martes, 22 de agosto de 2017

Desaprender para ser usado por Dios

Romanos 8:30 “Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”

Dios desde el principio de los tiempos tiene planes con nuestra vida, la palabra nos enseña que Él ya nos conocía desde antes de la fundación del mundo, nos muestra que estando en el vientre de nuestra madre nos llamó a ser profetas a las naciones, nos llamó para ser portavoces de Dios, para llevar su palabra, para predicar Su evangelio, nos confirma esa palabra cuando nos entrega la gran comisión (Mateo 28:19).

Dios nos llamó y nos salvo de la muerte y nos sacó literalmente del infierno y nos llevó al cielo, pero no nos salvó simplemente para que estemos sentados en un banco en la iglesia, Dios nos llamó para que los sirvamos en su casa, para que le adoremos y le glorifiquemos.

Así que podemos decir: estoy aquí en el reino de Dios, porque el Dios de los cielos se propuso salvarnos, para Su gloria, y para mostrar en mí Su clemencia, su amor y su misericordia. Pero antes que todo, nos llamó para desarrollar una función en el Cuerpo que es la Iglesia.

Por eso es muy importante que el propósito de Dios para nuestra vida sea revelado. Todos los santos fuimos llamados a servir, la palabra ministerio tiene su raíz en una palabra latina cuyo significado se asemeja a servicio, a algunos Dios les dio un ministerio a tiempo completo: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, maestros; a otros Dios les dio un ministerio para dedicarse a tiempo parcial, pero todos fuimos llamados a desarrollar un ministerio o a participar de alguna función.

Es Dios quien llama a servirle, porque la Iglesia le pertenece a Dios: algunos están enamorados del ministerio y no de Dios, a algunos les encantan que los inviten a predicar, que el pueblos los vea, que los salude, que el pueblo los honren, que se los coloque en el liderazgo, pero no están enamorados de servir a Dios, estas personas normalmente sirven al ojo del hombre, hay un dicho que dice: el busca el llamado de los hombres, es porque no tiene el llamado de Dios.

En Números 17 se nos cuenta como Dios hizo florecer la vara de Aarón, el ministerio es así cuando Dios es el que te llama, Él hace florecer tu ministerio, Él te capacita, Él te prepara, Él te instruye, Él te equipa. A veces pensamos que Dios usa más a una persona que a otra, por ejemplo algunos piensan que Dios usó más a Pablo que a Pedro, porque Pablo estaba preparado, estaba más capacitado que Pedro. Pero eso no es cierto, Pablo sufrió más que Pedro.

2 Corintios 11:23-30 “¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias. ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno? Si es necesario gloriarse, me gloriaré en lo que es de mi debilidad.”

Pero ¿Por qué tuvo que pasar por esto? Porque tuvo que desaprender lo que aprendió a los pies de Gamaliel., había mucha carne en Pablo.

Filipenses 3:4-8 “Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,”

Moisés también tuvo que desaprender lo aprendido

Génesis 46:34 “entonces diréis: Hombres de ganadería han sido tus siervos desde nuestra juventud hasta ahora, nosotros y nuestros padres; a fin de que moréis en la tierra de Gosén, porque para los egipcios es abominación todo pastor de ovejas.”

Para los Egipcios era lo peor ser un pastor de ovejas

Éxodo 2:11 “En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos.”

Moisés creció como hijo de la hija del Faraón, es decir creció y se educó como un príncipe de la tierra de Egipto, pero Moisés conocía su origen y sabía que los esclavos era su pueblo, y Moisés pretendía liberarlos con su propia fuerza, pero Dios tuvo que enviarlo al desierto a desaprender lo aprendido y a aprender a confiar en Dios.

Éxodo 3:1 “Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios.”

Moisés al igual que Pablo tuvieron que desaprender lo aprendido para ser instruidos en los caminos de Dios y ser usados por Dios, mientras más te resistes a desaprender lo aprendido, más tiempo vas a pasar pruebas, más tiempo vas a pasar en el desierto.

En cambio cuando reconoces que no sabes nada, que tienes todo para aprender Dios trabaja en ti más fácilmente,

Hechos 4:13 “Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.”

1 Corintios 1:27-28 “sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es”

Cuando Dios llama a alguien, lo llama para hacer una obra nueva. Dios no edifica sobre fundamento humano.

Jeremías 1:10 “Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.”

Cuando entras al ministerio, lo primero que hace Dios es arrancar todo lo que aprendiste de los hombres (humanismo, intelectualismo, filosofías, Etc.) para luego comenzar a edificar. Ningún ministro viene capacitado a los pies de Cristo, todos somos varas secas que Dios reverdece. Por lo tanto si tú estás capacitado, y tienen una montonera de títulos en filosofía, psicología, teología, y diplomados, masterados, doctorados, y crees que son los títulos los que te van a dar la capacidad para llevar adelante el ministerio, te doy una noticia, estas en cero porque quien te tiene que capacitar, quien tiene que prepararte, quien te da la gracia y la unción para llevar adelante el ministerio es Dios.

Quien confía en sus títulos es como Saúl que le dio la armadura a David, confía en la mano del hombre, pero hay que ser como David que se quitó la armadura y fue le dijo a Goliat, “tu vienes contra mi con espada y Jabalina, mas yo voy contra ti en el nombre de Jehová de los ejércitos”, porque nuestras no son carnales, nuestras armas son espirituales y son poderosas para la destrucción de fortalezas.

Números 17:8 “Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras”

Al principio de ese pasaje dice al día siguiente, esto nos muestra que las varas pasaron una noche en el tabernáculo, la noche significa el momento de mayor deblidad, el momento cuando estamos vulnerables y el enemigo ataca, el enemigo siembra duda, desconfianza, las pruebas inician en nuestra vida. Pero si a pesar de las pruebas permanecemos en la presencia de Dios, a pesar de que estamos con problemas en casa, problemas en el trabajo, problemas con nuestros hijos, a pesar de las enfermedades seguimos firmes en la presencia de Dios, un nuevo día sale y la bendición ocurre y tres cosas que suceden:
  1. Reverdece, esto hace que de ti brote vida, antes estabas seco, ahora brota vida, hablas del ministerio, hablas de lo que Cristo está haciendo en tu vida, hablas de lo que Dios está haciendo en ti, por tu interior empiezan a correr ríos de agua viva, hay pasión, hay amor, hay entrega.
  2. Florece, lo segundo que hace es que empiezas a florecer, la flor es el órgano sexual reproductor de la planta, esto quiere decir que tu empiezas a reproducirte en otros creyentes, empiezas a evangelizar, si estás en un ministerio empiezas a invitar a otros creyentes, afirmas al hermano que está débil, levantas al caído, enseñas lo que sabes.
  3. Fruto, Llevas fruto mi hermano, tus acciones, tu manera de actuar, te conviertes en una persona madura, en Hebreo se utiliza la palabra ga^mal que indica que esas almendras estaban maduras
Hoy hermano querido te aliento a que abandones toda carne, todo orgullo, todo humanismo que has traido al ministerio, al servicio de Dios, porque no podemos hacer este trabajo espiritual con carne en nosotros, es necesario que el Espíritu Santo sea tomando el control de nuestras vidas.

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martes, 15 de agosto de 2017

Llevando la presencia de Dios

1 Crónicas  15:2 “Entonces dijo David: El arca de Dios no debe ser llevada sino por los levitas; porque a ellos ha elegido Jehová para que lleven el arca de Jehová, y le sirvan perpetuamente.”

El arca del pacto (arca de Dios, arca del testimonio, arca de Jehová) representa la presencia de Dios y solamente los levitas eran los encargados de poder llevarla, porque ellos habían sido elegidos por Dios mismo para servirle.

