jueves, 11 de junio de 2020

La trampa de la religión



Tenía aproximadamente unos 14 años, en aquella época mi mejor amiga (Emi) era cristiana, cuando hablamos sobre nuestra fe le decía: soy católico porque nací en una familia católica, no pienso cambiarme de religión, voy a morir siendo católico; lo cierto es que crecemos con una religión autoimpuesta por nuestros padres y por la sociedad, no tenemos la opción de elegir, al no poder elegir tenemos el problema de no sentimos identificado con nuestras creencias, por lo tanto la mayoría de las veces no practicamos nuestro credo, al no practica nuestras creencias surgen frases como: católico no practicante o cristiano no practicante.

Al no practicar nuestra religión, muchas veces hay en nosotros un sentimiento de culpa y estamos con un pie dentro de la iglesia y con otro fuera y de rato en cuando miramos al cielo para ver si alguien nos está mirando y para ver si caemos fulminados.

Si estamos en esta situación lo primero que necesitamos hacer es cuestionarnos todo: creencias, actos y 
pensamientos, ¿Por qué voy o no voy a la iglesia?, ¿Por qué sirvo?, ¿Por qué estoy leyendo esto?, ¿Por qué creo en Dios?, ¿Por qué creo en Jesús de Nazaret?, si te sientes obligado a hacer las cosas en la iglesia, ¡no la hagas!, todo debes hacerlo porque tienes la convicción de lo que estás haciendo es lo correcto.

Mateo 23:27 “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.”

Porque al final no se trata de lo que hacemos o de lo que decimos creer, no se trata de apariencias, se trata de lo que realmente somos por dentro, de qué sirve que vayamos a todos los servicios de la iglesia, que sirvamos en ministerios, que tengamos apariencia de piedad, si nuestro corazón está corrompido, si está lleno de maldad; no sirve de nada, porque no hay nada que podamos hacer para ganar el cielo, porque la salvación ha sido dada por gracia (Efesios 2:8-9).

En palabras sencilla religión es todo aquello que hacemos y creemos, pero lo cierto es que eso no nos lleva a ninguna parte, la mayoría de las veces eso trae un conflicto interno, infelicidad, porque nuestro cuerpo desea hacer algo y la “conciencia” nos dicta que hagamos otra cosa; si realmente queremos un cambio, necesitamos separarnos de todas estas cosas y empezar a buscar experiencias con Dios, pero esas experiencias necesitan salir de dentro del corazón, porque eso es lo que realmente eres.

Tantas veces he preguntado a las personas ¿Por qué eres cristiano?, la mayoría dice: porque nací en una familia cristiana, por la cultura, porque estaba en un problema fui a la iglesia y me ayudaron, Etc. Pero realmente no entiende lo que es ser cristiano, cuando digo cristiano también me refiero a católico. ¿Qué pasa si hubieses nacido en otro lugar?, hubieses sido budista, musulmán, judío; si no sabes porque eres cristiano, el día de mañana alguien va a venir a contarte alguna historia bonita de algún profeta, aparición o ángel y vas a dejar tu sistema de creencias y ritos para iniciar otros (cambio de religión) es necesario que empieces a cuestionar tu cristianismo y tengas la plena convicción de los motivos por los cuales eres cristiano.

Lo que necesitamos hacer es trabajar en nuestro interior, en lo que realmente hay dentro del corazón, porque el origen de la palabra religión es re-ligar (unir con intensidad, amarrar con intensidad, ¿Qué cosas?, Dios con el hombre), eso es logra solamente desde el interior mediante las experiencias con Dios.

¿Por qué no buscamos tener experiencias con Dios?

El problema es que hay mucho ruido dentro de nosotros, porque hemos sido condicionados por la manera que las personas ven a Dios, cuando empecé a escucharme a mí mismo, oía la voz de los sacerdotes, de mi mamá que en su momento fue niña, que también fue condicionada por sus padres y por otras personas.

Cuando fui adulto, estuvieron las preocupaciones, los problemas, las emociones, los planes y los proyectos que invaden mis pensamientos; necesitamos ser libres de todas esas voces para crear nuestra propia experiencia con Dios; eso no es algo que se puede aprender leyendo o mirando, la única manera es experimentando.

