Números 18:20 “Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás
heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de
los hijos de Israel.”
Ya hemos visto que hemos sido
honrados por Dios al momento de nuestro llamamiento porque nos ha levantado de
en medio del pueblo, pero así como Dios nos llama al ministerio, Dios no nos
abandona a nuestra suerte, sino que dice que Él mismo es herencia para nosotros…
sus siervos.
Dios nos dice que nuestra
herencia no es terrenal, nuestra herencia no se encuentra en la tierra sino que
nuestra herencia es celestial, nuestra herencia es Dios mismo. Este es el pacto
que Dios ha hecho con nosotros sus siervos: Tú eres mío y Yo soy tuyo.
La palabra dice que Jehová es tu
guardador, Jehová es la sombra a tu mano derecha, porque hay un pacto Tú eres de Dios y Dios es tuyo, Él no
te desampara ni de día ni de noche, hoy día dile a Dios este pacto es para mí, me
apropio de este pacto, este día hago un pacto contigo, yo soy tuyo y Tú eres mío.
No es necesario que te afanes,
cada día tiene su propio afán, Dios es un Dios que provee no te afanes porque
vas a comer, o que vas a beber o por el techo sobre tu cabeza, Salomón con toda
su riqueza no se vestía como las flores silvestres, que hoy es… y mañana ya no…
y Tu vales mucho más que las flores del campo.
Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas.”
La palabra no te promete que todas las cosas se te van a proveer, lo
que promete la palabra es no faltará el pan en tu mesa y si es necesario… Dios
enviará a los cuervos para proveerte
del sustento como lo hizo con el profeta Elías.
Dios te promete que no te faltará la ropa. Porque tú eres un hijo del Dios
viviente, tú eres hijo del Rey de reyes y como príncipe debes vestirte, como
príncipe debes pensar y como príncipe debes actuar.
Josué 13:33 “Mas a la tribu de Leví no dio Moisés heredad; Jehová Dios
de Israel es la heredad de ellos, como él les había dicho.”
Dios no quería que los Levitas
tuviesen una herencia en la tierra, porque era necesario que los Levitas
aprendan a depender de Dios, nosotros como siervos nuestra dependencia está en
Dios no en la tierra, no en el hombre, nuestra dependencia debe estar puesta en
el Dios de los cielos.
Mientras las tribus dependían de
la lluvia temprana y tardía, los levitas sólo dependían de Dios, mientras las
tribus dependían de que la tierra diera sus frutos, los levitas sólo
dependían de Dios. Mientras los otros
dependen de la economía de las circunstancias, mientras los otros dependen del
clima, de la tierra, nosotros vivimos por fe, nosotros dependemos de Dios,
nosotros recibimos los sueños de Dios y creemos que Dios cumple nuestros sueños
porque no son nuestros sueños ni nuestros deseos, son los deseos de Dios,
porque nuestro espíritu está alineado al Espíritu de Dios.
Pero por un momento trasládate a
ese momento cuando Josué reparte la tierra entre las tribus de Israel ¿Cómo te
sentirías si vieras cómo se reparte la tierra entre todos tus hermanos y a ti
no te toca nada? Tal vez te sientas molesto o enojado, tal vez te sientas que
no tienes nada, pero un momento detente y piensa… tú tienes la mejor parte, tu
parte es Dios mismo, tu herencia es el mismo Dios, los otros tendrán tierras,
los otros tendrán posesiones, riquezas, pero tú tienes lo mejor… Dios, tú tienes lo mejor… salvación.
Cuando Pablo se quejaba a Dios
sobre su aguijón Dios simplemente le
dijo a Pablo bástate mi gracia,
¿Quieres tener posesiones materiales? ¿Quieres tener fama? ¿Quieres tener
riquezas? El ministerio no te garantiza ninguna de esas cosas… es probable que
Dios con el tiempo de las dé para que su palabra sea extendida por el mundo
entero, es probable que Dios te la de para extender las estacas de su reino…
pero no te garantiza. Lo que si te garantiza es que tu herencia es Dios mismo.
Salmos 2:8 “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como
posesión tuya los confines de la tierra.”
Tener bienes materiales es poseer
algo que tiene límites, mientras que tener a Dios de tu lado es poseerlo todo,
no mal interpretes no está mal tener tierras, no está mal posesiones, no está
mal tener riquezas, lo importante es no poner la mirada en esos bienes
materiales, lo importante es para ¿Qué utilizas esos bienes? Para tu propio
beneficio o para extender el reino de Dios.
¿Qué es poner la mirada en las
posesiones? Un hombre que tenía muchos bienes un día dijo: regocíjate alma mía
porque tienes bastante, necio esa noche tu alma será pedida. Es confiar en la
habilidad, es confiar en la riqueza, es confiar en lo que puedes lograr sin la
ayuda de Dios. Pero recuerda que es Dios
quien da la habilidad para hacer las riquezas.
Dios dice: Ocúpate de mis asuntos
y yo me ocuparé de los tuyos, ocúpate de Mí carga y yo me ocuparé de la tuya.
Como siervo de Dios nuestro deber es ocuparnos de los trabajos ministeriales,
de los evangelismos, de las campañas, de
las vigilias, de los retiros, de los servicios, de las necesidades del
hermano, de buscar de Dios, de aprender de la palabra, lo demás mi hermano es
añadidura.
Los levitas no se entregaron voluntariamente a Dios, sino que fue
Dios quien los escogió, pero también Dios se entregó a los levitas, el Señor
los escogió para tener una relación más
íntima con ellos, pero hoy en la gracia es diferente nosotros nos entregamos voluntariamente a Dios para servirlo y nos
convertimos en doulos, nos
convertimos en esclavos por amor, ahora somos nosotros los que anhelamos tener
una relación más íntima con nuestro
Dios. En apariencia los levitas
fueron limitados en sus posesiones terrenales, pero Dios les dio todo lo que
era suyo. Hoy Dios al ver nuestro amor por Él nos da lo que le pertenece Salmos 2:8 “Pídeme, y te daré por herencia
las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.”.
1 Samuel 1:8 “Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿Por
qué no comes? Y ¿Por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez
hijos?”
Cuando Ana lloraba porque no
podía concebir un hijo, su esposo Elcana se acerca y le pregunta ¿No te soy yo
mejor que diez hijos? Dios hoy te pregunta ¿No soy yo mejor que las tierras,
que la fama, que el dinero, que las riquezas?… Yo soy tu herencia.
Muchos como siervos pasamos por
dificultades económicas, por pruebas, por limitaciones, hoy a todos ellos Dios les
está diciendo Yo soy tu herencia, yo
voy a suplir tus necesidades.
MI hermano en ningún momento he
dicho que tener posesiones está mal, no estoy condenando el tener bienes
materiales, no quiero que te vayas con esa idea. Es más Dios quiere que tengas
en abundancia, pero Dios no quiere que lo busques o estés en el ministerio por
las riquezas, porque las riquezas en el ministerio, no son los logros, ni los
reconocimientos, la riqueza del ministerio es la presencia de Dios, nuestro
mayor galardón es Dios mismo.
3 Juan 1:2 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas,
y que tengas salud, así como prospera tu alma.”
Amado consiervo Dios tiene una
promesa para tu vida, Dios es tu
herencia y tu Padre y como tal desea que tú tengas prosperidad en todas las
áreas de tu vida. Dios no quiere que sufras, ni que tengas escases, pero es
necesario que primero busquemos una prosperidad integral, una prosperidad del
alma, para que aquello que está en lo espiritual se haga realidad en lo físico.
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