Mateo 14: 22-24 “En
seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la
otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud,
subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya
la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era
contrario.”
Jesús escoge a 12 hombres para que lo sigan y
en un momento determinado, les pide que crucen el mar “solos”, mientras ellos
estaban solos, las aguas se agitan, mueven el bote de un lado a otro, todo
porque el viento les era contrario, a pesar de ser obedientes a Jesús, ellos
encontraron dificultades para cumplir lo que se les había encomendado.
Es muy probable que, siendo obedientes a Dios,
amándolo, sirviéndolo, haciendo todo lo que nos pide, encontremos dificultades
en nuestras vidas, encontramos obstáculos qué nos impiden avanzar, recordemos
cuando decidimos consagramos a Dios, todas las críticas que recibimos: te están
lavando el cerebro (y bien lavado, porque Dios limpia toda la basura que
recibimos durante tantos años), el bullying que recibimos por parte de nuestros
parientes y amigos, como nos van haciendo a un lado de las reuniones, en otras
palabras poco a poco nos van separando de su círculo social.
Al ver los obstáculos en su nueva vida, es
probable muchos decidieron retornar a su vieja vida, en cambio otros
continuaron remando a pesar de que las dificultades. Pero preste atención a
esto, dice que el viento era lo que hacía que la barca sea azotada por las
olas, sea cual sea el obstáculo, nuestra lucha no es contra carne y sangre,
sino contra principados, potestades, gobernadores de las tinieblas (Efesios
6:12), y por supuesto que ellos utilizan las circunstancias y las personas
cercanas a nosotros para que no avancemos en nuestro ministerio y nuestro
llamado.
Los discípulos al ver que no podían avanzar, al
ver el viento, al sentir que las olas le impedían avanzar, pudieron volver a la
orilla, esperar en un lugar seguro, no gastar sus fuerzas y esperar a que la
tormenta pasara, pero me llama la atención que los discípulos no desistieron,
sino que fueron perseverantes y más que perseverantes fueron obedientes a las
instrucciones de Jesús. Esa actitud es digna de imitar, necesitamos ser igual
que ellos, perseverar en el llamado a pesar de la adversidad, a pesar de las
pruebas, porque la vida cristiana es una constante lucha, pero sabemos que a
cada paso el Señor nos dará la victoria.
Marcos 6:47-48 “y al
venir la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra. Y
viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de
la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería
adelantárseles.”
Viviendo en lo natural
Podemos ver que Jesús está observando perseverar
a sus discípulos, quería saber si ellos volvían al primer problema, si vuelves
al primer obstáculo, no eres digno de mi dice el Señor: las personas que
vuelven se convierten es estatuas de sal, mirando el pasado, mirando lo cómodo
y tranquilos que estaban.
Cree que Jesús le iba a encomendar evangelizar
el mundo entero a un grupo de personas que renuncia al primer problema, a un
grupo de vagos, de flojos, ¡por supuesto que no!, hay una frase que digo de
manera continua, “hago lo que tengo que hacer”, no importa la circunstancia, no
importa los problemas, no importa las dificultades, simplemente hago lo que
tengo que hacer porque es Dios, quien me va a pedir cuentas de aquello que me
ha confiado: familia, talentos, dones, ministerio.
No te voy a negar, muchas veces vamos a querer
renunciar al ministerio, nos vamos a sentir cansados, agobiados, porque el
ministerio es agridulce, a veces es dulce como la miel, pero otras, amarga como
la hiel, los problemas se van a levantar, quiero que observes que los
discípulos estaban remando con gran fatiga, estaban sin Jesús.
Cuando pretendes servir en un ministerio sin
Jesús, te vas a cansar, te vas a fatigar, te vas a afanar, porque estás
haciéndolo en un plano natural, en tus propias fuerzas, viviendo lejos de Dios,
el ministerio va a ser una carga para tu vida.
Por eso que nosotros necesitamos vivir en un
plano sobrenatural, buscando de Dios, pidiéndole que Dios sea dándonos fuerzas
nuevas, renovando nuestra fuerza dando como la de un búfalo, para poder
enfrentar los obstáculos.
Vivir una vida con
amor/lealtad
En las dificultades es donde se demuestra el
verdadero amor, recuerden cuando hicieron los votos del matrimonio: prometieron
estar al lado de su pareja en los tiempos buenos y malos, en la salud y
enfermedad, en la abundancia y la escasez; el verdadero amor se muestra en esos
tiempos cuando las cosas van mal, la lealtad/compromiso se muestra cuando las
cosas no salen como esperábamos. Me impacta la vida de Job, como a pesar de
todo lo malo que le estaba pasando, no se quejó contra Dios, sino que permaneció
fiel.
Es mas dijo: si recibí lo bueno, porque no voy
a recibir lo malo (Job 2:10).
El amor es un tema de lealtad, ¡vamos a servir
a Dios con plata y sin plata!, ¡vamos a servir a Dios en abundancia y en
escases!, ¡vamos a servir a Dios con paro y sin paro!; ¡nada hará que
renunciemos a nuestro Señor!
