viernes, 19 de octubre de 2018

Buscando la presencia de Dios


Éxodo 29:45 “Y habitaré entre los hijos de Israel, y seré su Dios.”

Dios siempre ha querido tener una relación con su pueblo, desde el principio de los tiempos vemos como Dios se relacionaba con Adán, caminando junto al hombre en el huerto de Edén, hablando con el hombre. Dios tuvo una relación con el hombre hasta que el hombre pecó, el hombre tuvo que salir del huerto porque nada sin santidad no se puede estar en la presencia de Dios.

Pero el hombre cambió esa relación con Dios por: ritos, manera y métodos de acercarse a Dios, que podías llegar hasta el atrio, que solamente los sacerdotes podían acercarse a Dios, y necesitabas de los sacerdotes para tener una relación con Dios, los sacerdotes se volvieron los intermediarios; sólo los sacerdotes se podían acercar al lugar santísimo, el hombre estableció una serie de procedimientos para tener una relación con Dios, y esto llevó a que el hombre se aleje de Dios.

En lugar de tener un Dios cercano, tuvimos un Dios lejano. Pero la Biblia nos dice algo muy diferente Dios quiere ser un Dios cercano que se preocupa por su pueblo, cuando Israel salió de Egipto Dios le pidió a Moisés que construyera un tabernáculo para que Su presencia esté cerca del pueblo, también le pidió que hiciera un arca del pacto, que era símbolo de la presencia de Dios en medio del pueblo; cuando era de día había una nube y cuando de noche había una columna de fuego; todas ellas eran manifestaciones de la presencia de Dios en medio del pueblo.

Cuando Jesús estaba en la tierra le dijo a la mujer samaritana: (Juan 4:21) Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Cuando Jesús murió en la cruz del calvario, la cortina del templo de rasgo.

Mateo 27:51 “Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo...”

Desde ese momento Dios no habitó en templo hecho por manos de hombre (Hechos 17:24), Dios habita en los corazones de aquellos que le aman.

David lo entendía perfectamente, David era un hombre que buscaba a Dios todo el tiempo. Cuando estaba cuidando las ovejas, David estaba adorando a Dios con su arpa. Cuando venían los  problemas (oso, león) no se quejó ni huyó, los enfrentó y decía Dios está preparándome para cosas más grandes, entendía que todo estaba en control de Dios, cuando enfrentó a Goliat le dio toda la gloria a Dios diciendo: “Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos”. Es necesario que sepas que cada vez que enfrentes un problema es porque Dios te está preparando para matar a tu gigante.

David a pesar de las dificultades, no se quejó sino que siempre buscaba y adoraba a Dios, esa es la actitud de un adorador, de un hombre que tiene una relación con Dios, cuando David fue rey de Israel y tuvo la oportunidad de volver a traer el arca a Jerusalén lo hizo. Pero lo hizo de manera incorrecta, subió el arca a un carro adornado, tirado por bueyes. Uza extendió su mano y cayó fulminado.

2 Samuel 6:10-11 “De modo que David no quiso traer para sí el arca de Jehová a la ciudad de David; y la hizo llevar David a casa de Obed-edom geteo. Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa.”

En ese momento David desistió y dejó el arca en casa de Obed-edom, ese tiempo que el arca estuvo en casa de Obed-edom fue bendecido con toda su casa. ¿Por qué? Porque la bendición está donde Dios está presente. Muchos buscan la bendición y se olvidan de Dios, siendo que la presencia de Dios es bendición. 

Donde está Dios no hay escases, no hay enfermedad, donde está la presencia de Dios hay prosperidad.

Después David fue averiguó que el arca debía ser llevado por los levitas, eso quiere decir que como sacerdote llevas la presencia de Dios donde te encuentras. Estás cargando la presencia de Dios  todo el tiempo. Eres un tabernáculo que lleva la presencia de Dios.

Vemos que David danzaba en la presencia de Dios, se gozaba y no le importaba que digan que estaba loco, que lo critiquen, David sabía que era Dios quien lo había levantado de ser un pastor de ovejas a ser el Rey de Israel, sabía que la mano poderosa de Dios lo sostenía y no el hombre, por lo tanto no miraba al hombre, miraba a Dios.

Nosotros debemos poner la mirada en Dios, porque el hombre nos va a decepcionar, el hombre nos va a defraudar, el hombre nos va a fallar, pero Dios jamás lo hará.

Su esposa Mical lo miró y lo criticó, pero David se apartó de ella y no la volvió a tocar por haber menospreciado a Dios.

1 Crónicas 15:1 “Hizo David también casas para sí en la ciudad de David, y arregló un lugar para el arca de Dios, y le levantó una tienda.”

En esa tienda sólo entraba David y el arca, allí no había espacio para el sacrificio, para el candelero, para los panes, sólo había espacio para la presencia de Dios y para David, no había necesidad de rituales, no había necesidad de protocolo, sólo había intimidad, sólo había tiempo con Dios.

Es hermoso cuando un hijo se acerca al padre simplemente porque desea disfrutar de la presencia del padre, sin necesidad de pedirle nada. Esa es la clase de relación que debemos tener con el padre.

Samos 27:4 “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.”

David lo único que quería era estar en la presencia de Dios todos los días de su vida, querido hermano hoy te aliento a que tengas la misma actitud de David, buscar la presencia de Dios, tener tanta intimidad con Dios, que la relación no necesita tener un protocolo, sino que sabes que Él siempre está allí a tu lado.

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