Los levitas son todos aquellos que cumplen una función dentro del templo y sirven en el templo, si tu cumples una función dentro del templo entonces eres un levita, y como levita has sido escogido por Dios mismo, fue Dios quien te eligió para servirle, aunque haya sido un hermano o el pastor que te invitó a formar parte del ministerio, fue Dios quien utilizó a ese hermano o a ese pastor para escogerte y que formes parte de los levitas.

Como levita eres responsable de llevar la presencia de Dios donde sea que vayas, donde sea que te encuentres, eres responsable de llevar la presencia de Dios en el colegio, en el micro, en el mercado, en tu casa, en tu trabajo. Como levita eres responsable de llevar la presencia misma de Dios.

Como levita Dios te ha elegido para servirle, pero el servicio no es solamente los domingos cuando formalmente le estas sirviendo en el templo, como levita Dios te eligió para servirle en todo tiempo, en todo lugar y en todo momento. Porque eres un levita a tiempo completo; eres un levita para siempre.

Pero David dijo esto después de algo terrible que pasó.

1 Crónicas 13:5-8 “Entonces David reunió a todo Israel, desde Sihor de Egipto hasta la entrada de Hamat, para que trajesen el arca de Dios de Quiriat-jearim. Y subió David con todo Israel a Baala de Quiriat-jearim, que está en Judá, para pasar de allí el arca de Jehová Dios, que mora entre los querubines, sobre la cual su nombre es invocado. Y llevaron el arca de Dios de la casa de Abinadab en un carro nuevo; y Uza y Ahío guiaban el carro. Y David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas, con cánticos, arpas, salterios, tamboriles, címbalos y trompetas.”

El arca había sido capturada por los filisteos, y llegó un momento en que los filisteos devolvieron el arca al pueblo de Israel. Pero David quería llevar el arca de Dios a Jersualén, y procuró hacerlo de la mejor manera que podía, preparó un carro nuevo, y preparó una gran fiesta, mas en el transcurso sucedió algo inesperado.

1 Crónicas 13:9-10 “Pero cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano al arca para sostenerla, porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió, porque había extendido su mano al arca; y murió allí delante de Dios.”

Los bueyes tropezaron y Uza que estaba cerca guiando el carro extendió su mano para sostener el arca y el furor de Dios se encendió y Uza murió en ese lugar porque había tocado el arca.

David estaba consternado dejó el arca el casa de Obed-edom, en ese momento David pidió que leyeran la ley de Moisés, que averiguaran que fue lo que sucedió y se dio cuenta que estaba haciéndolo mal. A pesar de sus buenas intenciones, esa manera no era la que Jehová había establecido para llevar la presencia de Dios.

Números 4:5-6 “Cuando haya de mudarse el campamento, vendrán Aarón y sus hijos y desarmarán el velo de la tienda, y cubrirán con él el arca del testimonio; y pondrán sobre ella la cubierta de pieles de tejones, y extenderán encima un paño todo de azul, y le pondrán sus varas.”
Dios había establecido que los levitas debían llevar el arca del pacto, nadie más podía hacerlo, para ello los levitas debían consagrarse, ellos debían llevar una vida consagrada (apartada) para Dios. Pero si leemos bien el arca tenía unas varas, los levitas no tocaban directamente el arca, habían unas varas que eran colocadas en unas argollas y de esta manera transportaban el arca, los levitas llevaban el arca sobre sus hombros.

David pretendía llevar la presencia de Dios de una manera que Dios no lo había establecido y eso ocasionó que el furor de Dios se encendiera contra un hombre y este muriera. Hoy en día algunos siervos pretenden llevar la presencia de Dios a su manera, pretenden servir a Dios viviendo una vida de pecado, o estando en pecado. Si estuviéramos en los tiempos bíblicos hubiesen caído muertos, pero como estamos en el tiempo de la gracia Dios permite que podamos corregirnos, cambiar, pero esa gracia se acaba y llega un tiempo que Dios pide cuentas, y si no hay arrepentimiento, si no hay un cambio de actitud ese mal siervo será desechado de la misma manera como lo fue el rey Saúl.

Cuando hay un mal siervo el furor, la ira de Dios se enciende, porque está permitiendo que el pecado se enseñoree en su vida, y eso trae muerte, si bien es cierto que no existe una muerte física inmediata, existe una muerte espiritual que es peor que la muerte física, hay un estancamiento ministerial, el crecimiento se detiene y como consecuencia trae la pérdida del ministerio, el alejamiento de Dios.

Por supuesto que no somos producto terminado, y que todos luchamos con ciertas áreas de nuestra vida, puede ser carácter, orgullo, vanagloria, Etc. Pero es importante que nos dejemos analizar por el Espíritu Santo para que sea Él mostrándonos que áreas de nuestra vidas necesitamos cambiar, necesitamos ser sensibles a su voz y dejarnos guiar por Él para que exista una renovación constante, un madurar constante, un crecimiento constante.

Cuando cargamos la gloria de Dios empleando métodos humanos, estamos ofendiendo a Dios, dejar las instrucciones divinas para implementar los sistemas y métodos del hombre es un menosprecio a la Palabra de Dios y una prostitución del ministerio. Sólo hay una manera de hacer las cosas de Dios y es conforme a lo ordenado por Dios.

Deuteronomio 10: “En aquel tiempo apartó Jehová la tribu de Leví para que llevase el arca del pacto de Jehová, para que estuviese delante de Jehová para servirle, y para bendecir en su nombre, hasta hoy”

Cuatro cosas Dios ordenó a los levitas
1. Llevar el arca, es necesario que nosotros transportemos la presencia de Dios todo el tiempo, como sacerdotes de Dios es necesario que nos convirtamos en tabernáculos móviles, de este pinto hemos estado hablando.

2. Estar delante de Dios, para poder llevar la presencia de Dios donde sea que vayamos es necesario estar delante de Dios, Dios quiere que nosotros vivamos delante de Él, Dios no quiere que seamos sólo visitas, Dios quiere tener una relación permanente con nosotros, para ello es necesario vivir en su presencia,

3. Servirle, como buenos cristianos deberíamos estar, permanecer y ser fieles por lo menos a un ministerio. Estar en un ministerio sirviendo a Dios nos permite acercarnos a Dios, permanecer firmes en su presencia, Dios quiere que le sirvamos, para que los propósitos de Dios se cumplan en nosotros.

4. Bendecir en su nombre, nuestra vida debe ser una vida de bendición para el pueblo para el hermano, cuando vayamos a un lugar debemos llevar bendición no maldición, ¿qué es llevar maldición? Llevar peleas, chismes, iras, contiendas, divisiones. Algo que nos debe caracterizar debe ser el amor y la unidad en Cristo. Por ejemplo cuando vayamos a casa de nuestros padres no les llevemos preocupaciones, no les llevemos problemas, no les demos trabajo, no les dejemos a nuestros hijos, ya hicieron mucho con criarnos a nosotros. Lo que deberíamos hacer es llevarles una ayuda económica, llevarles fruta, llevarles un regalo, darles alegría, eso es ser de bendición de una manera práctica.

Cuando nosotros estamos delante de Dios, cuando vivimos para servir a Dios, entonces somos de bendición para el pueblo y para las personas que están a nuestro alrededor, en ese momento podemos decir que llevamos la presencia de Dios con nosotros y Sus propósitos se cumplen en nuestra vida.

Hoy te aliento a que le pidas a Dios que te examine y te muestre que áreas de tu vida necesitas cambiar para poder llevar su presencia a todo lugar.

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jueves, 10 de agosto de 2017

Retroceder, ni para tomar impulso

Génesis 19: 24-26 “Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.”

