miércoles, 18 de enero de 2023

Dios no se olvida de ti

 1 Samuel 16:1 “Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey.”

A veces como humanos somos sentimentales, nos aferramos a las personas, queremos seguir a ciertas personas a pesar de ser desechadas por Dios, aún Samuel un profeta tan grande y usado por Dios, se lamentaba por Saúl, a quien Dios le había dado tantas oportunidades, pero cada vez Saúl fallaba.

Ese sentimentalismo en el profeta Samuel hizo que Dios lo reprenda y le diga que olvide a Saúl, que Dios ya se había provisto de un rey para Israel, algo muy similar le había pasado a él mismo, ya que Elí fue desechado por Dios, mientras Dios levantaba al mismo Samuel.

En realidad, ninguno de nosotros es digno de servir al Señor, le servimos sólo por su gracia y misericordia, somos humanos llenos de errores y fallas, pero lo importante es que en el proceso seamos enseñables y con deseos de rendir esas áreas a nuestro Señor. Eso había en David, pero faltaba en Saúl.

Sabiendo y conociendo nuestras fallas, no podemos quedarnos tranquilos, necesitamos limpiar nuestro corazón, necesitamos buscar más de Dios, rendir nuestras vidas, llevar nuestros pensamientos a los pies de Jesús, en otras palabras, la vieja naturaleza necesita morir, todo el tiempo, ¿hasta cuándo?, hasta que Dios haya tomado el control de todo nuestro ser.

Este tiempo en el cual servimos a Dios con nuestras imperfecciones, es un tiempo de gracias que Dios nos concede, es un tiempo donde el Espíritu va a ir mostrando cada área que necesita ser cambiada, renovada, transformada.

El problema surge cuando no existe ese deseo de santificación, cuando somos permisivos con el pecado, el tiempo de la gracia se acaba, y es ahí cuando Dios desecha a los siervos, todo porque el siervo entró en la pasividad y se conformó con vivir con el pecado.

1 Samuel 16:2 “Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si Saúl lo supiera, me mataría. Jehová respondió: Toma contigo una becerra de la vacada, y di: A ofrecer sacrificio a Jehová he venido.”

La persona que no está con Dios, es una persona celosa, egoísta, no quiere que otro ciervo crezca, se molesta cuando otro es usado por Dios, el que quiere ser el único siervo, el más importante, el que tiene el control de todo.

Cuando ve que otro es usado por Dios, empieza a hablar en contra del siervo que está siendo levantado, se vuelve en piedra de tropiezo para el siervo que está creciendo, murmura y solamente ve los errores y las fallas.

Por el contrario, cuando una persona ama Dios, se goza cuando un siervo es levantado, cuando es usado con poder, porque sabe el que reino de Dios se está extendiendo, sabe que el reino de Dios necesita crecer y que uno sólo no puede hacerlo todo, que se necesita un equipo para avanzar y más bien lo que hace es complementar el trabajo, busca colaborar y ayudar.

Cuando se es líder y se encuentra con siervos que tienen un corazón predispuesto, se los ayuda a desarrollar el potencial que tienen, empoderarlo, para que la obra siga creciendo. Ese fue el problema de Josué, este hombre fue un buen líder, pero no supo o no pudo encontrar un discípulo para que lo sustituya y siga su trabajo.

Algo que me llamó mucho la atención es que al final del verso 2 habla de sacrificio, el servicio, se trata justamente de sacrificio, porque sacrificamos el tiempo, el descanso, dejamos de lado nuestra agenda y tomamos la agenda de Dios, en la antigüedad podemos ver como los siervos subían al monte para buscar de Dios, se imagina Moisés subiendo al monte Sinaí en ese calor, sin camino, lleno de piedras y malezas, no una sino tres veces (cuando Dios le habló por primera vez y cuando Dios le entregó las tablas de la ley), o a Abraham caminando tres días sabiendo que tenía que sacrificar a ese hijo que tanto amaba, y cargando sobre sus hombros la leña para el sacrificio, y también subir el monte con los mismos obstáculos que Moisés, ahora muchas veces no estamos dispuestos a sacrificar nuestra comodidad para servir a Dios, queremos que las cosas sean fáciles, no tomamos en cuenta que tiene que existir un sacrificio.