Por más que te explique la sensación de tirarse desde una montaña en parapente, por más que veas videos desde arriba, nunca sabrás lo que siente hasta que experimentes por ti mismo; por más que te cuenten la sensación de tirarse en paracaídas desde un avión, o tomes cursos, o estés en un simulador, no sabrás lo que se siente hasta que te tires en un paracaídas; por más que te cuenten sobre experiencias con Dios, nunca sabrás lo que es experimentar a Dios hasta que tú lo hagas, como decía Job “De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.” (Job 42:5). En el primer capítulo vemos a un Job religioso, que hacía sacrificio, pero fue la experiencia lo que lo llevó a conocer a Dios.

Cuando no experimentas y dejas que otros te cuenten, estás creyendo en las experiencias que otros han tenido con Dios, pero el problema es cada uno de ellos la cuenta bajo su propia perspectiva, lo malo de esto es que muchas de estas personas han creado diferentes religiones y han dicho esta es la única manera de llegar a Dios, esta es la única manera de ser salvos; lo mismo han hecho con el mensaje de Jesús, lo han cambiado a su propio parecer a tal punto que el Jesús que seguimos hoy en día no es necesariamente el verdadero Jesús, han creado un Jesús para generar un control social y de esta manera lograr sus propios fines; pero no quiero meter a todos en este mismo saco, porque hay verdaderos pastores y líderes religiosos que siguen y enseñan al verdadero Jesús, a estos la Palabra los llama “remanente”.

Te decía hace un momento que son personas las que crean religiones, porque lo cierto es que Jesús no fundó el cristianismo, el cristianismo fue legalizado por Constantino en el año 313 bajo el edicto de Milán, lo curioso del caso es que Constantino abraza la fe justo antes de morir en el año 337; en ese momento el cristianismo se unió con el estado y se apropiaron de marca personal de Jesús, de sus enseñanzas, pensamientos, las manipularon de tal manera que tuvieron el control de las personas por muchos años; en ese momento el mensaje de Jesús se perdió, es por este motivo que necesitamos tener experiencias con Dios para que nadie nos cuente una versión su de Jesús.

Justamente en la Biblia hay una historia que me gusta mucho sobre este tema:

Génesis 2: 16-17 “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”

Génesis 3:2-3 “Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.”

Vemos que Dios habló directamente con el hombre, entonces podemos inferir que fue el hombre quien enseño a la mujer; cuando se entrega un mensaje (enseñanza) existen varios elementos: el transmisor, el receptor, el mensaje, el medio.

No sé si Adán (transmisor) enseño bien, no sé si se expresó de manera adecuada (mensaje), o si Eva entendió (receptor) el mensaje que Adán le transmitió, lo que si me queda claro es que hubo un problema en la enseñanza, porque Eva le aumentó “ni le tocaréis” al mensaje, de esta manera en los primeros versículos del capítulo tres podemos observar que la mujer cambió muchas cosas del mensaje que Dios le había entregado a Adán.

La serpiente buscó a la mujer porque ella no había tenido una experiencia directa con Dios, eso la convertía en una presa fácil, para que quede claro… es probable que Eva hubiese tenido experiencias con Dios sobre otras áreas, pero bajo esta área específicamente la Biblia no lo muestra.

Sólo piensa por un instante, ¿te recuerdas el mensaje que escuchaste hace un mes atrás? Lo más probable es que no, pero te aseguro que recuerdas las experiencias que has tenido con Dios y lo que Dios te ha dicho. Los mensajes de Dios no se borran porque quedan grabadas en el corazón.

Entonces… ¿Es malo escuchar mensajes de pastores?

Romanos 10:17 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”

De ninguna manera, es muy bueno, escuchar mensajes, eso es lo que da el impulso a la fe, eso es lo que te lleva a creer en Dios, pero no basta con escuchar la perspectiva que otros tienen de Dios.

Es necesario tener experiencias con Dios, porque eso es lo que te transforma, lo que te cambia.

1 Corintios 3:6 “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.”

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