En medio de una generación de pecadores había una familia que había decidido seguir a Dios, y al llegar el juicio, Dios decidió salvarlos, envió dos ángeles para rescatar a Lot y su familia; y todo estaba yendo bien, Lot y su familia estaban lejos y estaban sanos. Pero sucedió que la esposa de Lot miró atrás.

La pregunta ¿Por qué miró atrás? Muchos pueden ser los motivos y podemos hacer muchas conjeturas al respecto. Pudo haber recordado algo que dejó en su casa, pudo haber dado pena dejar todo lo que con esfuerzo había conseguido, pudo haberle dado lástima sus amigos que estaban siendo castigados; no sé el motivo por el cual la mujer de Lot miró atrás, no sé lo que pasó por su cabeza, pero lo que si sé, es que el hecho de mirar atrás sólo significó una cosa, despreciar las salvación que Dios le dio.

Lamentablemente algunos siervos también miran atrás, desean las cosas del mundo y no quieren consagrase tanto para Dios, no quieren limpiar su corazón, alguien alguna vez me dijo… mi corazón estaba con amargura y Ud enseñaba que no podemos servir si estamos amargados así que preferí dejar de servir. Terrible, en lugar de sanar su corazón, en lugar de buscar ayuda, en lugar de liberarse prefirió seguir amargado.

Dios te ha otorgado el privilegio de servirlo y de servir a los santos de su casa, no es posible que estemos mirando atrás, o estemos desando las cosas del mundo, al mirar atrás como lo hizo la mujer de Lot mostramos lo que realmente hay en nuestro corazón. Inestabilidad, doble ánimo.

Lucas 9:62 “Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.”

Dios no está buscando siervos que estén constantemente recayendo en viejos pecados, siervos de corazón inestable que vuelvan atrás, cuando miras atrás no puedes avanzar, cuando miras para atrás y avanzas te desvías.

2 Corintios 11:23-30 “¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias. ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno? Si es necesario gloriarse, me gloriaré en lo que es de mi debilidad.”

Nadie dijo que la vida cristiana iba a ser fácil, mucho menos la vida de un siervo. A este hombre lo único que lo detenía era la muerte.

Hechos 14:19-20 “Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad…”

Pablo sabía quién era, en sus cartas Tito 1:1 “Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo,”, Pablo sabía quién era su Señor, sabía a quién servía; Pablo lo tenía claro y cuando tomó su camino lo único que lo detuvo fue la muerte.

Me gozo en el Señor cuando hay esos siervos que a pesar de las dificultades económicas, a pesar de las enfermedades, a pesar de las pruebas, a pesar que tienen problemas, están firmes sirviendo al Señor, alabando a Dios, glorificando a Cristo. Fácil es servir a Dios cuando todo está bien, cuando tienes tu economía saneada, cuando tu esposa se sujeta, cuando tus hijos no son rebeldes, cuando no tienes problemas serios. Pero cuando el infierno se levanta y tu permaneces igual y es más te consagras a Dios más fuerte, eso es digno.

Job 1:20 “Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró,”

Aparentemente todo estaba bien en la vida de Job, el adoraba todos los días a Dios, era un hombre próspero, pero cuando cayó en desgracia, perdió todo…, hasta sus hijos, pero su mala suerte… Dios le dejó viva a su mujer, porque no era una mujer buena, le dice “maldice a Dios y muérete”, esa mujer sólo adoraba a Dios cuando todo estaba bien, pero en época de dificultad, abandonaba a Dios. Sus amigos se acercaron y empezaron a acusarle que estaba en pecado. ¡Terrible!!! Pero Job mantuvo su integridad.

Pero después de soportar la prueba, después que su integridad fue probada Dios lo bendijo al doble, si hoy estás en prueba y si te mantienes fiel a Dios… sirviendo, prepárate porque después de la prueba viene la bendición, Dios tiene algo grande para ti, Dios quiere llevarte a otro nivel. Pero la bendición más grande que Job pudo haber tenido no fue la bendición económica, fue la bendición espiritual

Job 42:5 “De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.”

Al finalizar la prueba Job conoció a Dios de una manera diferente, lo conoció intimamente, esa es tu bendición más grande, ser un íntimo de Dios. Esa es la bendición más grande conocer a Dios, conocerlo de una manera diferente. Pero eso es a causa de la fidelidad, de la perseverancia. La bendición te va a llegar si no desmayas.

David fue ungido como rey de Israel cuando tenía 17 años, pero para llegar a ser rey tuvo que matar a un gigante, tuvo que vivir perseguido como un criminal, tuvo que vivir en cuevas, su lealtad tuvo que ser probada, a pesar que Saúl lo buscaba para matarlo, David le perdonó la vida 2 veces, y pasaron más de 20 años para que David fuera Rey de Israel, pero fue tan grande el amor y la fidelidad que David tenía por Dios que Jesucristo es descendiente de David.

No seas como el pueblo de Israel, el camino de Egipto a la tierra prometida es de 12 días, pero ellos estuvieron 40 años en el desierto. Era un pueblo quejoso, era un pueblo que se corrompía y cuando las cosas iban mal buscaban a ídolos, eran un pueblo que tenía mentalidad de langosta… claro ellos decían ellos son gigantes y nos ven como langostas. A causa de la infidelidad ellos vagaron por 40 años en el desierto y toda una generación quedo enterrada en el desierto.

Hay algunos siervos que se quejan de todo, se quejan de los discipulados, se quejan de que tienen que estudiar, se quejan de los exámenes, se quejan que tienen que orar, se quejan de todo, la queja no va a permitir que Dios te use, la queja te va a mantener en el desierto. No se tu pero yo no quiero quedarme en el desierto, yo quiero entrar a la tierra prometida. Así que he quitado de mi vida la queja.


Hoy te aliento a que pongas la mirada en Cristo y no en los hombres, te aliento a que tomes como ejemplo a estos hombres, a que no desmayes en tu compromiso con Dios, en tu servicio, a que perseveres y te agarres de Dios de la misma manera manera como lo hizo Jacob cuando estuvo frente a Dios, y le dijo “No te soltaré hasta que me bendigas”, dile eso mismo hoy a tu Señor, voy a serte fiel, voy a servirte hasta el último día de mi vida, no te voy a soltar hasta que me bendigas.

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domingo, 6 de agosto de 2017

Testimonio

1 Samuel 2: 12-16 “Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová. Y era costumbre de los sacerdotes con el pueblo, que cuando alguno ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote mientras se cocía la carne, trayendo en su mano un garfio de tres dientes, y lo metía en el perol, en la olla, en el caldero o en la marmita; y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba para sí. De esta manera hacían con todo israelita que venía a Silo. Asimismo, antes de quemar la grosura, venía el criado del sacerdote, y decía al que sacrificaba: Da carne que asar para el sacerdote; porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda. Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza.”

Este es un incidente lamentable que nos muestra que cuando un ministro no vive bien el pueblo menosprecia la ofrenda a Dios, menosprecia la adoración y el pueblo empieza a pecar, es necesario que como ministros de Dios demos un buen testimonio al pueblo de Dios.

Dice la escritura que los hijos de Elí eran hombres impíos que no tenían conocimiento de Jehová, pero aún así eran sacerdotes de Dios, como siervos de Dios nosotros tenemos la responsabilidad de conocer a Dios, pero el conocimiento no viene de solamente leer las escrituras o saber hebreo y arameo, el conocimiento de Dios no viene por tener una educación formal o científica, el conocimiento viene por tener revelación de quien es Dios, el conocimiento de Dios viene por pasar tiempos de intimidad con Él.
En Génesis 4:1 dice la palabra que Adán conoció a su mujer, pero Adán ya conocía a Eva, el conocimiento que tuvo Adán fue un conocimiento que solamente se adquiere mediante la intimidad, o lo mismo que pasó con Job cuando reconoció que no tenía un conocimiento pleno de Dios y dijo en Job 42:5 “De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven”.

