Tenía aproximadamente unos 14 años, en aquella
época mi mejor amiga (Emi) era cristiana, cuando hablamos sobre nuestra fe le
decía: soy católico porque nací en una familia católica, no pienso cambiarme de
religión, voy a morir siendo católico; lo cierto es que crecemos con una
religión autoimpuesta por nuestros padres y por la sociedad, no tenemos la
opción de elegir, al no poder elegir tenemos el problema de no sentimos
identificado con nuestras creencias, por lo tanto la mayoría de las veces no
practicamos nuestro credo, al no practica nuestras creencias surgen frases
como: católico no practicante o cristiano no practicante.
Al no practicar nuestra religión, muchas veces hay
en nosotros un sentimiento de culpa y estamos con un pie dentro de la iglesia y
con otro fuera y de rato en cuando miramos al cielo para ver si alguien nos
está mirando y para ver si caemos fulminados.
Si estamos en esta situación lo primero que
necesitamos hacer es cuestionarnos todo: creencias, actos y
pensamientos, ¿Por
qué voy o no voy a la iglesia?, ¿Por qué sirvo?, ¿Por qué estoy leyendo esto?,
¿Por qué creo en Dios?, ¿Por qué creo en Jesús de Nazaret?, si te sientes
obligado a hacer las cosas en la iglesia, ¡no la hagas!, todo debes hacerlo porque
tienes la convicción de lo que estás haciendo es lo correcto.
Mateo 23:27 “¡Ay de
vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros
blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro
están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.”
Porque al final no se trata de lo que hacemos o
de lo que decimos creer, no se trata de apariencias, se trata de lo que
realmente somos por dentro, de qué sirve que vayamos a todos los servicios de
la iglesia, que sirvamos en ministerios, que tengamos apariencia de piedad, si
nuestro corazón está corrompido, si está lleno de maldad; no sirve de nada,
porque no hay nada que podamos hacer para ganar el cielo, porque la salvación
ha sido dada por gracia (Efesios 2:8-9).
En palabras sencilla religión es todo aquello
que hacemos y creemos, pero lo cierto es que eso no nos lleva a ninguna parte,
la mayoría de las veces eso trae un conflicto interno, infelicidad, porque nuestro
cuerpo desea hacer algo y la “conciencia” nos dicta que hagamos otra cosa; si realmente
queremos un cambio, necesitamos separarnos de todas estas cosas y empezar a
buscar experiencias con Dios, pero esas experiencias necesitan salir de dentro
del corazón, porque eso es lo que realmente eres.
Tantas veces he preguntado a las personas ¿Por
qué eres cristiano?, la mayoría dice: porque nací en una familia cristiana, por
la cultura, porque estaba en un problema fui a la iglesia y me ayudaron, Etc.
Pero realmente no entiende lo que es ser cristiano, cuando digo cristiano
también me refiero a católico. ¿Qué pasa si hubieses nacido en otro lugar?,
hubieses sido budista, musulmán, judío; si no sabes porque eres cristiano, el
día de mañana alguien va a venir a contarte alguna historia bonita de algún
profeta, aparición o ángel y vas a dejar tu sistema de creencias y ritos para
iniciar otros (cambio de religión) es necesario que empieces a cuestionar tu
cristianismo y tengas la plena convicción de los motivos por los cuales eres
cristiano.
Lo que necesitamos hacer es trabajar en nuestro
interior, en lo que realmente hay dentro del corazón, porque el origen de la
palabra religión es re-ligar (unir con intensidad, amarrar con intensidad, ¿Qué
cosas?, Dios con el hombre), eso es logra solamente desde el interior mediante
las experiencias con Dios.
¿Por qué no buscamos tener experiencias con
Dios?
El problema es que hay mucho ruido dentro de
nosotros, porque hemos sido condicionados por la manera que las personas ven a
Dios, cuando empecé a escucharme a mí mismo, oía la voz de los sacerdotes, de
mi mamá que en su momento fue niña, que también fue condicionada por sus padres
y por otras personas.
Cuando fui adulto, estuvieron las
preocupaciones, los problemas, las emociones, los planes y los proyectos que
invaden mis pensamientos; necesitamos ser libres de todas esas voces para crear
nuestra propia experiencia con Dios; eso no es algo que se puede aprender
leyendo o mirando, la única manera es experimentando.
