Durante mucho tiempo el hombre ha
intentado agradar a Dios, es por este motivo que vemos alrededor del mundo
religiones establecidas por el hombre como una manera de acercarse a Dios, algunos
levantaron estatuas, otros levantaron templos, otros sacrificios, otros ritos
de toda clase, pero es imposible para el hombre agradar a Dios o intentar
acercarse a Dios a la manera del hombre
Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es
necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de
los que le buscan.”
Dios ha establecido maneras de
agradarlo y de acercarse a Él, por más buenas intenciones o deseos que el
hombre tenga no podrá jamás agradar a Dios si no lo hace a la manera que Dios
lo ha establecido. De hecho hay muchos ejemplos bíblicos de cómo algunos
personajes intentaron agradar a Dios, pero Dios rechazó su ofrenda porque no
estaban de acuerdo a lo que Dios estableció.
1. La ofrenda de Caín
Génesis 4:3-5 “Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto
de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de
sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su
ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín
en gran manera, y decayó su semblante.”
Caín y Abel presentaron ofrendas
a Dios, pero Dios acepta la ofrenda de Abel y mientras que rechaza la ofrenda de
Caín, mucho se ha especulado sobre los motivos por los cuales Dios rechazó la
ofrenda de Caín, incluso se ha llegado a decir que Caín presentó cualquier
clase de fruto, o que los frutos eran verdes o podridos, pero que dice la
biblia sobre los motivos por los cuales Dios rechazó la ofrenda de Caín.
Génesis 2:17 “mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”
Dios le dijo al hombre si pecaba
iba a morir (Romanos 6:23 “porque la
paga del pecado es la muerte…”), Dios exigía derramamiento de sangre para
cubrir el pecado, de hecho cumplió con esto, porque cuando expulsó al hombre y
a la mujer los vistió de pieles de animales (Génesis 3:21 “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de
pieles, y los vistió.”), uno o más animales pagaron por el pecado de Adán.
En la ofrenda de Caín no hubo derramamiento
de sangre, mientras que en la ofrenda de Abel si existió derramamiento de
sangre, esta sangre cubrió los pecados de Abel, mientras que Caín no tenía
cubiertos sus pecados.
Hoy en día no es necesario
presentar animales y sacrificarlos para que nuestros pecados sean cubiertos,
Jesucristo fue el último sacrificio que borró nuestros pecados (Hebreos 9:28 “así también Cristo fue
ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos…”), pero todavía
presentamos ofrendas y diezmos a Dios. Inclusive nuestro servicio es una
ofrenda que para nuestro Dios.
Dios ahora examina nuestro
corazón (1 Tesalonicenses 2:4 “…no como
para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones”) para
que nuestra ofrenda sea aceptada o rechazada. Dios busca una circuición del
corazón (Romanos 2:29 “y la circuncisión
es la del corazón, en espíritu”), por lo tanto es necesario que nuestra
ofrenda sea presentada con un corazón puro, sin contaminación, sin esperar nada
a cambio, simplemente con el deseo de agradar a nuestro Señor… con amor.
Mateo 5: 23-24 “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te
acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante
del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y
presenta tu ofrenda.”
A Dios le interesa más el estado
de tu corazón antes que tu ofrenda, tu corazón tiene que estar totalmente puro
para presentar tu ofrenda y que esta sea aceptada delante de Dios. La siguiente
vez que presentes tu ofrenda, tu diezmo, pacto o tu servicio pregúntate primero
las intenciones de tu corazón.
2. Nadab y Abiú y el fuego extraño
Éxodo 24:9-11 “Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de
los ancianos de Israel; y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies
como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno. Mas no
extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y
comieron y bebieron.”
Nadab y Abiú eran hijos de Aarón,
las escrituras los presentan como hombres respetables, estos hombres eran parte
de la comitiva que subió hasta la mitad del monte cuando Moisés subió a hablar
con Dios (Éxodo 24:1-2 “Dijo Jehová a
Moisés: Sube ante Jehová, tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos
de Israel; y os inclinaréis desde lejos. Pero Moisés solo se acercará a Jehová;
y ellos no se acerquen, ni suba el pueblo con él.”), tuvieron el privilegio
de ver (de lejos) como Moisés hablaba con Dios, privilegio que no tuvo el resto
del pueblo. Estos hombres son mencionados como príncipes del pueblo de Dios.