Muchos siervos tienen ese conocimiento, un conocimiento teórico, un conocimiento que no lleva vida, ese conocimiento nos conduce al legalismo, nos conduce al fariseísmo y podemos llegar a tener actitudes y el pueblo puede observar estas actitudes y el pueblo puede preguntarse y cuestionarse ¿Si ellos siendo siervos?, ¿Si ellos estando en el liderazgo?, ¿por qué yo no?

En cambio cuando tu vida es una vida de ejemplo de intimidad con Dios, cuando tu vida es una vida de servicio, tu vida es una vida de entrega de sacrificio, entonces esa clase de vida puede inspirar a toda una generación, de la misma manera como lo hizo el Rey David, que hasta hoy día su vida nos inspira a amar y servir a Dios de la misma manera que él lo hizo.

Los hijos de Elí se basaban en costumbres, los sirvientes venían con un garfio y sacaban lo que deseaban siendo que la palabra de Dios había establecido otra cosa

Levíticos 10:14 “Comeréis asimismo en lugar limpio, tú y tus hijos y tus hijas contigo, el pecho mecido y la espaldilla elevada, porque por derecho son tuyos y de tus hijos, dados de los sacrificios de paz de los hijos de Israel.”

Dios había establecido que una porción de las ofrendas fueran entregadas a los sacerdotes para su manutención, pero estos hombres habían cambiado lo que Dios había ordenado por tradiciones de hombres, esto mismo puede pasar hoy día cambiar lo establecido por Dios por costumbre de hombres. Esta clase de irreverencia trae la falta de conocimiento de Dios.

Los hijos de Elí no tenían respeto por las ofrendas consagradas a Dios, y el pueblo tenía conocimiento de esto, mis hermanos… nosotros tenemos el privilegio de ministrar cosas santas, en nuestro servicio, el hecho que nosotros llevamos el pan, el vino, las charolas, las mantas, los sobres, Etc. es necesario que tengamos conciencia que esas cosas son cosas consagradas para Dios, no son cosas nuestras, son cosas que han sido dedicadas a Dios, por más insignificante que te parezca, eso es algo que ha sido dedicado para uso exclusivo dentro del ministerio y ministrar al pueblo. Tú no vas a ver esas charolas sirviendo platos de comida, mucho menos con un vaso de cerveza. Porque de una misma fuente no puede brotar agua dulce y agua amarga al mismo tiempo, algo que es consagrado para Dios no puede ser usado para Dios y para el mundo. Como siervos de Dios, nuestra vida tiene que ser una vida consagrada para Dios, nuestra vida tiene que estar rendida a Él.

1 Samuel 2:17 “Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová.”

La actitud hacia las cosas santas de Dios de estos hombres llevaron al pueblo a menospreciar las ofrendas presentadas a Dios, para ellos, simplemente se volvió algo ritual, ir al templo empezó a convertirse en una costumbre; se perdió el verdadero significado de llevar las ofrendas a Dios. Cuando una familia se presentaba delante de Dios llevando sus ofrendas, era un tiempo de regocijo.

Levítico 23:37 “Estas son las fiestas solemnes de Jehová, a las que convocaréis santas reuniones, para ofrecer ofrenda encendida a Jehová, holocausto y ofrenda, sacrificio y libaciones, cada cosa en su tiempo”

Ese es el verdadero significado de presentar una ofrenda a Dios, estar alegre por las provisiones que Dios nos entrega, y como gratitud de parte nuestra entregamos las ofrendas a Dios. Pero ahora ¿en qué se ha convertido las ofrendas para ti, qué significan los diezmos para ti?, entregar porque los hermanos te ven o porque Dios te está viendo, dar tus diezmos y ofrendas simplemente para no pecar… y recuerdas Malaquias 3:8; o porque quieres reclamar las promesas de Dios.

Mi hermano… no se debe ofrendar ni para no pecar, no se debe ofrendar para cumplir un requisito, no se debe ofrendar ni diezmar para reclamar promesas de abundancia, lo debes hacer simplemente porque Dios es bueno contigo y quieres demostrarle lo agradecido que estás con Él, lo mucho que lo amas; cuando recuerdas que Dios es bueno contigo que no te ha faltado el pan sobre tu mesa, eso se convierte en una fiesta porque sabes que millones de personas mueren de hambre alrededor del mundo.

1 Samuel 2:22-24 “Pero Elí era muy viejo; y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes. No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová.”

Lamentablemente hay siervos que comenten pecados públicos, otros cometen pecados ocultos, pero no hay nada bajo el sol que no llegue a saberse. En este caso Elí conocía del pecado de sus hijos, pero simplemente los reflexionó y no los estorbó para que no siguieran cometiendo más pecado. ¿Qué dice la  palabra sobre alguien que peca?

Mateo 18:15-17 “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.”

No pretendamos ser más bueno que Dios, sólo hay uno bueno… Dios, nadie más lo único que podemos hacer simplemente es hacer lo que dice la Biblia, si alguien persiste en el pecado, apartarnos de él, hay otra versión más contundente sobre el pecador

1 Corintios 5:11 “Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.”

Tal vez hoy estas palabras no te suenen tan bonitas, pero no estoy aquí para caerte bien, estoy aquí para enseñarte, para mostrarte lo que dice la palabra  y dejar que el Espíritu Santo te muestre lo que necesitas cambiar, para poder crecer en el ministerio y ser usado por Dios de una manera poderosa.

El ministerio no es un lugar para ensayar a ver que tal te va… si Dios te ha puesto en este lugar es porque Él ha visto en ti un potencial que tu no te imaginas, es porque has pasado etapas, , es porque estás apto para poder servir. Por eso pasas un tiempo de prueba, en el cual estás madurando, y vas a continuar madurando.

Hoy te aliento mi hermano a que analices tu vida y pídele a Dios que te muestre si hay algún área de tu vida en la cual no estas siendo de buen testimonio, si eres obediente en casa de tus padres, si eres buen estudiante, si en tu trabajo eres leal a tu jefe, si en tu matrimonio eres buen esposo o esposa, si en el ministerio has sido fiel y has buscado de Dios, que Dios te muestre las áreas en las que debes cambiar para ser mejor siervo.

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sábado, 8 de julio de 2017

El sacerdocio

Números 8:19 “Y yo he dado en don los levitas a Aarón y a sus hijos de entre los hijos de Israel, para que ejerzan el ministerio de los hijos de Israel en el tabernáculo de reunión, y reconcilien a los hijos de Israel; para que no haya plaga en los hijos de Israel, al acercarse los hijos de Israel al santuario.”

El ministerio sacerdotal le pertenece a Dios, pero Dios decidió dárselo a los levitas, por lo tanto la mayor riqueza de un siervo de Dios no está en los bienes materiales… esas son las añadiduras, la mayor riqueza de un siervo de Dios es servir a Jehová mientras se está vivo.

Cuando un siervo de verdad puede entender que esto, el servir a Dios es su prioridad, el servir a Dios es una honra y un privilegio. Por eso es siervo, porque sirve a Dios, el haber sido escogido por Dios es lo mejor que le ha podido pasar.

Si le sirves a Dios ya lo tienes todo, ¿Es poca cosa servir al Rey del Universo?, puede ser que en un momento dado todos te abandonen, puede ser que te quedes sin nada como Job, pero puedes decirle al enemigo yo sé que mi redentor vive y del polvo me levantará, tu fe, tu servicio será probada. Recuerdo que todas las veces que decidí llevar mi compromiso con Dios a otro nivel, fueron las veces que el enemigo se levantó contra mía, pero al final Dios del polvo me levantó y no permitió que me quede allí, aun cuando todos me dieron la espalda… Dios siempre estuvo presente.