Por más que te explique la sensación de tirarse
desde una montaña en parapente, por más que veas videos desde arriba, nunca
sabrás lo que siente hasta que experimentes por ti mismo; por más que te cuenten
la sensación de tirarse en paracaídas desde un avión, o tomes cursos, o estés
en un simulador, no sabrás lo que se siente hasta que te tires en un paracaídas;
por más que te cuenten sobre experiencias con Dios, nunca sabrás lo que es
experimentar a Dios hasta que tú lo hagas, como decía Job “De oídas te había
oído; Mas ahora mis ojos te ven.” (Job 42:5). En el primer capítulo vemos a un
Job religioso, que hacía sacrificio, pero fue la experiencia lo que lo llevó a
conocer a Dios.
Cuando no experimentas y dejas que otros te
cuenten, estás creyendo en las experiencias que otros han tenido con Dios, pero
el problema es cada uno de ellos la cuenta bajo su propia perspectiva, lo malo
de esto es que muchas de estas personas han creado diferentes religiones y han
dicho esta es la única manera de llegar a Dios, esta es la única manera de ser
salvos; lo mismo han hecho con el mensaje de Jesús, lo han cambiado a su propio
parecer a tal punto que el Jesús que seguimos hoy en día no es necesariamente el
verdadero Jesús, han creado un Jesús para generar un control social y de esta
manera lograr sus propios fines; pero no quiero meter a todos en este mismo
saco, porque hay verdaderos pastores y líderes religiosos que siguen y enseñan al
verdadero Jesús, a estos la Palabra los llama “remanente”.
Te decía hace un momento que son personas las
que crean religiones, porque lo cierto es que Jesús no fundó el cristianismo,
el cristianismo fue legalizado por Constantino en el año 313 bajo el edicto de
Milán, lo curioso del caso es que Constantino abraza la fe justo antes de morir
en el año 337; en ese momento el cristianismo se unió con el estado y se
apropiaron de marca personal de Jesús, de sus enseñanzas, pensamientos, las
manipularon de tal manera que tuvieron el control de las personas por muchos
años; en ese momento el mensaje de Jesús se perdió, es por este motivo que
necesitamos tener experiencias con Dios para que nadie nos cuente una versión su
de Jesús.
Justamente en la Biblia hay una historia que me
gusta mucho sobre este tema:
Génesis 2: 16-17 “Y
mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas
del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás.”
Génesis 3:2-3 “Y la
mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos
comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No
comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.”
Vemos que Dios habló directamente con el
hombre, entonces podemos inferir que fue el hombre quien enseño a la mujer;
cuando se entrega un mensaje (enseñanza) existen varios elementos: el
transmisor, el receptor, el mensaje, el medio.
No sé si Adán (transmisor) enseño bien, no sé
si se expresó de manera adecuada (mensaje), o si Eva entendió (receptor) el
mensaje que Adán le transmitió, lo que si me queda claro es que hubo un
problema en la enseñanza, porque Eva le aumentó “ni le tocaréis” al mensaje, de
esta manera en los primeros versículos del capítulo tres podemos observar que
la mujer cambió muchas cosas del mensaje que Dios le había entregado a Adán.
La serpiente buscó a la mujer porque ella no
había tenido una experiencia directa con Dios, eso la convertía en una presa
fácil, para que quede claro… es probable que Eva hubiese tenido experiencias
con Dios sobre otras áreas, pero bajo esta área específicamente la Biblia no lo
muestra.
Sólo piensa por un instante, ¿te recuerdas el
mensaje que escuchaste hace un mes atrás? Lo más probable es que no, pero te
aseguro que recuerdas las experiencias que has tenido con Dios y lo que Dios te
ha dicho. Los mensajes de Dios no se borran porque quedan grabadas en el
corazón.
Entonces… ¿Es malo escuchar mensajes de
pastores?
Romanos 10:17 “Así que
la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”
De ninguna manera, es muy bueno, escuchar
mensajes, eso es lo que da el impulso a la fe, eso es lo que te lleva a creer
en Dios, pero no basta con escuchar la perspectiva que otros tienen de Dios.
Es necesario tener experiencias con Dios,
porque eso es lo que te transforma, lo que te cambia.
1 Corintios 3:6 “Yo
planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.”
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