La Biblia habla
de talentos y de dones espirituales, ambos son regalos de Dios, y a medida que
se los usa van incrementando su efectividad, ambos son para ser usados en
beneficio de otros, no para propósitos egoístas.
A Pesar de que
ambos son regalos de Dios, una de las grandes diferencias es que los talentos
son dados a todos los seres humanos crean o no crean en Dios, mientras que los
dones espirituales son dados a aquellos que creen en Jesucristo.
1 Corintios 12:7-11 “Pero a cada uno le es dada la
manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu
palabra de sabiduría;
a otro, palabra de ciencia
según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo
Espíritu. A otro, el hacer milagros;
a otro, profecía; a
otro, discernimiento
de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas
cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular
como él quiere.”
En primer lugar
es importante notar que a todos los creyentes Dios les da dones espirituales,
los dones no están limitados a algunos, los dones espirituales no están
limitados a los líderes, a los pastores, a los profetas. Entonces ¿por qué esos
dones espirituales se manifiestan en algunas personas?, la respuesta es
sencilla: porque el creyente no cree en los dones, porque acepta las mentiras
que el diablo, porque no lleva una vida consagrada, porque no practica los
dones espirituales, porque no pide los dones.
Lo triste es que
algunos cristianos cuando ven alguna manifestación del Espíritu mediante estos
dones empiezan a criticar a desconfiar en lugar de pedirle al Espíritu Santo
que también esos dones se manifiesten en ellos. Esto se debe a una actitud, es
muy importante que tengamos la actitud correcta. Y empecemos a anhelar los
dones que el Espíritu tiene para nosotros.
Ningún hombre es
dueño de los dones espirituales, dice la palabra que el Espíritu Santo reparte
a cada uno el don como Él quiere repartir. Al ser dones espirituales son
regalos, y los regalos depende de nosotros si los usamos o no los usamos, pero
pregunto… Si tu regalas algo a alguien y ese alguien no usa el regalo que le
diste, ¿le volverías a dar otro regalo?, claro que no, por eso es muy importante
que una vez que sabes que don el Espíritu Santo derramo sobre ti, empieces a
usarlo y a medida que vas usando los dones del Espíritu Santo estos dones se
van potenciando.
Los talentos
también se potencian mientras los practicamos, por ejemplo mientras más
practicas un talento, ya sea practicar un deporte, ya sea tocar un instrumento,
ya sea practicar un arte, mientras más practicas el deporte, te conviertes en
un experto. Hay personas que nacen con un talento natural para practicar un
deporte, pero la constancia, la disciplina, el entrenamiento científico te
puede convertir en un excelente deportista.
Colosenses 3:23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de
corazón, como para el Señor y no para los hombres;”
Cuando inicias
algo tal vez no te sientas cómodo, tal vez sientas que eres un inútil, o que
eres malo, recuerdo que cuando inicié en mi carrera, había cosas muy difíciles
por hacer, retos que parecían increíblemente grandes y pensaba que no podía
solucionarlos, pero la perseverancia permitió que pueda aprender y ser un buen
profesional. Es necesario que salgamos de nuestra zona de comodidad y nos
esforcemos.
La palabra del
Señor nos anima a que nos esforcemos y hagamos las cosas con excelencia, que
demos el 100% de nuestro ser, le digo a mi hijo, no te pido que seas el mejor
estudiante, no te pido que seas el mejor en todo, lo que si te pido es que des
el 100% de tu esfuerzo, con eso me voy a sentir satisfecho y sé que lo que te
propongas lo vas a lograr. Sé que si das el 100% de tu esfuerzo te va a ir bien
en la vida. Mi hijo mayor entrenaba taekwondo, le decía si el instructor te
pide que des 10 patadas, da 11, si el entrenador te pide que des 10 vueltas, da
11; cuando tienes esa mentalidad de siempre dar un poco más de lo que se te
pide, cuando tienes esa mentalidad de dar lo mejor de ti, eso es caminar la
milla extra.
Hay una historia
que quiero contarte: Resulta que en una empresa había dos amigos que trabajaban
en una empresa, uno de ellos era jefe y el otro subordinado, llego el tiempo en
el que era el jefe tenía que jubilarse, y bueno el que no era jefe pensó, “esta
es mi oportunidad para ser jefe”. Pero el dueño de la empresa decidió que no y
en su lugar nombró a alguien más joven. Al ver que no había sido tomado en
cuenta se molestó mucho, él había trabajado duro para que la empresa creciera,
estaba seguro que por el esfuerzo le tocaba ser el jefe, fue a hablar con el
dueño de la empresa y le pregunto ¿por qué no había sido tomado en cuenta? Y
tuvieron esta conversación
Dueño- ¿ves ese
camión que está al frente?, averigua ¿qué está haciendo? – el trabajador va y averigua.
Trabajador- Está
descargando zapatos
Dueño - ¿Cuánto
tiempo van a tardar? – el trabajador va y averigua
Trabajador – 50
minutos
Dueño - ¿Dónde
van luego? – el trabajador va y averigua
Trabajador – a
Cochabamba
El Dueño llama
luego al joven que había sido nombrado Jefe y le dice
Dueño- ¿ves ese
camión que está al frente?, averigua ¿qué está haciendo? – el nuevo jefe va y
averigua.