Por último, el sacrificio mayor es que necesitamos sacrificar esa vieja naturaleza todos los días para servir a nuestros Dios.

1 Samuel 16:3-7 “Y llama a Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y me ungirás al que yo te dijere. Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová; y luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida? Él respondió: Sí, vengo a ofrecer sacrificio a Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y santificando él a Isaí y a sus hijos, los llamó al sacrificio. Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”

Algo que me llama mucho la atención es que Samuel a pesar de que era un gran profeta, que escuchaba la voz de Dios, que era obediente, en un momento determinado se dejó llevar por lo que sus ojos veían, y eso hizo que se equivocara.

Esto nos muestra que, a pesar de lo ungido, de lo consagrado que podamos ser, podemos llegar a equivocarnos, eso quiere decir que debes permitir equivocarte y en caso de equivocarte al tomar una decisión, no te de debes condenar, simplemente dejar aceptar tu error y continuar.

Pero la equivocación surge cuando te dejas llevar por tus pensamientos, emociones, por los que tus ojos puedan ver, por la amistad, por los regalos que te puedan dar, ni si quiera porque es un familiar, cuando se trata de las cosas de Dios lo único que importa es que tengas un corazón predispuesto a hacer la voluntad de Dios.

De manera particular me siento satisfecho porque a lo largo de estos años de ministerio, de los hermanos que he propuesto para ser separados como pastores, solamente dos ya no están con nosotros, uno por motivos de enfermedad y otro por motivos de fuerza mayor, porque procurado buscar la voluntad de Dios y no la mía. Si el día de mañana quieres ser separado como pastor, ¡entrega tu vida a Dios!

¿Esto quiere decir que no nos vamos a equivocar? Definitivamente nos vamos a equivocar, porque somos seres humanos, porque no somos perfectos, pero también debemos ser lo más sensible posible a la voz del Espíritu Santo, para que sea el Espíritu corrigiéndonos, guiándonos, ministrándonos.

1 Samuel 16:8-11 “Entonces llamó Isaí a Abinadab, y lo hizo pasar delante de Samuel, el cual dijo: Tampoco a éste ha escogido Jehová. Hizo luego pasar Isaí a Sama. Y él dijo: Tampoco a éste ha elegido Jehová. E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos. Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.”

Es impresionante el poco aprecio que tenía Isaí hacia su hijo menor… David, a David lo tenían relegado a hacer tareas menores, tareas sin importancias, para el padre de David era tan insignificante, que no lo tomaba en cuenta o se olvidaba de él, no lo sé; pero sí sé, que: aunque tu padre o tu madre se olvide de ti, Dios jamás se olvida de ti, eres tan importante para Dios que tiene contado incluso hasta los cabellos que tienes.

Eres tan importante para Dios que te conoció y te amó antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4-6), estando en el vientre de tu madre te conoció y te dio un propósito de vida (Jeremías 1:5), murió en la cruz del calvario para redimirte de la muerte, reconciliarte con el Padre y darte vida eterna, para Dios eres tan importante que te esperó durante muchos años para que le abrieras la puerta de tu corazón y todos los días te espera para tener una cita contigo.

Algo que me llama la atención es que David no se quejó el cuidar las ovejas, David fue obediente y aceptó la tarea encomendada y no solamente que la aceptó, sino que trató de hacerlo de la mejor manera posible, incluso llegando a arriesgar su vida para proteger las ovejas enfrentándose a un oso y un león; esto me lleva a la conclusión que necesitamos ese mismo espíritu, un espíritu obediente y hacer las cosas como para Dios.

Ser obedientes, hacer las cosas como para Dios, sin necesidad de estar quejándonos, necesitamos hacer un cambio donde estemos, no importa si estamos trabajando o estamos sirviendo, el cambio necesita notarse, porque no hacemos las cosas al ojo del hombre, hacemos las cosas como para Dios, esto es algo que debemos repetirnos de manera constante porque podemos perder el foco.

Cuando hacemos las cosas con excelencia, la promesa está ahí, en lo poco fuiste fiel en lo mucho te pondré (Mateo 25:21), ese tiempo cuando servimos donde somos invisibles, donde nadie nos ve, es el tiempo en el cual Dios está trabajando en nuestras vidas y nos está preparando para llevarnos a lugares de honra, lo hizo con Moisés en el desierto, con José siendo esclavo y estando en la cárcel, lo hizo con David cuidando las ovejas, ¡lo puede hacer contigo!

