rey y no puedes caminar como cualquier mundano, no puedes caminar como cualquier pecador, es necesario que caminemos en los caminos de Dios.
Dice agradándole en todo, no dice que le agrademos en algunas cosas, o en casi todo, dice que es necesario que le agrademos en todas las cosas… ¿y cómo podemos agradar a Dios? Dando frutos, mostrando interés por las cosas de Dios, estableciendo prioridades. Preocupándote por conocer los planes de Dios en tu vida, preocupándote por conocer a Dios. Fortaleciéndote cada vez más en Dios

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