Éxodo 16:16-20 “Esto es lo que Jehová ha mandado:
Recoged de él cada uno según lo que pudiere comer; un gomer por cabeza,
conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están
en su tienda. Y los hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron unos más,
otros menos; y lo medían por gomer, y no sobró al que había recogido mucho, ni
faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de
comer. Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana. Mas ellos no obedecieron
a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y
hedió; y se enojó contra ellos Moisés.”
Entremos en
contexto, el pueblo de Israel estaba caminando por el desierto, y en un momento
dado, Dios les da pan del cielo (maná), el maná aparecía todas las mañanas en
el campamento excepto el séptimo día. Dios ordenó que recojan lo necesario
todos los días más el sexto día deberían recoger el doble, para poder
alimentarse el sexto y el séptimo día.
Así es nuestra
vida, hay tiempos en los cuales caminamos en el desierto, tenemos pruebas,
luchas, pero también hay tiempos en los cuales estamos en un oasis, con
abundancia y no hay preocupaciones, pero lo interesante es que en aquellos
momentos en los cuales estamos en el desierto Dios siempre provee, las
bendiciones de Dios están allí todos los días, las bendiciones Dios las derrama
sobre justos e injustos, la palabra dice que las misericordias de Dios son
nuevas todos los días, lo de ayer ya pasó, hoy es un nuevo día y este día Dios
va a hacer algo grande en nuestra vida.
Algo que podemos
ver es que algunos israelitas recogían más mana que otros, depende de nosotros
tomar las bendiciones que Dios, algunos aprovechan y toman más bendiciones que
otros, pero lo que toman es suficiente, los talentos, los dones es igual, Dios
derrama sobre nosotros talentos y dones, algunos aprovechan esos dones y esos
talentos y otros no, pero lo que tu aprovechas es suficiente para lo que Dios
quiere hacer contigo.
Lo que Dios nos
da es para que lo administremos, si Dios te ha dado un don y lo guardas, para
Dios ese talento que has guardado apesta, eso que has guardado cría gusanos,
Dios no ha derramado sobre tu vida talentos y dones para que los guardes, me
recuerda la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30), a aquel siervo que
escondió lo que Dios le dio lo llamó siervo malo y negligente, hoy quiero
alentarte a que no escondas tu talento, pero tampoco ese talento es para que lo
agarres y aproveches de manera personal, sino que se lo entregues a Dios, para
que Dios, el día de mañana te dé más.
Éxodo 16:29 “Mirad que Jehová os dio el día de reposo,
y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estese, pues, cada uno en su
lugar, y nadie salga de él en el séptimo día.”
Pero hay
temporadas en los cuales Dios te multiplica esas bendiciones y debes estar
alerta, para tomar las bendiciones de Dios, y lo que no pasó en 10 años puede
pasar en una semana. Porque Dios es así: hace como quiere, cuando quiere y con
quien quiere. Hay tiempos en los que Dios acelera esos tiempos y dejas de estar
en el tiempo cronos del hombre y entras en los tiempos kairos de Dios.
A veces me
sorprendo, como hay personas nuevas en este ministerio que Dios las levantó
como colaboradoras, o personas que Dios las usó para de un momento a otro
colocarlas en sitios de honra, como lo hizo con el hermano Alex Arroyo que de
un momento a otro Dios lo puso en un lugar de honra, él estuvo a cargo del
ministerio unos días y fue un hombre fiel e hizo un buen trabajo, y se le va a
dar una mayor responsabilidad dentro del ministerio.
Pero una vez más
podemos ver que para ello es necesario que exista obediencia y predisposición
en la vida del siervo. Utiliza todo lo que Dios te da y no te reserves nada. El
pueblo de Israel estaba por el desierto y decía: en Egipto tenía pan, en Egipto
tenía agua, en Egipto tenía carne, en Egipto vivía bien, pero era esclavo.
¿Cuántas veces
se te pasó por la cabeza renunciar al ministerio?, ¿Cuántas veces se te pasó
por la cabeza volver al mundo?, mi hermano esa clase de pensamiento no es
pecado, lo que si es pecado es aceptar ese pecado, esos son los dardos del
enemigo que te lanza y cuando estás descuidado te llegan. Por eso es muy
importante estar alerta.
El pueblo de Israel
estuvo en el desierto por 40 años, pero fue así por incrédulo, porque fue un
pueblo quejoso, este pueblo en cuestión de unas 2 semanas pudo haber entrado a
la tierra prometida, pero empezó a quejarse, hizo un becerro de oro y cuando
estaban por entrar a la tierra prometida fueron incrédulos y volvieron al
desierto, no usaron lo que Dios les había dado.
Dios los había
sacado con mano poderosa de Egipto, una nación poderosa, si Dios los había
sacado de aquel lugar no era para dejarlos morir en el desierto, no era para
dejarlos morir entrando a la tierra prometida, Dios los sacó de Egipto para
poseer la tierra prometida, querido hermano Dios te rescató del pecado, de la
muerte, no es para hacer que pases escases, Dios no te sacó de la muerte para
que vivas afanado, turbado, Dios te rescató del pecado para que vivas en
libertad y darte vida eterna.
Marcos 8:4 “Sus discípulos le respondieron: ¿De dónde
podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?”
