S. Mateo 13:58 “Y no hizo allí muchos milagros, a
causa de la incredulidad de ellos.”
Jesus en aquel lugar
no hizo muchos milagros porque la mayoría de la gente no creía, no tenía fe,
pero siempre existe un remanente que cree en Dios que es fiel a Dios, aquellas
personas que creían recibieron su milagro, por eso dice la palabra que hizo
pocos milagros, al igual hoy en día hay muchos que no creen en Dios por eso no
reciben su milagro y aquellos que creen en Dios reciben su milagro.
Inclusive muchos
que se dicen ser cristianos viven en incredulidad, no creen que Dios le puede
hacer un milagro, no creen que Dios le pueda cambiar la vida, creen que los
milagros son para otras personas y no para ellos mismos. Van al templo con
incredulidad en su corazón.
Asistir al
templo con incredulidad, o cuando vamos por obligación, por compromiso, porque otra
vez es domingo, cuando asistimos a la iglesia sin expectativa de lo que Dios
puede hacer en nuestra vida, cuando vamos a la iglesia y en lugar de entrar al
culto nos quedamos afuera a conversar, para tomar un refresco, puede ser que
entremos a la iglesia pero estamos distraídos pensando en lo que tenemos que
hacer, buscando errores en los siervos, mirando el zapato nuevo de algún
hermano o hermana, en fin cuando vamos a la iglesia con la mente en otro lugar,
asistimos porque estamos físicamente allí, pero nuestro espíritu no está
presente, entonces existe adoración. Jesús está en el templo, el Espíritu Santo
vino a tener una cita con nosotros, pero nosotros preferimos otra cosa a tener
un encuentro con nuestro Salvador.
Asistir a
iglesia sin expectativa de lo que Dios va a ser ese día, es ser un religioso,
Dios no derrama de su espíritu sobre religiosos, dice la palabra que Dios derrama
Vino Nuevo sobre Odre Nuevo, no derrama sobre Vino Nuevo sobre Odre Viejo,
porque el Odre Viejo se rompe por causa de los gases que emite el Vino Nuevo. Dios
no derrama Vino Nuevo sobre Odre Viejo por amor al Odre. Porque el orden es el
que se pierde, Dios no va a derramar de su espíritu sobre un religioso porque
el religioso que se va a perder.
Nosotros aparte
de ir a la iglesia como pueblo también vamos como servidores, y de la misma
manera podemos ir con expectativas de lo que Dios va hacer con nosotros y a
través de nosotros o podemos ir sin expectativas.
Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios;
porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es
galardonador de los que le buscan.”
La única manera
que tienes para agradar a Dios es con la fe, si no tiene fe, no agradarás a
Dios, por más que sirvas en todos los cultos, por más que vivas en la iglesia,
por más que hagas de todo, no vas a agradar a Dios.
En cambio, si te
acercas a Dios con fe, si te acercas a Dios creyendo que Él existe, creyendo
que es grande todopoderoso, dice que Él te va a premiar, Él tiene para conceder
todos los deseos de tu corazón. Pero es muy importante que lo hagas con fe.
Por eso cuando
vayamos a servir es necesario que tengamos fe de lo que Dios va a hacer a
través de nuestra vida. Así como Pedro cuando le dijo al hombre cojo, creyendo
con Autoridad, no tengo oro ni plata, pero lo que tengo te lo doy, en del
nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
Esa debe ser
nuestra actitud, tener fe que Dios va a hacer algo con nosotros en ese
servicio, si no sirves con esa actitud es mejor que no sirvas, es mejor que te
quedes en casa. Si Dios te ha puesto en el parqueo es porque algo quiere hacer
en tu vida, si te pone en la puerta es porque Dios te necesita allí, si te pone
en el baño o en las gradas es porque Dios quiere algo contigo. Lo importante es
que sabes que en algún momento del servicio tu vida va a impactar a alguien, tu
vida será utilizada para cambiar la vida de alguien. Si vas predispuesto para
que Dios te use, Dios te usará.
Cuando crees que
no vas a ser usado por Dios, vas por cumplir, por compromiso, vas porque llegó otra
vez domingo, el Ministerio se convierte carga. Pero cuando sabes que Dios va a
usar tu vida, inconscientemente te preparas de una manera diferente, tu actitud
dentro del mismo servicio cambia para bien: sonríes, eres atento, eres cordial.
S. Lucas 8:43-44 “Pero una mujer que padecía de flujo
de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto
tenía, y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por detrás y tocó el
borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.”
Esta mujer
padeció de una enfermedad por 12 años, gastó todo lo que tenía se acercó a
Jesús creyendo que podía hacer un milagro, habían muchas personas alrededor de
Jesús pero no recibieron un milagro, está mujer si recibió su milagro porque se
acercó creyendo, se acercó con expectativas de lo que Dios podía hacer en ella.
Es necesario que
nos acerquemos creyendo que Dios puede hacer un milagro en nuestra vida, es
necesario que cuando vayamos como siervos es necesito que sirvas creyendo que
Dios puede hacer un milagro a través de tu vida.
Si Dios te ha
llamado al servicio es porque quiere hacer algo grande en tu vida y a través de
tu vida. Es necesario que lo creas, el primer paso es que creas, es que estés
convencido de aquello. Si no lo crees nada va a su suceder.
S. Marcos 8:6 “Entonces mandó a la multitud que se
recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los
partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron
delante de la multitud.”
Aquí vemos algo
muy interesante, vemos a los apóstoles haciendo de diáconos repartiendo comida
al pueblo, pero lo interesante de todo es que el milagro estaba ocurriendo en
el altar donde estaba Jesús, pero fueron los apóstoles los encargados de llevar
el milagro hasta la última persona, hasta el lugar más alejado.
En el púlpito
puede suceder el milagro, pero tú eres el encargado de hacer que el milagro sea
llevado hasta el lugar sobre tú estás sirviendo. Eres el encargado de que el
milagro fluya, eres responsable de que el mismo espíritu que hay adelante en el
púlpito fluya en el lugar donde te encuentras.
Debes ser un
portador de la unción, para ello debes permitir que la unción fluya hasta donde
te encuentras, cuando estás en el mismo espíritu que el predicador, cuando
tienes el mismo sentir la unción fluye hasta el lugar donde te encuentras.
Nada debe impedir
que la unción fluya, nada debe impedir que seas un portador de la gloria de
Dios. Dios quiere que el milagro llegué hasta lo último del templo y quiere que
tú seas su representante para llevar su gloria y poder.
Pero para ello
debes estar totalmente limpio, nada debe fluir el mover del Espíritu Santo, una
de las cosas que entorpece el fluir es la incredulidad, otra es el pecado.
2 Timoteo 2:20-21 “Pero en una casa grande, no
solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro;
y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. Así que, si alguno se
limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor,
y dispuesto para toda buena obra.”
La palabra nos
alienta a q seamos utensilios de honra, Dios no mira nuestra condición social,
no mira nuestra edad, no mira nuestro color de piel, Dios mira el deseo que
tengamos de ser limpiados. Cuando estamos dispuesto a que Dios nos limpie, Dios
nos usa con poder. No permitas que nada interrumpa el fluir del Espíritu Santo,
no permitas que la falta de perdón la amargura el orgullo el odio interrumpa el
fluir del Espíritu Santo
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