Cuando tu fe está fundada sobre la roca, cuando permaneces en el llamado que Dios te ha dado, te llevas la honra de haber servido a Dios. Dios no te pide que no tengas defecto… En Juan 15 Dios te pide que una sola cosa permanecer, permanece en tu llamado, permanece para que al final Dios te diga: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

Ser un siervo de Dios es tu mayor honra, servir a Dios es tu mayor riqueza, la casa que tienes, el auto que tienes, el ser amado, respetado por la congregación es simplemente añadiduras, la mayor riqueza es servir a Dios.

Josué 21:1-3 “Los jefes de los padres de los levitas vinieron al sacerdote Eleazar, a Josué hijo de Nun y a los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel, y les hablaron en Silo en la tierra de Canaán, diciendo: Jehová mandó por medio de Moisés que nos fuesen dadas ciudades donde habitar, con sus ejidos para nuestros ganados. Entonces los hijos de Israel dieron de su propia herencia a los levitas, conforme al mandato de Jehová, estas ciudades con sus ejidos.”

Josué 21:41-42 “Y todas las ciudades de los levitas en medio de la posesión de los hijos de Israel, fueron cuarenta y ocho ciudades con sus ejidos. Y estas ciudades estaban apartadas la una de la otra, cada cual con sus ejidos alrededor de ella; así fue con todas estas ciudades.”

Los levitas tenían dos lugares para vivir, por un lado estaban frente al tabernáculo, para cuidar la casa de Jehová, pero también estaban entre el pueblo, para reconciliar a los hijos de Israel, y que no haya plaga en ellos al acercarse al santuario. Por un lado estaban cerca del tabernáculo para cuidar de las cosas de Dios y estaban entre el pueblo para ministrar al pueblo, por eso ellos fueron esparcidos por toda la tierra prometida y ocuparon un lugar en medio de las once tribus, para estar cerca del pueblo.

Esas son las áreas de nuestro servicio, por un lado debemos estar cerca de Dios, presentarnos delante de Él todos los días, debemos estar cerca de nuestro Señor… necesitamos tener intimidad con nuestro Dios, necesitamos tener un encuentro a diario con Él, pero por otro lado también estamos en medio del pueblo, para servir, para enseñar, para exhortar, para corregir para instruir en la palabra.

Al estar en medio del pueblo, debemos ser como una lámpara para ellos, al ser levantados por Dios estamos siendo expuestos a las miradas por lo tanto necesitamos tener un buen testimonio de vida, aún más como siervos debemos ser ejemplo de buenos trabajadores, de buenos estudiantes, buenos hijos, buenos esposos, buenos padres, cuando eres un buen ejemplo, es más fácil que las personas se acerquen a pedirte un consejo, una palabra de aliento.

Como hombres es una cosa, pero como ministros de Dios es otra muy diferente; puede ser que seamos padres, hijos, esposos, abuelos, puede ser que tengamos amigos, seamos colegas, puede ser que encuentres muchos defectos en cada siervo. Pero el hecho que seamos sacerdotes del Dios altísimo cambia totalmente el asunto. Porque llevamos una investidura que no nos pertenece, un llamamiento que no es nuestro, ministramos cosas santas, llevamos una confianza que no merecemos. No podemos permitir que se ensucie la vestidura sacerdotal que llevamos puesta, porque esa vestidura no nos pertenece, esa vestidura le pertenece a Dios.

1 Reyes 18:30 “Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó…”

Nosotros como siervos necesitamos estar cerca del pueblo no solamente físicamente, necesitamos ser parte del pueblo para poder sentir el sufrimiento, la necesidad, y padecer juntos si es necesario, necesitamos sentirnos parte del pueblo, porque somos representantes del pueblo. De esta manera si el pueblo peca no diremos: “Ellos pecaron…” sino que diremos como dijo Nehemías hemos pecado, y no solo reconoció su pecado sino que también reconoció el pecado de sus antepasados. Como siervos le pertenecemos a Dios pero debemos sentirnos parte del pueblo.

Juan 17:16 “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.”

El ser ministros de Dios hace que nosotros ya no pertenezcamos a este mundo, vivimos en este mundo,  nosotros pertenecemos a Dios, por eso nuestros pensamientos deben estar claros… ¿qué deseas: la tierra o un lugar en la morada celestial con Dios? ¿Qué anhelas más: prosperidad material o prosperidad del alma? ¿Qué ambicionas más: autos, casas, dinero en tu billetera o a Dios que es dueño del oro y de la plata?

Cuando entendemos que le pertenecemos enteramente a Dios, podemos comprender a Pablo y su devoción al ministerio 1 Corintios 9:15 “…porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria. Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!”. Para Pablo era una necesidad anunciar el evangelio, para Pablo era una necesidad ejercer el ministerio para el cual fue llamado.

Cuando entiendes que le perteneces a Dios hay una necesidad en tu cuerpo, en tus huesos para ejercer el llamado de Dios, no puedes quedarte quieto, sabes que vives en este mundo pero ya no le perteneces a este mundo… ahora le perteneces a Dios; y dejas que Dios vea tus asuntos en este mundo mientras tú ves los asuntos de Dios en este mundo. Mira lo que dijo Pablo en otra ocasión.

Filipenses 3:7-9 “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él…”

Tal vez… antes atesorábamos las cosas materiales, antes atesorábamos y aspirábamos las cosas del mundo, pero ahora que Dios se ha revelado a nuestra vida, esas cosas materiales solo nos ata a este mundo y es mejor perderlas por amor a Cristo. Muchas veces en nuestro corazón está el dilema… las cosas materiales o Dios, el compromiso social o el servicio Dios, eso se convierte en un dilema cuando no tienes claro tu llamado.

A los siervos Dios va a pedirnos lo que más estimamos, no sé qué  es aquello en tu vida, pero en el caso de Abraham le pidió a su hijo Isaac, Abraham estuvo dispuesto a entregarlo, no le negó su hijo a Dios a pesar de que era lo que más amaba en la vida, estuvo dispuesto a sacrificarlo. Cuando salió a luz el corazón de Abraham, Dios cumplió su promesa y lo convirtió en padre de naciones. Puedes tú hacer lo mismo, puedes tu entregar lo que más quieres a Dios, tal vez Dios está pidiendo tu descanso, tu tiempo, tu profesión, tus sueños, tus aspiraciones.

Números 16:10 “y que te hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos de Leví contigo? ¿Procuráis también el sacerdocio?”

En Números 16: 1-14, Coré, Datán y Abirám se levantaron contra Moisés acusándolo de enseñorearse del pueblo y de monopolizar el liderazgo levítico, según ellos, toda la congregación era santa y Dios estaba en medio de ellos; con esto quisieron decir que todos eran iguales y que Moisés y Aarón se estaban levantando sobre la congregación. Pero Dios le reveló a Moisés las verdaderas intenciones de estos hombres, estos hombres tenían la ambición de ser sacerdotes.

Todos los sacerdotes eran levitas, pero no todos los levitas eran sacerdotes. Los levitas servían en el tabernáculo, aunque no ministraban en el culto a Jehová. Pero Moisés les hizo ver que ningún servicio hecho en el ministerio es insignificante. En el ministerio de Dios no hay posiciones, lo que hay son grados de honra.
Cada ministerio es importante en el culto, cada ministerio tiene su función y dentro de las funciones del ministerio cada lugar es importante, es tan importante que sirvas dentro del templo, a que sirvas recibiendo a los hermanos en el parqueo, o estés en las gradas controlando que no corran o suban a las oficinas, lo importante es que estás sirviendo a Dios, lo importante es que Dios está mirando el corazón con el cual estás sirviendo. La honra está en servir a Dios no importa el lugar donde estemos sirviendo.

