sábado, 18 de enero de 2020

Como Consagrarse para Dios


Éxodo 29:1 “Esto es lo que les harás para consagrarlos, para que sean mis sacerdotes...”

Como sacerdotes de Dios nosotros necesitamos ser consagrados para su servicio. El consagrarnos quiere decir que nosotros nos estamos apartando para el uso exclusivo de Dios, dejamos que Dios tome el control de nuestras vidas, de nuestros sueños, de nuestro destino, de nuestros planes. Si todavía tú no te has consagrado para Dios es necesario que hoy lo hagas, no puedes seguir sirviendo a Dios si todavía no has consagrado tu vida.

No puede haber un sacerdote de Dios que no esté consagrado. El proceso de consagración como sacerdotes de Dios lleva cuatro partes

Éxodo 29:4 “Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta deltabernáculo de reunión, y los lavarás con agua.”

Aarón y sus hijos para ser consagrados a Dios tuvieron que ser primeros lavados en agua,se sobreentiende que, para ser lavados, primero tenían que haberse despojado de sus vestiduras.

  • Despojarse del viejo hombre


Efesios 4:22-24 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”

Es necesario que como sacerdote nos despojemos de las viejas vestiduras porque las viejas vestiduras están viciadas, están manchadas, son vestiduras inmundas, que traen el pecado de la pasada manera de vivir, con esas vestiduras no podemos presentarnos para servir delante de Dios.

Necesitamos una limpieza externa e interna. Cuando vamos a servir al Señor tenemos que tener nuestras vestiduras sagradas para Dios, necesitamos estar limpios, aseados por fuera y también por dentro, es cierto que el hábito no hace al monje, pero lo identifica.

No podemos servir a Dios con todo nuestro corazón con resentimiento, con amargura, no podemos servir a Dios dando mal testimonio, qué clase de testimonio estaríamos dando las personas que llegan, si es que en iglesia nos ven sirviendo, nos ven sonreír, y en nuestro hogar estamos peleando, discutiendo, si la casa es un infierno, si estamos en iras y en contiendas, divisiones, disensiones orgullos, mentiras y maltrato.

Esa persona no van a creer en Dios, va a decir para que voy a ser cristiano, mejor me quedo así, tu eres un representante de Dios aquí en la tierra, si en nuestra casa somos de una manera, en la iglesia somos una manera diferente, estamos dando mal testimonio, simplemente somos hipócritas, no podemos ser piedra de tropiezo para que las personas, la Biblia dice que aquellos que son piedra de tropiezo es mejor que aten una soga al cuello y se tiren al río, por causa nuestra van a vituperar el nombre de Cristo, necesitamos ser auténticos, en público y en privado necesitamos ser iguales.

Deberíamos permitir que el nuevo hombre sea el que tome el control de nuestra vida, porque el nuevo hombre es el que ha sido creado conforme al corazón de Dios, porque el nuevo hombre es lo que Dios tenía planeado desde un principio, el nuevo hombre es de buen testimonio donde quiera que se encuentre, en el colegio, la universidad, el trabajo, el nuevo hombre es igual en la iglesia y fuera de la iglesia, el nuevo hombre el que renueva constantemente el espíritu, la mente, es el que tiene control de sus emociones, el nuevo nombre es el que da fruto.

El nuevo hombre es el que está habilitado para ser un siervo de Dios, el nuevo hombre es el que tiene la naturaleza y el carácter para servir a Dios, por lo tanto, nosotros como siervos de Dios, no cambiamos de forma, ni de hábito, cambiamos de naturaleza, somos hombres diferentes

Éxodo 3:3 “Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.”

Éxodo capítulo 2, Moisés conocía la realidad, era un hebreo y quería liberar al pueblo de Israel, en su momento pretendió hacerlo, con los contactos, con el poder, con el conocimiento, la inteligencia y la fuerza que poseía, a Dios no le servía un hombre así, Moisés tenía que ser procesado y fue procesado durante 40 años y en ese proceso vemos en Éxodo 33 que todavía Moisés le quedaba una pizca de ese hombre impulsivo e intrépido porque dijo iré y veré.

Éxodo 3:4-5 “Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.”

Cuando Dios ve que hay autosuficiencia, Dios dice no te acerques, no podemos acercarnos a Dios con pecado, con orgullo, las sandalias representaban el pecado tenía, representaba la suciedad por donde Moisés había caminado el polvo, Dios le dijo despójate de todo pecado, de todos los lugares por donde has andado, de todo lo que has adquirido hasta ahora, a Dios no le sirven nuestros títulos, nuestros logros, los cartones, lo que hemos conseguido en el área humana, Dios ¿puede usarlo? Claro que sí, pero muchas veces necesitamos ser reeducados y educados a la manera de Dios

Desde el principio Dios mostró a Moisés que el Ministerio, que el llamamiento era santo, que para poder lograr cumplir a cabalidad este llamado, él tenía que despojarse de todo pecado. Para poder cumplir este ministerio necesitamos ser Santos delante de Dios, necesitamos despojarnos y entrar en ese proceso de educación y reeducación si queremos ser usados por Dios.

