Lucas 4:8 “Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.”
El hombre fue creado en primer
lugar para adorar a Dios, para tener una relación con su creador y luego para
servirlo, el deseo de servir a Dios viene como consecuencia de una profunda
adoración y reconocimiento de que Dios lo es todo en la vida, cuando se está en
una verdadera relación con Dios, existe un deseo profundo de servir a Dios, de
predicar su palabra de llevar, allí entendemos a Jeremías cuando dice que hay
un fuego en su corazón y que no podía contenerlo y necesitaba hablarlo y
proclamar el nombre de Dios.
Lleva esto al plano natural,
cuando amas a tu esposo/a, le sirves en lo que esté a tu alcance, y no porque
deseas algo a cambio, sino simplemente porque amas a esa persona, lo mismo pasa
con tus hijos, porque haces todo lo que haces por tus hijos, porque los amas,
porque les deseas lo mejor, porque los ayudas. El amor es lo que te lleva a
servir. Es por eso que el verdadero servicio no se puede separar del amor de
Dios.
Pero es necesario tener cuidado,
porque el hombre tiene la tendencia de caer fácilmente en la rutina y los
excesos
Lucas 10:38-42 “Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y
una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se
llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero
Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te
da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas
cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la
cual no le será quitada.”
Vemos la historia de 2 hermanas,
ambas amaban al Señor, pero lo hacían de maneras tan diferentes, mientras que
Marta estaba preocupada por servirle, María quería estar a los pies del
maestro, vemos aquí ambas actitudes de los cristianos hoy en día.
Por un lado tenemos cristianos
que están preocupados por servir al Señor, al principio están en uno, dos y
hasta tres y cuatro ministerios, se llenan de actividades y reemplazan las
actividades ministeriales por la adoración, de pronto te das cuenta que sólo
los ves en la iglesia cuando están sirviendo, pero no los ves adorando o
buscando palabra, si bien es cierto que la adoración los llevó a servir, pero
dejaron de adorar y se concentraron en servir.
Es necesario buscar un equilibrio
entre adorar y servir, porque así como somos siervos tenemos la obligación de
servir, pero también como hijos tenemos el derecho de sentarnos en la mesa del
padre.
Los peligros de olvidarse de
adorar y concentrarse en ser un servidor son
Dejar el primer amor
Apocalipsis 2:1-4 “Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que
tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete
candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y
paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se
dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido,
y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no
has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.”
Se puede llegar a servir sin
amar, esta iglesia era una iglesia espectacular respecto al servicio, era
irreprochable, “Yo conozco tus obras” dice el Señor, con seguridad esta iglesia
crecía, evangelizaba, trabajaba, pero tenía mucho conocimiento, inclusive tenía
la capacidad de reconocer a aquellos que se decían apóstoles y no lo eran.
Pero el problema de esta iglesia
era que había perdido el primer amor, todas esas cosas las hacías sin amor, sin
amor por Dios, sin amor por el hermano, hacían lo que hacían porque habían entrado
en un proceso rutinario, era parte de su cultura, es como dicen soy cristiano
porque nací en cuna cristiana, soy cristiano porque voy a una iglesia cristiana,
voy a la iglesia para calmar la conciencia, sirvo en un ministerio, porque es
lo que se espera que yo haga.
Inclusive esta clase de personas
creen que pueden entrar al cielo por sus propias obras y no por la obra de Cristo
en la cruz.
Mateo 7: 21-23 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el
reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los
cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores
de maldad.”
No se entra al cielo por obras,
es por tener una relación personal con Cristo, no importa que tanto sirvas en
un ministerio, no importa los años, no importa los milagros, si no tienes una relación
personal con Cristo de nada sirve, todo eso para Dios es maldad, es necesario
revisar tus motivaciones para servir a Dios. El tema no es hacer cantidad de
servicio para Dios, el tema es buscar en primer lugar adorar a Dios.
1 Corintios 13:1-2 “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no
tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si
tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese
toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.”
Observa como en los primeros
versículos habla de dones espirituales y de ministerios, pero también habla de
que tiene que ir acompañado de amor, el amor por Dios y por los hermanos es tan
importante al momento de servir.
Jesús resumió toda la ley en dos
mandamientos amar a Dios con todo el corazón, la mente, las fuerzas y el alma,
y el segundo amar al prójimo como a uno mismo; cualquier cosa que hagamos debe
estar acompañada de un amor genuino y verdadero para que tenga validez.
Caer en la religiosidad
Otros de los peligros de dejar
concentrarse en el servicio y dejar de lado la adoración es la religiosidad,
Jesús aborrecía la religiosidad, ese era el gran problema que tenía con los
fariseos, eran hombres religiosos, hacer las cosas por rutina, vivir de
apariencias, aparentar que todo está bien, pero apenas miras un poco y todo
está podrido, hay parejas que viven así dentro de la iglesia, todo parece
bonito, pero los ves un poco y todo está podrido.
Los religiosos se vuelven
legalistas, acusadores, miran, juzgan y critican a los demás, los legalistas no
son misericordiosos, Jesús decía quería misericordia.
Oseas 6:6 “Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento
de Dios más que holocaustos.”
Mateo 9:13 “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero,
y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al
arrepentimiento.”
Mateo 12:7 “Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no
sacrificio, no condenaríais a los inocentes;”
La misericordia es producto del
amor, si no se tiene amor no se tiene misericordia.
Es bien servir, está muy bien,
pero mucho mejor es servir con amor.
Romanos 8:29 “Porque a los que antes conoció, también los predestinó
para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos.”
Dios siempre ha tenido el deseo
de que seamos sus hijos, y como todo hijo menor sigue el ejemplo del hermano
mayor y siendo Jesús nuestro hermano seguimos su ejemplo de vida, al analizar
la vida de Jesús, encontramos a un hombre que su vida se centró en adorar y
servir a Dios, todo el tiempo lo encontramos orando, enseñando, sanando,
predicando, supliendo necesidades, de hecho leemos en:
Mateo 20:28 “como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino
para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
Jesús al venir tuvo dos misiones, la una era servir, y vemos su vida sirviendo en todo tiempo y en todo lugar, servía al pueblo, al necesitado, pero la segunda era entregar su vida, y aquel que da su vida por otro tiene un amor muy grande, entonces vemos que Jesús todo lo hizo con amor, su servicio fue con amor, porque fue tan grande su amor que entregó su vida a cambio de la nuestra.
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