viernes, 17 de agosto de 2018

Que nada interrumpa el fluir del Espíritu Santo


S. Mateo 13:58 “Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.”

Jesus en aquel lugar no hizo muchos milagros porque la mayoría de la gente no creía, no tenía fe, pero siempre existe un remanente que cree en Dios que es fiel a Dios, aquellas personas que creían recibieron su milagro, por eso dice la palabra que hizo pocos milagros, al igual hoy en día hay muchos que no creen en Dios por eso no reciben su milagro y aquellos que creen en Dios reciben su milagro.

Inclusive muchos que se dicen ser cristianos viven en incredulidad, no creen que Dios le puede hacer un milagro, no creen que Dios le pueda cambiar la vida, creen que los milagros son para otras personas y no para ellos mismos. Van al templo con incredulidad en su corazón.

Asistir al templo con incredulidad, o cuando vamos por obligación, por compromiso, porque otra vez es domingo, cuando asistimos a la iglesia sin expectativa de lo que Dios puede hacer en nuestra vida, cuando vamos a la iglesia y en lugar de entrar al culto nos quedamos afuera a conversar, para tomar un refresco, puede ser que entremos a la iglesia pero estamos distraídos pensando en lo que tenemos que hacer, buscando errores en los siervos, mirando el zapato nuevo de algún hermano o hermana, en fin cuando vamos a la iglesia con la mente en otro lugar, asistimos porque estamos físicamente allí, pero nuestro espíritu no está presente, entonces existe adoración. Jesús está en el templo, el Espíritu Santo vino a tener una cita con nosotros, pero nosotros preferimos otra cosa a tener un encuentro con nuestro Salvador.

Asistir a iglesia sin expectativa de lo que Dios va a ser ese día, es ser un religioso, Dios no derrama de su espíritu sobre religiosos, dice la palabra que Dios derrama Vino Nuevo sobre Odre Nuevo, no derrama sobre Vino Nuevo sobre Odre Viejo, porque el Odre Viejo se rompe por causa de los gases que emite el Vino Nuevo. Dios no derrama Vino Nuevo sobre Odre Viejo por amor al Odre. Porque el orden es el que se pierde, Dios no va a derramar de su espíritu sobre un religioso porque el religioso que se va a perder.

Nosotros aparte de ir a la iglesia como pueblo también vamos como servidores, y de la misma manera podemos ir con expectativas de lo que Dios va hacer con nosotros y a través de nosotros o podemos ir sin expectativas.

Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”

La única manera que tienes para agradar a Dios es con la fe, si no tiene fe, no agradarás a Dios, por más que sirvas en todos los cultos, por más que vivas en la iglesia, por más que hagas de todo, no vas a agradar a Dios.

En cambio, si te acercas a Dios con fe, si te acercas a Dios creyendo que Él existe, creyendo que es grande todopoderoso, dice que Él te va a premiar, Él tiene para conceder todos los deseos de tu corazón. Pero es muy importante que lo hagas con fe.

Por eso cuando vayamos a servir es necesario que tengamos fe de lo que Dios va a hacer a través de nuestra vida. Así como Pedro cuando le dijo al hombre cojo, creyendo con Autoridad, no tengo oro ni plata, pero lo que tengo te lo doy, en del nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.

Esa debe ser nuestra actitud, tener fe que Dios va a hacer algo con nosotros en ese servicio, si no sirves con esa actitud es mejor que no sirvas, es mejor que te quedes en casa. Si Dios te ha puesto en el parqueo es porque algo quiere hacer en tu vida, si te pone en la puerta es porque Dios te necesita allí, si te pone en el baño o en las gradas es porque Dios quiere algo contigo. Lo importante es que sabes que en algún momento del servicio tu vida va a impactar a alguien, tu vida será utilizada para cambiar la vida de alguien. Si vas predispuesto para que Dios te use, Dios te usará.

Cuando crees que no vas a ser usado por Dios, vas por cumplir, por compromiso, vas porque llegó otra vez domingo, el Ministerio se convierte carga. Pero cuando sabes que Dios va a usar tu vida, inconscientemente te preparas de una manera diferente, tu actitud dentro del mismo servicio cambia para bien: sonríes, eres atento, eres cordial.

S. Lucas 8:43-44 “Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.”

Esta mujer padeció de una enfermedad por 12 años, gastó todo lo que tenía se acercó a Jesús creyendo que podía hacer un milagro, habían muchas personas alrededor de Jesús pero no recibieron un milagro, está mujer si recibió su milagro porque se acercó creyendo, se acercó con expectativas de lo que Dios podía hacer en ella.

Es necesario que nos acerquemos creyendo que Dios puede hacer un milagro en nuestra vida, es necesario que cuando vayamos como siervos es necesito que sirvas creyendo que Dios puede hacer un milagro a través de tu vida.

Si Dios te ha llamado al servicio es porque quiere hacer algo grande en tu vida y a través de tu vida. Es necesario que lo creas, el primer paso es que creas, es que estés convencido de aquello. Si no lo crees nada va a su suceder.

S. Marcos 8:6 “Entonces mandó a la multitud que se recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud.”

Aquí vemos algo muy interesante, vemos a los apóstoles haciendo de diáconos repartiendo comida al pueblo, pero lo interesante de todo es que el milagro estaba ocurriendo en el altar donde estaba Jesús, pero fueron los apóstoles los encargados de llevar el milagro hasta la última persona, hasta el lugar más alejado.

En el púlpito puede suceder el milagro, pero tú eres el encargado de hacer que el milagro sea llevado hasta el lugar sobre tú estás sirviendo. Eres el encargado de que el milagro fluya, eres responsable de que el mismo espíritu que hay adelante en el púlpito fluya en el lugar donde te encuentras.

Debes ser un portador de la unción, para ello debes permitir que la unción fluya hasta donde te encuentras, cuando estás en el mismo espíritu que el predicador, cuando tienes el mismo sentir la unción fluye hasta el lugar donde te encuentras.

Nada debe impedir que la unción fluya, nada debe impedir que seas un portador de la gloria de Dios. Dios quiere que el milagro llegué hasta lo último del templo y quiere que tú seas su representante para llevar su gloria y poder.

Pero para ello debes estar totalmente limpio, nada debe fluir el mover del Espíritu Santo, una de las cosas que entorpece el fluir es la incredulidad, otra es el pecado.

2 Timoteo 2:20-21 “Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.”

La palabra nos alienta a q seamos utensilios de honra, Dios no mira nuestra condición social, no mira nuestra edad, no mira nuestro color de piel, Dios mira el deseo que tengamos de ser limpiados. Cuando estamos dispuesto a que Dios nos limpie, Dios nos usa con poder. No permitas que nada interrumpa el fluir del Espíritu Santo, no permitas que la falta de perdón la amargura el orgullo el odio interrumpa el fluir del Espíritu Santo

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