miércoles, 11 de enero de 2023

El llamado tiene obstáculos

Mateo 14: 22-24 “En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.”

Jesús escoge a 12 hombres para que lo sigan y en un momento determinado, les pide que crucen el mar “solos”, mientras ellos estaban solos, las aguas se agitan, mueven el bote de un lado a otro, todo porque el viento les era contrario, a pesar de ser obedientes a Jesús, ellos encontraron dificultades para cumplir lo que se les había encomendado.

Es muy probable que, siendo obedientes a Dios, amándolo, sirviéndolo, haciendo todo lo que nos pide, encontremos dificultades en nuestras vidas, encontramos obstáculos qué nos impiden avanzar, recordemos cuando decidimos consagramos a Dios, todas las críticas que recibimos: te están lavando el cerebro (y bien lavado, porque Dios limpia toda la basura que recibimos durante tantos años), el bullying que recibimos por parte de nuestros parientes y amigos, como nos van haciendo a un lado de las reuniones, en otras palabras poco a poco nos van separando de su círculo social.

Al ver los obstáculos en su nueva vida, es probable muchos decidieron retornar a su vieja vida, en cambio otros continuaron remando a pesar de que las dificultades. Pero preste atención a esto, dice que el viento era lo que hacía que la barca sea azotada por las olas, sea cual sea el obstáculo, nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados, potestades, gobernadores de las tinieblas (Efesios 6:12), y por supuesto que ellos utilizan las circunstancias y las personas cercanas a nosotros para que no avancemos en nuestro ministerio y nuestro llamado.

Los discípulos al ver que no podían avanzar, al ver el viento, al sentir que las olas le impedían avanzar, pudieron volver a la orilla, esperar en un lugar seguro, no gastar sus fuerzas y esperar a que la tormenta pasara, pero me llama la atención que los discípulos no desistieron, sino que fueron perseverantes y más que perseverantes fueron obedientes a las instrucciones de Jesús. Esa actitud es digna de imitar, necesitamos ser igual que ellos, perseverar en el llamado a pesar de la adversidad, a pesar de las pruebas, porque la vida cristiana es una constante lucha, pero sabemos que a cada paso el Señor nos dará la victoria.

Marcos 6:47-48 “y al venir la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra. Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles.”

Viviendo en lo natural

Podemos ver que Jesús está observando perseverar a sus discípulos, quería saber si ellos volvían al primer problema, si vuelves al primer obstáculo, no eres digno de mi dice el Señor: las personas que vuelven se convierten es estatuas de sal, mirando el pasado, mirando lo cómodo y tranquilos que estaban.

Cree que Jesús le iba a encomendar evangelizar el mundo entero a un grupo de personas que renuncia al primer problema, a un grupo de vagos, de flojos, ¡por supuesto que no!, hay una frase que digo de manera continua, “hago lo que tengo que hacer”, no importa la circunstancia, no importa los problemas, no importa las dificultades, simplemente hago lo que tengo que hacer porque es Dios, quien me va a pedir cuentas de aquello que me ha confiado: familia, talentos, dones, ministerio.

No te voy a negar, muchas veces vamos a querer renunciar al ministerio, nos vamos a sentir cansados, agobiados, porque el ministerio es agridulce, a veces es dulce como la miel, pero otras, amarga como la hiel, los problemas se van a levantar, quiero que observes que los discípulos estaban remando con gran fatiga, estaban sin Jesús.

Cuando pretendes servir en un ministerio sin Jesús, te vas a cansar, te vas a fatigar, te vas a afanar, porque estás haciéndolo en un plano natural, en tus propias fuerzas, viviendo lejos de Dios, el ministerio va a ser una carga para tu vida.

Por eso que nosotros necesitamos vivir en un plano sobrenatural, buscando de Dios, pidiéndole que Dios sea dándonos fuerzas nuevas, renovando nuestra fuerza dando como la de un búfalo, para poder enfrentar los obstáculos.

Vivir una vida con amor/lealtad

En las dificultades es donde se demuestra el verdadero amor, recuerden cuando hicieron los votos del matrimonio: prometieron estar al lado de su pareja en los tiempos buenos y malos, en la salud y enfermedad, en la abundancia y la escasez; el verdadero amor se muestra en esos tiempos cuando las cosas van mal, la lealtad/compromiso se muestra cuando las cosas no salen como esperábamos. Me impacta la vida de Job, como a pesar de todo lo malo que le estaba pasando, no se quejó contra Dios, sino que permaneció fiel.

Es mas dijo: si recibí lo bueno, porque no voy a recibir lo malo (Job 2:10).

El amor es un tema de lealtad, ¡vamos a servir a Dios con plata y sin plata!, ¡vamos a servir a Dios en abundancia y en escases!, ¡vamos a servir a Dios con paro y sin paro!; ¡nada hará que renunciemos a nuestro Señor!