No importa lo escondido que estés, Dios siempre te está mirando, está mirando la manera como lo sirves, la actitud con la que estas sirviendo, el corazón y el amor es tan importante para Dios, el no va a mirar tu porte, ni tu estatura, mucho menos tu color de piel o tu status social. a Dios le interesa que hagas lo que Él quiere que hagas.

!Dios nunca se olvida de ti!

miércoles, 11 de enero de 2023

El llamado tiene obstáculos

Mateo 14: 22-24 “En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.”

Jesús escoge a 12 hombres para que lo sigan y en un momento determinado, les pide que crucen el mar “solos”, mientras ellos estaban solos, las aguas se agitan, mueven el bote de un lado a otro, todo porque el viento les era contrario, a pesar de ser obedientes a Jesús, ellos encontraron dificultades para cumplir lo que se les había encomendado.

Es muy probable que, siendo obedientes a Dios, amándolo, sirviéndolo, haciendo todo lo que nos pide, encontremos dificultades en nuestras vidas, encontramos obstáculos qué nos impiden avanzar, recordemos cuando decidimos consagramos a Dios, todas las críticas que recibimos: te están lavando el cerebro (y bien lavado, porque Dios limpia toda la basura que recibimos durante tantos años), el bullying que recibimos por parte de nuestros parientes y amigos, como nos van haciendo a un lado de las reuniones, en otras palabras poco a poco nos van separando de su círculo social.

Al ver los obstáculos en su nueva vida, es probable muchos decidieron retornar a su vieja vida, en cambio otros continuaron remando a pesar de que las dificultades. Pero preste atención a esto, dice que el viento era lo que hacía que la barca sea azotada por las olas, sea cual sea el obstáculo, nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados, potestades, gobernadores de las tinieblas (Efesios 6:12), y por supuesto que ellos utilizan las circunstancias y las personas cercanas a nosotros para que no avancemos en nuestro ministerio y nuestro llamado.

Los discípulos al ver que no podían avanzar, al ver el viento, al sentir que las olas le impedían avanzar, pudieron volver a la orilla, esperar en un lugar seguro, no gastar sus fuerzas y esperar a que la tormenta pasara, pero me llama la atención que los discípulos no desistieron, sino que fueron perseverantes y más que perseverantes fueron obedientes a las instrucciones de Jesús. Esa actitud es digna de imitar, necesitamos ser igual que ellos, perseverar en el llamado a pesar de la adversidad, a pesar de las pruebas, porque la vida cristiana es una constante lucha, pero sabemos que a cada paso el Señor nos dará la victoria.

Marcos 6:47-48 “y al venir la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra. Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles.”

Viviendo en lo natural

Podemos ver que Jesús está observando perseverar a sus discípulos, quería saber si ellos volvían al primer problema, si vuelves al primer obstáculo, no eres digno de mi dice el Señor: las personas que vuelven se convierten es estatuas de sal, mirando el pasado, mirando lo cómodo y tranquilos que estaban.

Cree que Jesús le iba a encomendar evangelizar el mundo entero a un grupo de personas que renuncia al primer problema, a un grupo de vagos, de flojos, ¡por supuesto que no!, hay una frase que digo de manera continua, “hago lo que tengo que hacer”, no importa la circunstancia, no importa los problemas, no importa las dificultades, simplemente hago lo que tengo que hacer porque es Dios, quien me va a pedir cuentas de aquello que me ha confiado: familia, talentos, dones, ministerio.

No te voy a negar, muchas veces vamos a querer renunciar al ministerio, nos vamos a sentir cansados, agobiados, porque el ministerio es agridulce, a veces es dulce como la miel, pero otras, amarga como la hiel, los problemas se van a levantar, quiero que observes que los discípulos estaban remando con gran fatiga, estaban sin Jesús.

Cuando pretendes servir en un ministerio sin Jesús, te vas a cansar, te vas a fatigar, te vas a afanar, porque estás haciéndolo en un plano natural, en tus propias fuerzas, viviendo lejos de Dios, el ministerio va a ser una carga para tu vida.