No es necesario que te estén recordando lo que
tienes que hacer, lo debes hacer por voluntad propia, no es necesario que te
llamen para hacerte recuerdo que debes orar, que tienes que leer, que debes ir
al discipulado, que tienes que ir al servicio, que es necesario que hagas el
devocional, a pesar de todos los problemas que puedas llegar a tener, sabes que
estás haciendo lo que tu Señor quiere, porque
lo amas.
Recuerda que es Dios, quien te está mirando,
que te está observando y no importa si te ven o no te ven, es Dios quien mira
tu actuar, tu proceder, cómo lo sirves, tu responsabilidad, si en secreto te
humillas, lo buscas, en público Dios te va a exaltar.
Este no es un tema de capacidad o de inteligencia,
es un tema de perseverancia, de permanecer, de ser fiel, de ser leal. Si vemos
a los discípulos de Jesús, eran ladrones, pescadores, gente no preparada, pero
ellos decidieron dejarlo todo para seguir al Señor, ellos fueron perseverantes,
tenían sus problemas y complejos, si por supuesto, como cualquiera, pero aquí
lo que se puede rescatar fue la perseverancia.
Si fuésemos capaces, entonces entraría el
orgullo, la vanagloria y la gloria solamente le corresponde a nuestro Creador.
Viviendo en lo
sobrenatural
Mientras ellos no decían nada, Jesús solamente
observaba, solamente cuando ellos clamaron a Jesús, ¡él los ayudó!
Eso pasa en nuestra vida o en el misterio,
cuando haces las cosas sin buscar a Dios, te vas a cansar, vas a remar vano, el
ministerio va a ser una carga, con tus ojos naturales vas ver los defectos de
las personas, vas a cuestionarlo todo, porque estás viviendo en un plano
natural, no vas a avanzar en el ministerio, no vivirás una vida de poder.
Pero cuándo empieza a clamar todo cambia, cuando
empiezas a hablar con el Señor, dejar que Él te guie, es cuando empiezas a
vivir una vida sobrenatural, Pedro le dijo si eres tú manda que yo camine sobre
las aguas y el Señor le dijo ven.
En ese momento Pedro a pesar de las olas, el
viento, de la tormenta, se bajó de la barca y empezó a caminar, Pedro tenía la
mirada puesta en Jesús, no en las circunstancias.
¿Cómo estás viviendo en este momento?
¿Vives mirando lo natural, las crisis, los
defectos, los problemas?, o ¿Tienes la mirada en Cristo y las promesas que
tiene para nosotros?, mientras tengas la mirada puesta en Jesús, nada te va a
impedir estar en lo sobrenatural, viendo milagros, prodigios, crecimiento en el
ministerio, las excusas se van a acabar.
Todo cambió cuando Pedro apartó la mirada de
Jesús y prestó atención a las circunstancias que lo rodeaban, Pedro empezó a
tener miedo y fue cuando Pedro empezó a hundirse.
No importa si eres pastor, profeta o apóstol si
apartas la mirada de Jesús, en ese momento van a empezar los temores, las
dudas, y te hundirás en la depresión y los problemas, por eso es importante que
nunca apartes la mirada de Jesús.
Si miras al hombre, el hombre te puede fallar,
se puede equivocar, el hombre puede cometer errores, pero Cristo siempre va a
estar a un paso de poder darte una mano y sacarte de los problemas como lo hico
con Pedro.
Mateo 14:31 “Al
momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe!
¿Por qué dudaste?”
Podemos ver que Pedro nuevamente clamó para
poder ser ayudado.
Cuando miramos los milagros que hizo Jesús, la
mayoría fue de gente que arrebató su milagro, fueron personas que no se
quedaron quietos:
- El ciego Bartimeo, clamó a Jesús.
- La mujer con flujo de sangre, se arriesgó y
tocó el borde su manto.
- Los chicos que hicieron un hueco en el techo y
bajaron al paralítico
- El centurión, dijo: di la palabra
- La cananea, que a pesar de ser insultada,
perseveró clamando el milagro.
Cuando tienes la actitud correcta, Dios puede
hacer el milagro en tu vida.
Mateo 14:32 “Y cuando
ellos subieron en la barca, se calmó el viento.”
Volviendo a Pedro y Jesús, de manera personal
No creo que Jesús hubiese vuelto a nadando, creo que volvió caminando y creo
que Pedro también volvió caminando.
Los vientos nunca se calmaron, los vientos permanecieron,
los problemas, las dificultades siempre van a estar presentes en nuestra vida, pero
vamos a tener al Espíritu Santo a nuestro lado para ayudarnos, fortalecernos,
empoderarnos, vamos a vivir una vida sobre natural.
¿Con pruebas, con luchas?, si, ¡pero en
victoria!
Los vientos se calmaron, solamente cuando subieron
a la barca, mientras remaban, mientras caminaban los vientos estaban presentes.