Había un pueblo
numeroso que había seguido a Cristo al durante tres días, el alimento se había
acabado y Cristo tuvo compasión de este pueblo y decidió alimentarlos, y les
pide a sus discípulos que le den de comer. Los discípulos ya habían visto que
Jesús alimentó a 5000 hombres con unos peces y unos panes, Jesús los estaba
poniendo a prueba.
Pero los
discípulos miraron lo que no tenían, no tenemos pan, no hay dinero, no hay
esto, no hay aquello. Cuántas veces estamos como el pueblo de Israel o como los
discípulos: miramos lo que no tenemos; decimos no tenemos pan, no tenemos
comida, no tenemos esto, no tenemos aquello y nos quejamos. Pero ese no es el
enfoque que debemos dar, tenemos lo más importante, tenemos a Dios de nuestra
parte entonces podemos decir: Jehová es mi pastor nada me faltará. Sabemos que
Dios está en control de todas las cosas.
Lo que Jesús
quería era que nos enfoquemos en lo que si tenemos. Mira el pueblo de Israel
estaban en el desierto y tal vez le faltaban muchas cosas, no tenían las
comodidades o la seguridad que
creemos tener, pero ellos no veían lo que sí tenían, ellos tenían a Jehová
Jireh, Jehová de los ejércitos. Los discípulos no tenían dinero para comprar
pan y aunque tuviesen el dinero, no había donde comprar pan, pero ellos ya
habían sido testigos de una multiplicación, Jesús los estaba probando. Sólo
necesitaban fe.
Mi hermano,
¿Cuál es la situación por la que estás pasando?, Dios te dice no te enfoques en
tu problema, enfócate en Dios y en lo poderoso que es tu Dios. No te enfoques
en aquello que no puedes conseguir o aquello que no tienes, enfócate en lo que
si tienes. Enfócate en tus talentos, enfócate en las misericordias de Dios,
enfócate en lo que Dios te ha dado y en lo que te dará.
En este momento
quiero hacer una analogía, una planta para que crezca sana necesita: agua, sol
y necesita falta de agua; si la planta tiene agua todo el tiempo, las raíces
son superficiales y si viene una tempestad la planta es arrancada porque no
tiene raíces profundas, pero la sequía hace que las raíces busquen en lo
profundo de la tierra agua, entonces cuando vienen las tempestades la planta
permanece.
Mi hermano, si
todo el tiempo vives en un oasis, si no eres probado, si no pasas por pruebas
tu fe es superficial, necesitas ser probado, necesitas pasar por momentos
difíciles, porque esos momentos harán que madures como cristiano, hará que
busques más de Dios, hará que confíes en Dios y en su poder, y rendirás el
control de tu vida a Dios; entonces cuando vengan las verdaderas tempestades en
tu vida. Permanecerás firme porque tus raíces, tu fe, serán profundas y nada te
hará mover. Podrás doblarte, pero no te caerás, porque sabes que Dios está en
control de todo.
Marcos 8:5 “Él les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis?
Ellos dijeron: Siete.”
Cuando dejas de
enfocarte en aquello que no tienes y empiezas a confiar en Dios, Dios hace el
milagro. Dios opera y hace los milagros, porque ya no estás pensando en aquello
que no tienes, sino en aquello que si tienes. La multiplicación se da cuando:
no hay queja en tu vida, miras lo que si tienes, das gracias a Dios por aquello
que te ha dado y empiezas a usar eso que si tienes.
2 Reyes 4:1-7 “Una mujer, de las mujeres de los hijos
de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú
sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para
tomarse dos hijos míos por siervos. Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo?
Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en
casa, sino una vasija de aceite. Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas
prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. Entra luego, y
enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté
llena, ponla aparte. Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y
sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. Cuando las
vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él
dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. Vino ella luego, y lo contó
al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores;
y tú y tus hijos vivid de lo que quede.”
Esta mujer
estaba pasando por una necesidad, busca al profeta Eliseo y Eliseo le pregunta
¿Qué tienes en casa?, la mujer responde que solamente tenía aceite, nuevamente
Dios quiere que te enfoques en lo que si
tienes, no en aquello que te falta. A veces nosotros queremos cosas que no
tenemos, por Ej. A mi me encantaría saber cantar, pero yo canto mal, pero en
lugar de enfocarme en aquello que no tengo y me gustaría tener; no voy a
disfrutar de aquello que si tengo. Si me enfoco en aquello que deseo y no
tengo, como podré aprovechar aquello que si tengo.
Cuando la mujer
se enfocó en aquello que si tenía vino la multiplicación, pero aquí otra
enseñanza: tú le pones el límite a Dios,
el aceite dejó de fluir cuando la mujer dijo ya no tenía vasijas para almacenar
aceite.
Somos nosotros
que detenemos el fluir de la unción, nosotros detenemos la bendición de Dios,
cuando dejamos de orar, cuando dejamos de buscar a Dios, cuando decimos hasta
aquí Señor, cuando ponemos nuestra agenda personal antes que la agenda de Dios,
cuando hay intereses egoístas. Dios tiene grandes planes para tu vida. Pero
quien le pone un alto a Dios, somos nosotros mismos.
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