Mateo 20:26 “Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor”

La grandeza del servicio no está en lo que haces, en el ministerio que sirves, la grandeza no está en si eres líder de turno, si eres colaborador o si eres líder de ministerio, la grandeza del ministerio está en el corazón con el que sirves.

1 Corintios 3:8 “Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.”


Pablo nos enseña que se alcanza la honra cuando vivimos y servimos de manera digna a Dios, por eso cada vez que sirves y piensas que estás en un lugar de poco honra o privilegio recuerda las palabras de Dios Números 16:9 “¿Os es poco que el Dios de Israel os haya apartado de la congregación de Israel, acercándoos a él para que ministréis en el servicio del tabernáculo de Jehová, y estéis delante de la congregación para ministrarles”.

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sábado, 1 de julio de 2017

Dios es tu herencia

Números 18:20 “Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel.”

Ya hemos visto que hemos sido honrados por Dios al momento de nuestro llamamiento porque nos ha levantado de en medio del pueblo, pero así como Dios nos llama al ministerio, Dios no nos abandona a nuestra suerte, sino que dice que Él mismo es herencia para nosotros… sus siervos.
Dios nos dice que nuestra herencia no es terrenal, nuestra herencia no se encuentra en la tierra sino que nuestra herencia es celestial, nuestra herencia es Dios mismo. Este es el pacto que Dios ha hecho con nosotros sus siervos: Tú eres mío y Yo soy tuyo.

La palabra dice que Jehová es tu guardador, Jehová es la sombra a tu mano derecha, porque hay un pacto Tú eres de Dios y Dios es tuyo, Él no te desampara ni de día ni de noche, hoy día dile a Dios este pacto es para mí, me apropio de este pacto, este día hago un pacto contigo, yo soy tuyo y Tú eres mío.

No es necesario que te afanes, cada día tiene su propio afán, Dios es un Dios que provee no te afanes porque vas a comer, o que vas a beber o por el techo sobre tu cabeza, Salomón con toda su riqueza no se vestía como las flores silvestres, que hoy es… y mañana ya no… y Tu vales mucho más que las flores del campo.

Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”

La palabra no te promete que todas las cosas se te van a proveer, lo que promete la palabra es no faltará el pan en tu mesa y si es necesario… Dios enviará a los cuervos para proveerte del sustento como lo hizo con el profeta Elías. Dios te promete que no te faltará la ropa. Porque tú eres un hijo del Dios viviente, tú eres hijo del Rey de reyes y como príncipe debes vestirte, como príncipe debes pensar y como príncipe debes actuar.

Josué 13:33 “Mas a la tribu de Leví no dio Moisés heredad; Jehová Dios de Israel es la heredad de ellos, como él les había dicho.”

Dios no quería que los Levitas tuviesen una herencia en la tierra, porque era necesario que los Levitas aprendan a depender de Dios, nosotros como siervos nuestra dependencia está en Dios no en la tierra, no en el hombre, nuestra dependencia debe estar puesta en el Dios de los cielos.

Mientras las tribus dependían de la lluvia temprana y tardía, los levitas sólo dependían de Dios, mientras las tribus dependían de que la tierra diera sus frutos, los levitas sólo dependían  de Dios. Mientras los otros dependen de la economía de las circunstancias, mientras los otros dependen del clima, de la tierra, nosotros vivimos por fe, nosotros dependemos de Dios, nosotros recibimos los sueños de Dios y creemos que Dios cumple nuestros sueños porque no son nuestros sueños ni nuestros deseos, son los deseos de Dios, porque nuestro espíritu está alineado al Espíritu de Dios.

Pero por un momento trasládate a ese momento cuando Josué reparte la tierra entre las tribus de Israel ¿Cómo te sentirías si vieras cómo se reparte la tierra entre todos tus hermanos y a ti no te toca nada? Tal vez te sientas molesto o enojado, tal vez te sientas que no tienes nada, pero un momento detente y piensa… tú tienes la mejor parte, tu parte es Dios mismo, tu herencia es el mismo Dios, los otros tendrán tierras, los otros tendrán posesiones, riquezas, pero tú tienes lo mejor… Dios, tú tienes lo mejor… salvación.

Cuando Pablo se quejaba a Dios sobre su aguijón Dios simplemente le dijo a Pablo bástate mi gracia, ¿Quieres tener posesiones materiales? ¿Quieres tener fama? ¿Quieres tener riquezas? El ministerio no te garantiza ninguna de esas cosas… es probable que Dios con el tiempo de las dé para que su palabra sea extendida por el mundo entero, es probable que Dios te la de para extender las estacas de su reino… pero no te garantiza. Lo que si te garantiza es que tu herencia es Dios mismo.

Salmos 2:8 “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.”

Tener bienes materiales es poseer algo que tiene límites, mientras que tener a Dios de tu lado es poseerlo todo, no mal interpretes no está mal tener tierras, no está mal posesiones, no está mal tener riquezas, lo importante es no poner la mirada en esos bienes materiales, lo importante es para ¿Qué utilizas esos bienes? Para tu propio beneficio o para extender el reino de Dios.

¿Qué es poner la mirada en las posesiones? Un hombre que tenía muchos bienes un día dijo: regocíjate alma mía porque tienes bastante, necio esa noche tu alma será pedida. Es confiar en la habilidad, es confiar en la riqueza, es confiar en lo que puedes lograr sin la ayuda de Dios. Pero recuerda que es Dios quien da la habilidad para hacer las riquezas.

Dios dice: Ocúpate de mis asuntos y yo me ocuparé de los tuyos, ocúpate de Mí carga y yo me ocuparé de la tuya. Como siervo de Dios nuestro deber es ocuparnos de los trabajos ministeriales, de los evangelismos, de las campañas, de  las vigilias, de los retiros, de los servicios, de las necesidades del hermano, de buscar de Dios, de aprender de la palabra, lo demás mi hermano es añadidura.

Los levitas no se entregaron voluntariamente a Dios, sino que fue Dios quien los escogió, pero también Dios se entregó a los levitas, el Señor los escogió para tener una relación más íntima con ellos, pero hoy en la gracia es diferente nosotros nos entregamos voluntariamente a Dios para servirlo y nos convertimos en doulos, nos convertimos en esclavos por amor, ahora somos nosotros los que anhelamos tener una relación más íntima con nuestro Dios. En apariencia los levitas fueron limitados en sus posesiones terrenales, pero Dios les dio todo lo que era suyo. Hoy Dios al ver nuestro amor por Él nos da lo que le pertenece Salmos 2:8 “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.”.

1 Samuel 1:8 “Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? Y ¿Por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?”

Cuando Ana lloraba porque no podía concebir un hijo, su esposo Elcana se acerca y le pregunta ¿No te soy yo mejor que diez hijos? Dios hoy te pregunta ¿No soy yo mejor que las tierras, que la fama, que el dinero, que las riquezas?… Yo soy tu herencia.

Muchos como siervos pasamos por dificultades económicas, por pruebas, por limitaciones, hoy a todos ellos Dios les está diciendo Yo soy tu herencia, yo voy a suplir tus necesidades.

MI hermano en ningún momento he dicho que tener posesiones está mal, no estoy condenando el tener bienes materiales, no quiero que te vayas con esa idea. Es más Dios quiere que tengas en abundancia, pero Dios no quiere que lo busques o estés en el ministerio por las riquezas, porque las riquezas en el ministerio, no son los logros, ni los reconocimientos, la riqueza del ministerio es la presencia de Dios, nuestro mayor galardón es Dios mismo.

3 Juan 1:2 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.”


Amado consiervo Dios tiene una promesa para tu vida, Dios es tu herencia y tu Padre y como tal desea que tú tengas prosperidad en todas las áreas de tu vida. Dios no quiere que sufras, ni que tengas escases, pero es necesario que primero busquemos una prosperidad integral, una prosperidad del alma, para que aquello que está en lo espiritual se haga realidad en lo físico.