Por eso que nosotros necesitamos vivir en un plano sobrenatural, buscando de Dios, pidiéndole que Dios sea dándonos fuerzas nuevas, renovando nuestra fuerza dando como la de un búfalo, para poder enfrentar los obstáculos.

Vivir una vida con amor/lealtad

En las dificultades es donde se demuestra el verdadero amor, recuerden cuando hicieron los votos del matrimonio: prometieron estar al lado de su pareja en los tiempos buenos y malos, en la salud y enfermedad, en la abundancia y la escasez; el verdadero amor se muestra en esos tiempos cuando las cosas van mal, la lealtad/compromiso se muestra cuando las cosas no salen como esperábamos. Me impacta la vida de Job, como a pesar de todo lo malo que le estaba pasando, no se quejó contra Dios, sino que permaneció fiel.

Es mas dijo: si recibí lo bueno, porque no voy a recibir lo malo (Job 2:10).

El amor es un tema de lealtad, ¡vamos a servir a Dios con plata y sin plata!, ¡vamos a servir a Dios en abundancia y en escases!, ¡vamos a servir a Dios con paro y sin paro!; ¡nada hará que renunciemos a nuestro Señor!

No es necesario que te estén recordando lo que tienes que hacer, lo debes hacer por voluntad propia, no es necesario que te llamen para hacerte recuerdo que debes orar, que tienes que leer, que debes ir al discipulado, que tienes que ir al servicio, que es necesario que hagas el devocional, a pesar de todos los problemas que puedas llegar a tener, sabes que estás haciendo lo que tu Señor quiere, porque lo amas.

Recuerda que es Dios, quien te está mirando, que te está observando y no importa si te ven o no te ven, es Dios quien mira tu actuar, tu proceder, cómo lo sirves, tu responsabilidad, si en secreto te humillas, lo buscas, en público Dios te va a exaltar.

Este no es un tema de capacidad o de inteligencia, es un tema de perseverancia, de permanecer, de ser fiel, de ser leal. Si vemos a los discípulos de Jesús, eran ladrones, pescadores, gente no preparada, pero ellos decidieron dejarlo todo para seguir al Señor, ellos fueron perseverantes, tenían sus problemas y complejos, si por supuesto, como cualquiera, pero aquí lo que se puede rescatar fue la perseverancia.

Si fuésemos capaces, entonces entraría el orgullo, la vanagloria y la gloria solamente le corresponde a nuestro Creador.

Viviendo en lo sobrenatural

Mientras ellos no decían nada, Jesús solamente observaba, solamente cuando ellos clamaron a Jesús, ¡él los ayudó!

Eso pasa en nuestra vida o en el misterio, cuando haces las cosas sin buscar a Dios, te vas a cansar, vas a remar vano, el ministerio va a ser una carga, con tus ojos naturales vas ver los defectos de las personas, vas a cuestionarlo todo, porque estás viviendo en un plano natural, no vas a avanzar en el ministerio, no vivirás una vida de poder.

Pero cuándo empieza a clamar todo cambia, cuando empiezas a hablar con el Señor, dejar que Él te guie, es cuando empiezas a vivir una vida sobrenatural, Pedro le dijo si eres tú manda que yo camine sobre las aguas y el Señor le dijo ven.

En ese momento Pedro a pesar de las olas, el viento, de la tormenta, se bajó de la barca y empezó a caminar, Pedro tenía la mirada puesta en Jesús, no en las circunstancias.

¿Cómo estás viviendo en este momento?

¿Vives mirando lo natural, las crisis, los defectos, los problemas?, o ¿Tienes la mirada en Cristo y las promesas que tiene para nosotros?, mientras tengas la mirada puesta en Jesús, nada te va a impedir estar en lo sobrenatural, viendo milagros, prodigios, crecimiento en el ministerio, las excusas se van a acabar.

Todo cambió cuando Pedro apartó la mirada de Jesús y prestó atención a las circunstancias que lo rodeaban, Pedro empezó a tener miedo y fue cuando Pedro empezó a hundirse.

No importa si eres pastor, profeta o apóstol si apartas la mirada de Jesús, en ese momento van a empezar los temores, las dudas, y te hundirás en la depresión y los problemas, por eso es importante que nunca apartes la mirada de Jesús.