Es necesario que los ministros de Dios se despojen de todo lo humano, de todo conocimiento científico para poder ministrar al Señor, el servicio que nosotros realizamos es un servicio espiritual, por lo tanto, el Espíritu es el que tiene que tomar el control y no la carne.

  • Lavados


Éxodo 29:4 “Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta deltabernáculo de reunión, y los lavarás con agua.”

Para servir a Dios es necesario primero están limpios, no solamente una limpieza externa, sino que también necesitamos una limpieza interna, una limpieza del alma, una limpieza de la mente, una limpieza del corazón.
Cada vez que el siervo tiene que servir, es necesario que se presenten limpio delante de Dios, la limpieza tiene que ser no solamente externa, es decir la ropa también tiene que ser una limpieza interna del corazón, el siervo no puede estar con amargura, con resentimiento, con odio en su corazón, no pueda haber falta de perdón en su vida.

Necesitamos revisar de manera constante el corazón, hay que perdonar las veces que sea necesario, el perdonar te ayuda a mantener sano el corazón, con seguridad que no vas a querer perdonar, vas a querer venganza, porque quieres justicia, pero al perdonar, vas a liberar a aquella persona que te hizo daño, ¿Cuántas veces debo perdonar? 70 veces 7, esto quiere decir siempre, todo el tiempo.

Tienes que renovar tu manera de pensar, todo el tiempo hay que llevar los pensamientos cautivos a Cristo y cambiar de manera de pensar.

La limpieza interna es crucial para el siervo, recordemos como Jesús les decía a los fariseos sepulcros blanqueados, pero por dentro estaban podridos, muchos se ven muy bonitos por afuera, pero por adentro su corazón está lleno de odio y resentimiento, lleno de amargura, con falta de perdón, están lleno de muerte.
Es muy importante para un ciervo cuidar el corazón, “sobre toda cosa guardada, guarda el corazón”, por eso como sacerdotes deberíamos todo el tiempo hacernos sanidad interior, todo el tiempo deberíamos perdonar, todo el tiempo deberíamos hacer autocrítica, autoanálisis, reajustes, eso mantiene limpio el corazón.

Malaquías 1:6-8 “El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable. Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe;  ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos.”

Dios no acepta cualquier ofrenda, la ofrenda que Dios acepta es aquella ofrenda que no tiene manchas, qué es inmaculada, nuestro servicio es una ofrenda para Dios, por lo tanto, nada debería manchar nuestro servicio, el servicio queda manchado cuando sirves con desgano, por obligación, en pecado, esa clase de servicio no es agradable a Dios.

Cuando David quiso hacer una ofrenda a Dios, dijo que iba a ofrendar todo lo que le cueste, nuestra ofrenda debe ser algo que realmente nos cueste, ¿cómo se relaciona esto con el servicio? es posible que tú quieras servir en pecado, es fácil servir en pecado, te callas y ya, pero lo que cuesta es perdonar a esa persona, es cambiar de vida, es liberar a aquella persona que nos hizo daño, es renunciar a la venganza, eso realmente cuesta, porque estas muriendo por dentro.

  • Vestirse


Éxodo 29:5-6 “Y tomarás las vestiduras, y vestirás a Aarón la túnica, el manto del efod, el efod y el pectoral, y le ceñirás con el cinto del efod; y pondrás la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra pondrás la diadema santa.”

Algo que me llamó la atención fue que Moisés vistió a Aarón, Aarón no estaba preparado, Moisés fue quien lo preparó y le dio las herramientas para el Ministerio. Nosotros llegamos al  ministerio inservibles, en el servicio es que Dios nos prepara y nos equipa con todo lo que vamos a necesitar para realizar la obra.
Dios te prepara y te equipa, allí en lo secreto para recompensarte en público, no había público cuando David mató al oso y al león, pero todo Israel se enteró que mató a Goliat, allí en lo secreto es cuando el sacerdote necesita ser fiel a Dios.

Pedro al inicio de su ministerio, metía la pata a cada rato, era Pedro mete la pata, en un momento estaba caminando sobre las aguas y al segundo estaba hundiéndose, en un momento Jesús le decía bienaventurado, al segundo después le decía Satanás, estaba dispuesto a morir por Jesús y luego lo estaba negando, pero vemos el crecimiento de Pedro a tal punto que la sombra de Pedro sanaba a los enfermos. Dios lo preparó y lo equipo, Dios puede hacer lo mismo con tu vida.

  • Llenura del Espíritu Santo


Éxodo 29:7 “Luego tomarás el aceite de la unción, y lo derramarás sobre su cabeza, y le ungirás.”

Cuando eres consagrado para Dios, Dios derrama de su Espíritu y allí vemos los frutos

Gálatas 5:22-23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”

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