Josué 3:5 “Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros.”.
El pueblo estaba a punto de cruzar el río
Jordán, estaba a punto de entrar a la tierra que tanto desearon, durante 40
años estuvieron esperando este momento… entrar a la tierra que fluye leche y
miel.
Pero durante esos 40 años que estuvieron en el
desierto, Dios nunca los abandonó, Dios siempre estuvo con ellos, lo único que
tenían que hacer los israelitas para ver la gloria de Dios, era mirar arriba
para ver la nube que estaba sobre ellos, era esperar la noche para ver al
Espíritu Santo en forma de una columna de fuego, era beber agua de la roca que
representaba Jesús. Dios siempre estuvo sosteniendo a su pueblo.
Dios nunca abandona a sus hijos cuando están
cruzando el desierto, cuando están en pruebas, en dificultades los hijos de
Dios siempre van a ver operando a Dios en todas partes, siempre van a ver la
gloria de Dios sobre sus vidas.
Durante esos 40 años no faltó el pan, todos los
días caía maná del cielo, Dios proveía del pan para sus mesas, no faltó la
carne, no faltó el vestido, dice la palabra que la ropa crecía con cuando los
niños crecían, los zapatos crecían a medida que los niños crecían, que no se
desgastaban, porque Dios siempre provee en esos momentos de necesidad, Dios
demuestra ser Dios en los tiempos que el hombre no puede… Dios siempre puede.
Dios no cambia Dios es el mismo de ayer de hoy
y siempre, así como Dios proveyó a su pueblo Israel en el desierto, Dios
también ha provisto para su pueblo durante estos tres años y medio de crisis y
juicio que ha vivido Santa Cruz. No ha faltado el pan, el vestido y un techo sobre
nuestras cabezas, porque Dios es fiel.
Dios siempre estuvo operando, Dios siempre te
estuvo cuidando
Así como Dios hizo maravillas en el desierto,
así como Dios maravillas cuando estuvimos probados, agobiados, cuánto más Dios
no va a ser más maravillas cuando estemos en abundancia, en prosperidad, ahí
veremos La gloria de Dios manifestarse a otro nivel.
Dios nos dice: ya pasó lo peor, el desierto
quedó atrás, adelante solamente está lo que se te prometió, ¿Quieres seguir
viendo las maravillas de Dios?, ¿Quieres que Dios siga operando en tu vida?,
Dios solamente te pide una cosa.
Santifícate porque Dios hará maravillas en tu
vida.
Quiere decir: conságrate, entrégate a Dios,
deja atrás el pecado, deja las excusas, rinde de tu vida al único que vive y reina
Por los siglos de los siglos.
Josué 5
2 En aquel tiempo
Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar la
segunda vez a los hijos de Israel.
3 Y Josué se hizo
cuchillos afilados, y circuncidó a los hijos de Israel en el collado de Aralot
["de los prepucios"].
4 Esta es la causa por
la cual Josué los circuncidó: Todo el pueblo que había salido de Egipto, los
varones, todos los hombres de guerra, habían muerto en el desierto, por el
camino, después que salieron de Egipto.
5 Pues todos los del
pueblo que habían salido, estaban circuncidados; mas todo el pueblo que había
nacido en el desierto, por el camino, después que hubieron salido de Egipto, no
estaba circuncidado.
Para entrar a la tierra prometida, Israel tuvo
que santificarse, cumplir los pactos que había hecho, porque hasta ese momento
Israel se había olvidado de los pactos.
Dios había hecho con Abraham un pacto. Abraham
y sus descendientes tenían que circuncidarse, ese era el pacto visible de que
ellos pertenecían a Dios, así como cuando te casas y llevas un anillo, miras el
anillo y te recuerda que perteneces a otra persona, Dios le iba a entregar una
tierra prospera, pero Israel no cumplió el pacto, se olvidaron que le
pertenecían a Dios y adoraron a ídolos, dejaron de circuncidarse, se olvidaron
del pacto, Israel fue infiel.
A pesar de que Israel no cumplió su parte del
pacto, Dios cumplió lo que había prometido, porque Dios es fiel a pesar de
nuestra infidelidad, a pesar de que le fallamos Dios siempre cumple lo que
promete, a pesar de que nos olvidamos de Dios, Él siempre está allí para
nosotros.
Porque Dios no es hombre para que mienta ni
hijo de hombre para que se arrepienta.
Pero el punto aquí es que Israel recordó el
pacto y decidió cumplirlo, sí has sido infiel con Dios, sí has fallado
compromiso, este es el tiempo en la cual puedes volver a pactar con Dios,
decide cumplir tus pactos, decide volver tu mirada a Dios, decide enfocarte en
Dios, santifícate y deja que Dios haga maravillas en tu vida y a través de tu
vida.
La circuncisión era parte del pacto del pueblo
de Israel, esta era una circuncisión física, en el nuevo pacto se nos ha
enseñado qué hay una circuncisión del corazón, pero hoy día quiero mostrarte
que Dios siempre pidió la circuncisión del corazón.
Deuteronomio 10:16
“Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más
vuestra cerviz.”
A Dios siempre le importó la circuncisión del
corazón, pero el hombre siempre fue duro, rebelde, contumaz.
Hoy día Dios nos está pidiendo circuncidar el
corazón, sacar toda la suciedad, todo lo que no sirve, hay gente que acumula
cosas que no sirven, son acumuladores compulsivos, ¡limpia tu corazón!
Sobre toda cosa guardada Guarda tu corazón
porque de él maná la vida, parte de ese proceso de santificación es la
circuncisión del corazón.
Es tu responsabilidad circuncidar el corazón,
no es responsabilidad del pastor, del líder, del apóstol, es tu responsabilidad,
eres tú el que tiene que querer apartarse, consagrarse, eres tú quien decides
dejar el pecado, eres tú quién decide ser santo para Dios.
¡circuncida tu corazón!
¡Y allí verás la gloria de Dios!
El cumplimiento de las promesas está delante,
Eso quiere decir que: ¿todo va a ser fácil de
aquí a en adelante?
¡No!
El pueblo de Israel conquistó la tierra
prometida, la tierra estaba llena de gigantes, hombres grandes, fuertes;
ciudades amuralladas, pero Dios estaba con Israel y si Dios está contigo no hay
gigante que se puede resistir.
Recuerda David Cuándo se enfrentó a Goliat de
edad de 17 años, flaco, débil; tú eres ese David, te pueden menospreciar, te
pueden mirar a menos, pueden no tomarte en cuenta, pero es Dios quién dirige tu
mano, pero es Dios quién te respalda, pero es Dios quién te da la victoria.
Porque no es con fuerza, no es con caballo, no
es con espada, no es con ejército, es con mi Espíritu dice Jehová de los
ejércitos.
Puede que haya ciudades amuralladas, pero es
Dios quién aplasta esas ciudades cómo lo hizo con Jericó.
Lo que quiero decir es que van a existir los
problemas, van a haber batallas, se va a tener que luchar, pero si Dios está
contigo, tienes la victoria asegurada.
Dios va contigo como poderoso gigante y tus
enemigos pueden venir por un camino pero por siete Irán escaparán delante de
ti.
¡Porque Dios va a hacer maravillas contigo!
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