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sábado, 24 de junio de 2017

Le perteneces a Dios

Números 8:14 “Así apartarás a los levitas de entre los hijos de Israel, y serán míos los levitas.”
Dios había establecido que todo primogénito sería de Él, todo el que abriere la matriz debería ser consagrado para Dios, cuando Dios sacó a Israel de la esclavitud de Egipto, Dios apartó para a los levitas y los consagró, de esta manera hay una sustitución, en lugar de que cada primogénito sea consagrado para Dios, Dios tomó toda una tribu en lugar de los primogénitos.

Éxodo 32:26-28 “se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví. Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres.”

Cuando Moisés bajo del monte con las tablas de la ley, vio que el pueblo estaba adorando a un becerro de oro, y cuando Moisés llamó a la purificación y los únicos que estuvieron dispuestos a sacar el pecado del pueblo fueron los levitas.

Queridos hermanos ustedes están aquí porque escucharon el llamado, a muchos fueron llamados… pero ustedes fueron los que dijeron heme aquí, ustedes están dispuestos a sacar el pecado de su vida, a ser limpiados por la palabra, a ser instruidos por Dios y dejar que Dios los moldee, por eso Dios los escogió como levitas de su pueblo, por eso Dios los levantó y les dio la honra de ser llamados siervos del Dios altísimo.

Por eso ahora que somos levitas nuestra vida es una vida de consagración a Dios, esto nos muestra que al haber sido redimidos por Dios ya no vivimos según lo que nosotros queremos sino que vivimos para Dios, esto quiere decir que aquellos que servimos a Dios debemos tener un celo santo por las cosas de Dios. Dejamos que Dios maneje nuestra agenda, dejamos que Dios maneje nuestro tiempo, dejamos que Dios maneje nuestra vida. Y ahora estamos dispuestos a servirle cada vez que somos llamado a campaña, retiro, vigilia, a pesar nuestro cansancio a pesar de nuestros problemas, hemos decidido dejar todo por servir a nuestro Señor, a aquel que derramó su sangre por nosotros.

Hebreos 5:6 “Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.”

La Palabra nos enseña que somos sacerdotes para siempre, nuestro llamado es hasta el último día de nuestra existencia o hasta que Cristo venga… lo que ocurra primero!!! J. El ministerio no es algo que podemos tomar ahora y dejarlo después, es algo por lo que Dios nos va  a pedir cuentas el día de mañana, de la misma manera como pidió cuentas a los siervos de la parábola de los talentos. Tus talentos fueron puestos al servicio de Dios?

Pero lo hermoso de nuestro sacerdocio es que no está basado en una genealogía, sino en nuestra fe, en nuestra entrega, en nuestra consagración. Hoy es cuando necesitamos ser consagrados a Dios.

Hebreos 12:23 “a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos”

La palabra nos enseña que nosotros somos una congregación de primogénitos, al ser en primer lugar una congregación de primogénitos, una congregación de sacerdotes, hemos sido creados para servir al Señor.
Es poca cosa decir que somos de Dios, por supuesto que no… es como cuando trabajas en una empresa, puedes decir pertenezco a tal empresa y mientras más grande es la empresa, más orgulloso te sientes… dime que cosa más grande hay que pertenecer a Dios.

Números 8:11 “y ofrecerá Aarón los levitas delante de Jehová en ofrenda de los hijos de Israel, y servirán en el ministerio de Jehová.”

Números  13-14 “Y presentarás a los levitas delante de Aarón, y delante de sus hijos, y los ofrecerás en ofrenda a Jehová. Así apartarás a los levitas de entre los hijos de Israel, y serán míos los levitas.”

Números 18-19 “Y he tomado a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel. Y yo he dado en don los levitas a Aarón y a sus hijos de entre los hijos de Israel, para que ejerzan el ministerio de los hijos de Israel en el tabernáculo de reunión, y reconcilien a los hijos de Israel; para que no haya plaga en los hijos de Israel, al acercarse los hijos de Israel al santuario.”

Aarón ofreció a los levitas como una ofrenda para Dios de parte de los hijos de Israel, una ofrenda es algo que se da de manera voluntaria, por eso cuando tu entras al ministerio tienes que hacerlo de esa manera voluntaria, no puedes servir por presión o por obligación a nadie. De esta manera tu ofrenda es algo que es aceptable para Dios.

Sabes que cuando se presenta una ofrenda siempre entregas lo mejor, por eso mi hermano hoy vengo a decirte de parte de Dios que tu eres lo mejor que tiene Tiempo de Cambio  tiene para ofrecer a nuestro Señor.

Pero aquí hay algo espectacular, esa ofrenda  que Tiempo de Cambio da nuestro Dios, Dios la deja en la misma Iglesia como un don como un regalo para la misma Iglesia, para ejercer el ministerio y ser de bendición para la misma Iglesia.

Que maravilloso el aceptar el llamado de Dios que convierte en una ofrenda viviente para Dios y en un regalo para el pueblo, eso es lo que pasa literalmente cuando te ungen como un diácono. Tu vida es una ofrenda para Dios y tu servicio se convierte en un regalo para el pueblo.

Números 21-22 “Y  los levitas se purificaron, y lavaron sus vestidos; y Aarón los ofreció en ofrenda delante de Jehová, e hizo Aarón expiación por ellos para purificarlos. Así vinieron después los levitas para ejercer su ministerio en el tabernáculo de reunión delante de Aarón y delante de sus hijos; de la manera que mandó Jehová a Moisés acerca de los levitas, así hicieron con ellos.”

Nosotros como levitas es necesario que nuestra vida sea una vida de purificación, por supuesto que no somos productos terminados, pero lo importante no es como nos estamos viendo en este momento, lo importante es la manera como Dios nos está mirando, lo importante es como Dios nos mira, y Él nos está mirando como producto terminado, pero para ello es necesario que nos purifiquemos todo el tiempo, purifiquemos nuestra vida, nuestros pensamientos, nuestro corazón, porque ya estamos apartados para Dios,.

Purificarnos es cuando sacamos toda la suciedad que hay en nosotros, todo lo inmundo, todo lo impuro, purificarnos es sacar de nuestra vida todo lo que hemos traído del mundo. Pero no basta solamente con purificarnos, la palabra también enseña que debemos lavar nuestras vestiduras y presentarnos limpios, revestidos del poder del Espíritu Santo, entonces podemos servir a Dios, antes no.

Para que algo naturalse convierta en algo sobrenatural tiene que pasar por el proceso de la santificación, por eso los ministros tienen que ser purificados, lavados por la sangre de Cristo, para ser luego ofrecidos a Dios como ofrenda y después de todo aquello ejercer su ministerio en el templo de Dios, es necesario que te preguntes si como siervo de Dios has pasado por todo ese proceso? Si no es así hoy te aliento a que inicies el proceso de la santificación en tu vida.

Dentro de las ofrendas que le agradan a Dios están las primicias, Dios merece lo primero y lo mejor, las primicias siempre serán de Dios y como ministros de Dios reemplazan a lo “primero” delante de Dios, nos convertimos en una primicia por sustitución. Esa es nuestra honra, que Dios escogió lo primero, Dios nos ha escogido de en medio de su pueblo.

Samuel 1:28 “Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová…”

Ana cuando dedicó a Samuel, ya no podía hacer planes para la vida de Samuel, ya no podía llevárselo a casa, ya no podía vivir con él, ¿lo amaba? Si, pero ya no le pertenecía a ella, ahora la vida de Samuel le pertenecía a Dios.