Si miras al hombre, el hombre te puede fallar, se puede equivocar, el hombre puede cometer errores, pero Cristo siempre va a estar a un paso de poder darte una mano y sacarte de los problemas como lo hico con Pedro.

Mateo 14:31 “Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”

Podemos ver que Pedro nuevamente clamó para poder ser ayudado.

Cuando miramos los milagros que hizo Jesús, la mayoría fue de gente que arrebató su milagro, fueron personas que no se quedaron quietos:

  • El ciego Bartimeo, clamó a Jesús.
  • La mujer con flujo de sangre, se arriesgó y tocó el borde su manto.
  • Los chicos que hicieron un hueco en el techo y bajaron al paralítico
  • El centurión, dijo: di la palabra
  • La cananea, que a pesar de ser insultada, perseveró clamando el milagro.

Cuando tienes la actitud correcta, Dios puede hacer el milagro en tu vida.

Mateo 14:32 “Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.”

Volviendo a Pedro y Jesús, de manera personal No creo que Jesús hubiese vuelto a nadando, creo que volvió caminando y creo que Pedro también volvió caminando.

Los vientos nunca se calmaron, los vientos permanecieron, los problemas, las dificultades siempre van a estar presentes en nuestra vida, pero vamos a tener al Espíritu Santo a nuestro lado para ayudarnos, fortalecernos, empoderarnos, vamos a vivir una vida sobre natural.

¿Con pruebas, con luchas?, si, ¡pero en victoria!

Los vientos se calmaron, solamente cuando subieron a la barca, mientras remaban, mientras caminaban los vientos estaban presentes.

lunes, 2 de enero de 2023

!Santifícate, que Dios hará maravillas en tu vida!

 Josué 3:5 “Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros.”.

El pueblo estaba a punto de cruzar el río Jordán, estaba a punto de entrar a la tierra que tanto desearon, durante 40 años estuvieron esperando este momento… entrar a la tierra que fluye leche y miel.

Pero durante esos 40 años que estuvieron en el desierto, Dios nunca los abandonó, Dios siempre estuvo con ellos, lo único que tenían que hacer los israelitas para ver la gloria de Dios, era mirar arriba para ver la nube que estaba sobre ellos, era esperar la noche para ver al Espíritu Santo en forma de una columna de fuego, era beber agua de la roca que representaba Jesús. Dios siempre estuvo sosteniendo a su pueblo.

Dios nunca abandona a sus hijos cuando están cruzando el desierto, cuando están en pruebas, en dificultades los hijos de Dios siempre van a ver operando a Dios en todas partes, siempre van a ver la gloria de Dios sobre sus vidas.

Durante esos 40 años no faltó el pan, todos los días caía maná del cielo, Dios proveía del pan para sus mesas, no faltó la carne, no faltó el vestido, dice la palabra que la ropa crecía con cuando los niños crecían, los zapatos crecían a medida que los niños crecían, que no se desgastaban, porque Dios siempre provee en esos momentos de necesidad, Dios demuestra ser Dios en los tiempos que el hombre no puede… Dios siempre puede.

Dios no cambia Dios es el mismo de ayer de hoy y siempre, así como Dios proveyó a su pueblo Israel en el desierto, Dios también ha provisto para su pueblo durante estos tres años y medio de crisis y juicio que ha vivido Santa Cruz. No ha faltado el pan, el vestido y un techo sobre nuestras cabezas, porque Dios es fiel.

Dios siempre estuvo operando, Dios siempre te estuvo cuidando

Así como Dios hizo maravillas en el desierto, así como Dios maravillas cuando estuvimos probados, agobiados, cuánto más Dios no va a ser más maravillas cuando estemos en abundancia, en prosperidad, ahí veremos La gloria de Dios manifestarse a otro nivel.

Dios nos dice: ya pasó lo peor, el desierto quedó atrás, adelante solamente está lo que se te prometió, ¿Quieres seguir viendo las maravillas de Dios?, ¿Quieres que Dios siga operando en tu vida?, Dios solamente te pide una cosa.

Santifícate porque Dios hará maravillas en tu vida.

Quiere decir: conságrate, entrégate a Dios, deja atrás el pecado, deja las excusas, rinde de tu vida al único que vive y reina Por los siglos de los siglos.

Josué 5

2 En aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar la segunda vez a los hijos de Israel.

3 Y Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó a los hijos de Israel en el collado de Aralot ["de los prepucios"].