Nuevo jefe –
están descargando zapatos, van a tardar 50 minutos y luego se van a Cochabamba
a traer más zapatos.
El trabajador
antiguo comprendió que solamente hacía lo que se le pedía, mientras que el
joven estaba dispuesto a dar un poco más.
Muchas veces
creemos que trabajando bien vamos a conseguir un mejor puesto, pero no es así,
a lo mucho que podemos conseguir trabajando bien, es conservar nuestro empleo.
Si somos excelentes podemos conseguir un mejor puesto, si trabajamos bien
podemos conservar nuestro trabajo, pero si trabajamos mal vamos conseguir que
nos despidan.
Se han dado
cuenta que la mayoría de las personas lo que hacen es preguntar primero ¿cuánto
es la paga? En lugar de preguntar primero ¿qué es lo que debo hacer? Querido
hermano es importante cambiar de mentalidad, esa mentalidad mediocre que no
permite que avancemos en nuestra vida, sólo que he querido tocarte un punto el
trabajo, pero lo mismo puedes aplicar a todas las áreas de tu vida, deporte,
ministerio.
Pero sabes que
es lo bonito de todo es que Dios no va a darnos más de lo que podamos soportar,
Dios va colocando retos a lo largo de nuestra vida, pero esos retos están
diseñados para que los podamos pasar. Ejemplo.
Jueces 6:11-12 “Y vino el ángel de Jehová, y se sentó
debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo
Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los
madianitas. Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está
contigo, varón esforzado y valiente.”
Vemos que los
israelitas estaban viviendo escondidos de sus enemigos, ellos se veían como
víctimas, ellos vivían con miedo, pero no importa como nos vemos, lo que
importa es cómo Dios nos ve, Dios veía a este hombre como un hombre valiente,
esforzado. Es muy importante que cambies de mentalidad, es muy importante que
dejes de escuchar la voz del enemigo y empieces a escuchar la voz de Dios. El
enemigo te dirá: no puedes, eres un inútil, eres un perdedor, no lo vas a
conseguir, pero la voz de Dios dice, te veo como hombre esforzado, como un
hombre valiente, la voz de Dios te dirá: “todo lo puedes en Cristo que te
fortalece”.
Ahora depende de
ti si escuchas la voz de Dios o si escuchas la voz del enemigo, Dios quiere que
salgas de tu zona de confort y empieces a avanzar, y será como David, Dios puso
un león, luego un oso, pero Dios quiere que tu derribes a tu gigante, Dios lo
que quiere es darte a tus enemigos en tus manos.
Tal vez
consideras que no muchos talentos o dones espirituales, pero esos talentos o
dones que Dios te ha dado es importante que los pongas a trabajar.
En la parábola
de los talentos vemos que Dios da diferentes dones dependiendo de la capacidad
de las personas, no todos tenemos la misma capacidad, algunos tienen más otros
tienen menos, pero lo importante es que aquello que Dios nos da lo pongamos a
trabajar, aquel que recibió dos talentos no se quejó, no dijo: “¿por qué a este
le dieron 5 y a mi sólo 2?”. El simplemente lo puso a trabajar.
Cuando pones a
trabajar tus talentos o tus dones, Dios los multiplica. Pero lo interesante es
que ambos trabajadores no se quedaron con los talentos, sino que ellos los
entregaron a su Señor. Mientras que aquel que escondió el talento, el Señor se
lo quitó, eso pasa si no explotas aquello que Dios te ha dado, al final te lo
va a quitar.
Tenemos la
responsabilidad de desarrollar los talentos que se nos han dado. Algunas veces
pensamos que no tenemos muchos talentos o que otras personas han sido
bendecidas con más habilidades de las que nosotros poseemos. A veces no
utilizamos nuestros talentos por miedo de fracasar o de que puedan criticarnos
los demás. Sin embargo, no debemos esconder nuestros talentos.
- Lo primero que debemos hacer es descubrir nuestros talentos y hacer una evaluación de nosotros mismos para saber cuáles son nuestras aptitudes y habilidades.
- Segundo, debemos estar dispuestos a dedicar tiempo y esfuerzo para desarrollar el talento que deseamos adquirir.
- Tercero, debemos tener fe en que nuestro Dios nos ayudará, y tener fe en nosotros mismos.
- Cuarto, debemos aprender y adquirir las destrezas necesarias para desarrollar nuestros talentos. Podemos hacerlo al tomar clases para mejorar las destrezas.
- Quinto, debemos poner en práctica nuestros talentos; todo talento requiere esfuerzo y trabajo y el llegar a dominarlo requiere dedicación.
- Sexto, debemos compartir nuestros talentos con los demás.
Beethoven
compuso su mejor música después de quedar sordo; Moisés era tardo en el habla,
lo superó y llegó a ser un maestro poderoso (véase Moisés 6:26–47). Algunos
grandes deportistas han tenido que vencer serias discapacidades antes de
triunfar
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