Pablo lo dijo claramente

2 Timoteo 2:4 “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.”

Un ministro de Dios ya no vive para agradarse a si mismo, vive para agradar a aquel que lo reclutó, o sea vive para agradar a Dios. Cuando como ministro entiendes que tu vida ya no te pertenece, sino que le pertenece a Dios… ya no tienes que llegar al cielo para decir “Yo soy de Dios”. Vives ahora siendo de Dios, disfrutas ahora siendo de Dios, te gozas ahora siendo de Dios.

Cuando recuerdas que ahora eres de Dios, cuando entiendes esa verdad, entonces siempre será tu servicio para Dios, entonces dejas todo por Dios, amas a Dios, le das lo mejor a Dios, entregas lo mejor a Dios, nunca miras atrás, nunca deseas lo que el mundo te ofrece, siempre está el ministerio primero, se acabaron los permisos por cumpleaños, se acabaron los permisos por las reuniones sociales, porque sabes que eres completamente de Dios, eres de Dios desde la punta de tu cabello hasta la punta de tus pies.

La pregunta que debes hacerte hoy es… ¿Quién soy yo? , si dices: ingeniero… esa es tu profesión, si dices boliviano… esa es tu nacionalidad, si dices hombre… ese es tu género. Tu eres un hijo de Dios, eres un siervo del Dios altísimo, recordar esto te libera de muchos conflictos en tu vida. Porque no es poca cosa que Dios haya puesto sus ojos en sobre tu vida y te haya apartado para Él, te haya sacado de en medio del pueblo para ponerte como príncipe.

Juan 3:27 “Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.”

Si algo bueno tenemos… eso viene de Dios, si podemos amar al pueblo, si podemos dirigirlo, si tenemos paciencia, si hay amor… es de Dios. Por lo tanto nuestro primer compromiso es amar, servir, obedecer y honrar a Dios.

Nehemías 8:5 “Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento.”

Cuando Esdras habló al pueblo de Israel estaba parado sobre una tarima, estaba en un lugar más alto que los demás, esto tiene un significado espiritual; Charles Spurgeon dijo que un ministro es como el reloj de una plaza. Piensa en unos años atrás. Cuando no habían celulares, ni internet. El reloj de la plaza era el que marcaba la hora, si tu reloj estaba mal, ponías la hora en función al reloj de la plaza. Tu vida como siervo de Dios tiene que ser un ejemplo para los demás, cuando todos los otros estén desorientados, deben mirarte, deben buscarte.


La Biblia dice que no se esconde la luz, Dios te sacó de las bancas y te puso por lumbrera para su pueblo, para que tu ayudes y guíes al pueblo, por lo tanto tu vida debe ser una vida de ejemplo para los demás. Esto no quiere decir que vamos a ser orgullosos, ni altivos, ni siempre estaremos en lugares altos para que las personas nos miren, o nos pongan una alfombra roja. Estamos hablando de la honra que trae el ser siervo de Dios, esa honra pone una demanda en nosotros… vivir una vida en santidad, y nos hace asumir una responsabilidad… ordenar nuestra vida. 

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viernes, 21 de abril de 2017

Manual de diáconos

Iglesia
  • Misión, Nuestra misión es traer el poder Sobrenatural de Dios a esta generación.
  • Visión, Evangelizar – afirmar – discipular – enviar
Ministerio
  • Misión, servir al pueblo de Dios en santidad para que el poder Sobrenatural de Dios sea manifestado.
Requisitos para servir

Hechos 6:3
“Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.”

1 Timoteo 3:2-12
“Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas.”
  1. Amar a Dios con toda el alma, con todo el corazón, con toda la mente, con todas las fuerzas.
  2. Sirvo a Dios, no sirvo al hombre.
  3. Asistir a las reuniones semanales, presentar las tareas me habilita para el servicio.
  4. Voy a servir en el turno que me comprometía a servir, hasta el último día de mi vida o hasta que Cristo venga, lo que ocurra primero.
  5. Ser puntual a la hora del servicio, estar una hora antes para entrar a la oración.
  6. No vestir con pantalones apretados, faldas cortas y/o apretadas, blusas escotadas, ropa transparente, no vestir ropa provocativa.
  7. Terminar el primer módulo y haber asistido al primer retiro.
  8. No vivir en concubinato.
  9. Ser bautizado.
  10. Servir en santidad, con manos limpias, no tener cuentas pendientes, tener buen testimonio.
  11. Estar en intimidad con Dios (mínimo 1 hora al día).
  12. Leer la Palabra de Dios de manera diaria.
  13. Pasar por sanidad y liberación una vez al año como mínimo.
  14. Asistir el día domingo a recibir palabra.

Cuidados en el servicio
  1. Estar aseado, con la boca bien limpia, con buen aliento.
  2. Llevar un lapicero, pañuelos, bolsas de plástico.
  3. No mascar chicle.
  4. Mantenerse en la posición asignada durante todo el servicio.
  5. Se debe estar atento, no estar alabando (alabar cuando se venga como pueblo) o con los ojos cerrados.
  6. Se deben cuidar los objetos personales de los hermanos.
  7. Cuidado con: los borrachos, brujos, o cualquier persona sospechosa.
  8. Al momento de acomodar a los hermanos procurar que ellos se sienten lo más adelante posible y al medio.
  9. Estar en contacto con los diáconos para informar sobre los asientos vacíos o cualquier irregularidad.
  10. En la Santa Cena decir "símbolo del cuerpo y la sangre de Cristo".
  11. La Santa Cena es personal, no se debe permitir que una persona tome pan y/o vino para otra persona.
  12. Cuidar de los muebles de la iglesia: que no peguen chicle, que no se paren en los asientos, basura en el piso.
  13. No permitir el uso del celular en el templo.
  14. No permitir el uso de gorra dentro del templo.
  15. Padres con niños pequeños se deben sentar de la mitad para atrás.
  16. Cuidar que los pasillos y las puertas estén despejadas.
  17. Las puertas de la entrada del templo deben estar siempre con alguien (Mujeres Inquebrantables o Diáconos).
  18. Al terminar la reunión estar presentes para la oración de entrega del servicio.
  19. Coordinar con los diáconos que están en la puerta y con los diáconos y otros siervos que están a mi alrededor.
  20. No estoy para discutir con las personas, en caso de que alguien no quiera obedecer, anotar su nombre y ministerio, reportarlo con mi líder de turno
Líderes de turno
  • Los líderes de turno deben verificar que el pan y el vino serán suficiente.
  • Asegurarse que al finalizar el servicio todo esté ordenado y limpio.
  • Empoderar a los diáconos antes del servicio.
  • Tomar asistencia de los diáconos asistentes a las reuniones semanales y de los servicios.
  • Hacer un seguimiento a aquellos diáconos que no asisten a las reuniones semanales y a los servicios.
  • Pastorear a los diáconos del turno.
  • Pasar por sanidad y liberación una vez al año como mínimo (obligatorio)
  • Pasar por la oficina del líder del ministerio una vez cada dos meses como mínimo (obligatorio)
  • Orar desponjándose de todo espíritu inmundo.
  • Levantar colaboradores y entrenarlos

Varios
  • Todos los diáconos antiguos deben tener un discípulo para guiarlos en el servicio.
  • Todos los diáconos nuevos deben tener un maestro para aprender de ellos respecto al servicio.
  • Estar disponible para servir en: los servicios, vigilias, campañas

Colores de Uniforme (servicio formales en el templo)
  • Camisas/Blusas: blanco, negro, rojo, amarillo, azul eléctrico
  • Pantalón/Falda: negro
  • Corbata/pañueleta/rosa: negro, amarillo, roja
Colores de Uniforme (campaña, retiros, vigilias, actividades no formales)
  • Poleras: azúl con blanco, roja
  • Pantalón: jeans


“Entrega a Dios lo mejor de tu tiempo, lo mejor de tus años, lo mejor de tu vida”.