No es necesario que te estén recordando lo que tienes que hacer, lo debes hacer por voluntad propia, no es necesario que te llamen para hacerte recuerdo que debes orar, que tienes que leer, que debes ir al discipulado, que tienes que ir al servicio, que es necesario que hagas el devocional, a pesar de todos los problemas que puedas llegar a tener, sabes que estás haciendo lo que tu Señor quiere, porque lo amas.

Recuerda que es Dios, quien te está mirando, que te está observando y no importa si te ven o no te ven, es Dios quien mira tu actuar, tu proceder, cómo lo sirves, tu responsabilidad, si en secreto te humillas, lo buscas, en público Dios te va a exaltar.

Este no es un tema de capacidad o de inteligencia, es un tema de perseverancia, de permanecer, de ser fiel, de ser leal. Si vemos a los discípulos de Jesús, eran ladrones, pescadores, gente no preparada, pero ellos decidieron dejarlo todo para seguir al Señor, ellos fueron perseverantes, tenían sus problemas y complejos, si por supuesto, como cualquiera, pero aquí lo que se puede rescatar fue la perseverancia.

Si fuésemos capaces, entonces entraría el orgullo, la vanagloria y la gloria solamente le corresponde a nuestro Creador.

Viviendo en lo sobrenatural

Mientras ellos no decían nada, Jesús solamente observaba, solamente cuando ellos clamaron a Jesús, ¡él los ayudó!

Eso pasa en nuestra vida o en el misterio, cuando haces las cosas sin buscar a Dios, te vas a cansar, vas a remar vano, el ministerio va a ser una carga, con tus ojos naturales vas ver los defectos de las personas, vas a cuestionarlo todo, porque estás viviendo en un plano natural, no vas a avanzar en el ministerio, no vivirás una vida de poder.

Pero cuándo empieza a clamar todo cambia, cuando empiezas a hablar con el Señor, dejar que Él te guie, es cuando empiezas a vivir una vida sobrenatural, Pedro le dijo si eres tú manda que yo camine sobre las aguas y el Señor le dijo ven.

En ese momento Pedro a pesar de las olas, el viento, de la tormenta, se bajó de la barca y empezó a caminar, Pedro tenía la mirada puesta en Jesús, no en las circunstancias.

¿Cómo estás viviendo en este momento?

¿Vives mirando lo natural, las crisis, los defectos, los problemas?, o ¿Tienes la mirada en Cristo y las promesas que tiene para nosotros?, mientras tengas la mirada puesta en Jesús, nada te va a impedir estar en lo sobrenatural, viendo milagros, prodigios, crecimiento en el ministerio, las excusas se van a acabar.

Todo cambió cuando Pedro apartó la mirada de Jesús y prestó atención a las circunstancias que lo rodeaban, Pedro empezó a tener miedo y fue cuando Pedro empezó a hundirse.

No importa si eres pastor, profeta o apóstol si apartas la mirada de Jesús, en ese momento van a empezar los temores, las dudas, y te hundirás en la depresión y los problemas, por eso es importante que nunca apartes la mirada de Jesús.

Si miras al hombre, el hombre te puede fallar, se puede equivocar, el hombre puede cometer errores, pero Cristo siempre va a estar a un paso de poder darte una mano y sacarte de los problemas como lo hico con Pedro.

Mateo 14:31 “Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”

Podemos ver que Pedro nuevamente clamó para poder ser ayudado.

Cuando miramos los milagros que hizo Jesús, la mayoría fue de gente que arrebató su milagro, fueron personas que no se quedaron quietos:

  • El ciego Bartimeo, clamó a Jesús.
  • La mujer con flujo de sangre, se arriesgó y tocó el borde su manto.
  • Los chicos que hicieron un hueco en el techo y bajaron al paralítico
  • El centurión, dijo: di la palabra
  • La cananea, que a pesar de ser insultada, perseveró clamando el milagro.

Cuando tienes la actitud correcta, Dios puede hacer el milagro en tu vida.

Mateo 14:32 “Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.”

Volviendo a Pedro y Jesús, de manera personal No creo que Jesús hubiese vuelto a nadando, creo que volvió caminando y creo que Pedro también volvió caminando.

Los vientos nunca se calmaron, los vientos permanecieron, los problemas, las dificultades siempre van a estar presentes en nuestra vida, pero vamos a tener al Espíritu Santo a nuestro lado para ayudarnos, fortalecernos, empoderarnos, vamos a vivir una vida sobre natural.

¿Con pruebas, con luchas?, si, ¡pero en victoria!

Los vientos se calmaron, solamente cuando subieron a la barca, mientras remaban, mientras caminaban los vientos estaban presentes.

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