Nadab era el sucesor de Aarón, y
Abiú era el siguiente en la línea de sucesión, estos hombres eran sacerdotes
del Dios altísimo (Levítico 8),
aparentemente eran hombres respetables, justos, príncipes, nobles, líderes
espirituales, servidores de Dios. Pero algo ocurrió el primer día de servicio
en el tabernáculo.
Levítico 10:1-2 “Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su
incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y
ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió
fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová.”
Nadab y Abiú se presentaron en el
tabernáculo, tomaron su incensario, pusieron fuego y lo ofrecieron delante de
Jehová, pero salió un fuego y los quemo… ambos murieron quemados. Existen
diferentes teorías sobre el porqué salió fuego y estos hombres murieron.
- En el altar de bronce había un
fuego que no se apagaba jamás, los sacerdotes eran los responsables de mantener
esa llama ardiendo a perpetuidad (Levítico 6:13 “El fuego arderá
continuamente en el altar; no se apagará.”) y el fuego del altar de bronce
era utilizado para presentar las ofrendas a Dios (Levítico 6:12 “Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino
que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y acomodará el holocausto sobre
él, y quemará sobre él las grosuras de los sacrificios de paz.”), por lo
tanto es posible que Nadab y Abiú hubiesen tomado un fuego de algún otro lugar no autorizado por Dios
para presentar ofrenda (en este caso de incienso), esta teoría surge de la
frase “fuego extraño”.
Esto nos debe llamar mucho la
atención de tener cuidado en presentar ofrenda a Dios que no provenga del
Espíritu, Juan 4:24 “Dios es Espíritu; y
los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”, la
ofrenda, la adoración tiene que ser espiritual y provenir del Espíritu de Dios
para que esta sea aceptada.
- Presentaron una ofrenda que Dios
no pidió que lo hicieran, es decir que ellos por propia iniciativa intentaron
hacer algo que Dios no les pidió hacer, ¿Cuál el motivo? Dios sabía que el
pueblo de Israel vivía rodeado de pueblos paganos y no quería que Israel
adoptara costumbres y maneras de adorar de estos pueblos, Dios quería que el
pueblo de Israel mantenga una doctrina sana y pura. Aparentemente Nadab y Abiú
eran hombres aprobados por el pueblo pero intentaron agradar a Dios con cosecha
propia.
Esto nos enseña que nuestra
doctrina debe ser bíblica, debe ser pura, no debe estar contaminada con
costumbres del lugar donde vivimos, no puede haber sincretismo en nuestra
doctrina. La fe que profesamos tiene que pasar por un filtro y ese filtro es la
Biblia.
- Es probable que Nadab y Abiú se
hubiesen presentado ebrios, Levítico
10:9 “Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando entréis en el
tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para
vuestras generaciones”, es probable que estos hombres hubiesen bebido antes
de iniciar su servicio, por lo tanto quisieron servir a Dios con los sentidos
alterados… estando ebrios.
- Es probable que hubiese pecado
escondido en las vidas de Nadab y Abiú (Éxodo
28:43 “Y estarán sobre Aarón y sobre sus hijos cuando entren en el tabernáculo
de reunión, o cuando se acerquen al altar para servir en el santuario, para que
no lleven pecado y mueran. Es estatuto perpetuo para él, y para su descendencia
después de él.”), no se purificaron adecuadamente y al presentarse al
servicio murieron.
Al margen del motivo por los
cuales estos dos hombres murieron debemos tener mucho cuidado de donde
obtenemos los elementos de nuestro servicio u adoración, para no presentar
fuego extraño. Debemos tener cuidado de que nuestra adoración o servicio no sea
un sincretismo y exista una mescolanza de doctrina pura con elementos paganos.
Debemos tener cuidado de presentarnos sin pecado en nuestras vidas en el
servicio.
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