viernes, 5 de enero de 2024

Recibes lo que esperas

Marcos 6:5 “Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos.”

Mateo 13.58 “Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.”

La Biblia narra que Jesús no hizo muchos milagros en su tierra, el motivo la incredulidad de ellos; hoy en día sucede lo mismo, cuando vamos a la iglesia es probable que no recibamos lo que Dios tiene para nosotros, porque no vamos con la actitud correcta, con la perspectiva correcta.

Es probable que estemos yendo para calmar la conciencia, para encontrarnos con alguien, por cumplir con un compromiso, vamos y cualquier cosa nos distrae: el hermano, la hermana, las luces, la bulla, el ruido, el celular; incluso podemos cuestionar al predicador, no nos gusta el tono de voz, la manera como predica.

Podemos cuestionar al predicador, podemos llegar a familiarizarnos con él, porque somos amigos, o porque lo vimos crecer y llegar a cuestionar como Dios lo está usando, en fin… pueden ser innumerables los motivos por los cuales no recibimos un milagro de parte de Dios.

Incluso hoy mismo, sin necesidad de ir a la iglesia, nosotros mismos podemos no recibir el milagro de Dios, por causa de la incredulidad, oramos sin creer que recibiremos, dudamos de que Dios pueda hacer un milagro, dejamos que nuestra mente lógica gane a nuestra fe.

Me gusta mucho la actitud de un padre, cuyo hijo estaba endemoniado

Marcos 9:23-24 “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.”

Muchas veces la desesperación es la que nos hace creer, o buscar realmente a Dios, y cuando no encontramos otra alternativa y gastamos todas las posibilidades humanas buscamos a Dios, que no suceda llegar a este extremo, busquemos ahora a Dios. Y cómo dijo este hombre si existe duda, incredulidad, pídala a Dios.

Santiago (1:6) nos anima a que pidamos con fe, sin dudar, creyendo que vamos a recibir lo que pedimos, me impresiona como la mayoría de los milagros que hace Jesús, son milagros donde la gente se acerca creyendo que va a recibir lo que busca.

Este es el tiempo de acercarte creyendo que vas a recibir lo que pides, cree que vas a recibir tu milagro, cree que Dios va a operar, aunque tus ojos no lo vean, cree que Dios está trabajando, está abriendo puertas, está haciendo conexiones, está tocando corazones.

Sólo es cuestión de tiempo para que puedas ver tu milagro realizado.

Pero si no lo recibes todavía, no dudes, porque predicar, mantenerte con fe, sirviendo, creyendo en el Dios todopoderoso es un testimonio mucho más fuerte, que aquel que se mantiene con fe habiendo recibido su milagro.

Lo que quiero decirte es que un milagro no puede marcar la diferencia entre creer o no creer, entre servir y no servir, Él te ha dado un regalo mucho más grande y te ha dado un milagro mucho más grande, se llama vida eterna, se llama salvación.

No dejes de creer, esta es tu temporada.


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