4 Esta es la causa por la cual Josué los circuncidó: Todo el pueblo que había salido de Egipto, los varones, todos los hombres de guerra, habían muerto en el desierto, por el camino, después que salieron de Egipto.

5 Pues todos los del pueblo que habían salido, estaban circuncidados; mas todo el pueblo que había nacido en el desierto, por el camino, después que hubieron salido de Egipto, no estaba circuncidado.

Para entrar a la tierra prometida, Israel tuvo que santificarse, cumplir los pactos que había hecho, porque hasta ese momento Israel se había olvidado de los pactos.

Dios había hecho con Abraham un pacto. Abraham y sus descendientes tenían que circuncidarse, ese era el pacto visible de que ellos pertenecían a Dios, así como cuando te casas y llevas un anillo, miras el anillo y te recuerda que perteneces a otra persona, Dios le iba a entregar una tierra prospera, pero Israel no cumplió el pacto, se olvidaron que le pertenecían a Dios y adoraron a ídolos, dejaron de circuncidarse, se olvidaron del pacto, Israel fue infiel.

A pesar de que Israel no cumplió su parte del pacto, Dios cumplió lo que había prometido, porque Dios es fiel a pesar de nuestra infidelidad, a pesar de que le fallamos Dios siempre cumple lo que promete, a pesar de que nos olvidamos de Dios, Él siempre está allí para nosotros.

Porque Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta.

Pero el punto aquí es que Israel recordó el pacto y decidió cumplirlo, sí has sido infiel con Dios, sí has fallado compromiso, este es el tiempo en la cual puedes volver a pactar con Dios, decide cumplir tus pactos, decide volver tu mirada a Dios, decide enfocarte en Dios, santifícate y deja que Dios haga maravillas en tu vida y a través de tu vida.

La circuncisión era parte del pacto del pueblo de Israel, esta era una circuncisión física, en el nuevo pacto se nos ha enseñado qué hay una circuncisión del corazón, pero hoy día quiero mostrarte que Dios siempre pidió la circuncisión del corazón.

Deuteronomio 10:16 “Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.”

A Dios siempre le importó la circuncisión del corazón, pero el hombre siempre fue duro, rebelde, contumaz.

Hoy día Dios nos está pidiendo circuncidar el corazón, sacar toda la suciedad, todo lo que no sirve, hay gente que acumula cosas que no sirven, son acumuladores compulsivos, ¡limpia tu corazón!

Sobre toda cosa guardada Guarda tu corazón porque de él maná la vida, parte de ese proceso de santificación es la circuncisión del corazón.

Es tu responsabilidad circuncidar el corazón, no es responsabilidad del pastor, del líder, del apóstol, es tu responsabilidad, eres tú el que tiene que querer apartarse, consagrarse, eres tú quien decides dejar el pecado, eres tú quién decide ser santo para Dios.

¡circuncida tu corazón!

¡Y allí verás la gloria de Dios!

El cumplimiento de las promesas está delante,

Eso quiere decir que: ¿todo va a ser fácil de aquí a en adelante?

¡No!

El pueblo de Israel conquistó la tierra prometida, la tierra estaba llena de gigantes, hombres grandes, fuertes; ciudades amuralladas, pero Dios estaba con Israel y si Dios está contigo no hay gigante que se puede resistir.

Recuerda David Cuándo se enfrentó a Goliat de edad de 17 años, flaco, débil; tú eres ese David, te pueden menospreciar, te pueden mirar a menos, pueden no tomarte en cuenta, pero es Dios quién dirige tu mano, pero es Dios quién te respalda, pero es Dios quién te da la victoria.

Porque no es con fuerza, no es con caballo, no es con espada, no es con ejército, es con mi Espíritu dice Jehová de los ejércitos.

Puede que haya ciudades amuralladas, pero es Dios quién aplasta esas ciudades cómo lo hizo con Jericó.

Lo que quiero decir es que van a existir los problemas, van a haber batallas, se va a tener que luchar, pero si Dios está contigo, tienes la victoria asegurada.

Dios va contigo como poderoso gigante y tus enemigos pueden venir por un camino pero por siete Irán escaparán delante de ti.

¡Porque Dios va a hacer maravillas contigo!