1 Corintios 15:58 “Así
que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del
Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.”
Dios nos alienta a crecer todo el tiempo, para
crecer es necesario salir de nuestra zona de comodidad, esta zona no es un
lugar físico, es un estado donde nos sentimos cómodos con los resultados
obtenidos, donde las aspiraciones están cumplidas y vivimos alejados de las
presiones. Vivir en la zona de comodidad no es necesariamente algo bueno, es
algo a lo que ya estás acostumbrado, es algo que ya conoces, por ejemplo:
puedes acostumbrarte a vivir atascado en el tráfico, a vivir sin dinero, a que
tu jefe te maltrate, a que te exploten en el trabajo, a hacer las cosas a
último momento, puedes acostumbrarte a vivir en escases, son cosas que tal vez
no te gusten, pero te has acostumbrado a vivir de esta manera, y te sientes
extraño cuando no vives así, por ejemplo si estás acostumbrado a vivir atascado
en el tráfico, te resulta extraño cuando llegas temprano porque no hay tráfico,
si estás acostumbrado a vivir sin dinero cuando te pagan, lo primero que haces
es gastarlo todo, para quedarte nuevamente sin dinero y de esta manera volver a
tu zona de comodidad.
¿Qué hay fuera de la
zona de Comodidad?
Está la zona de aprendizaje, la zona de aprendizaje
es aquella zona donde adquieres conocimiento, donde experimentas situaciones y
vivencias diferentes a las que estás acostumbrado, entras a la zona de
aprendizaje cuando vas a la escuela, a la universidad, al instituto, cuando
viajas, cuando escuchas una prédica que te desafía, cuando conoces otras
culturas, cuando realizas actividades diferentes a las que estás acostumbrado a
hacer, en la zona de aprendizaje tu mente y la visión se expanden.
Más allá de la zona del aprendizaje, está la
zona del desafío mucha gente sale de la zona de comodidad, llega hasta la zona
de aprendizaje, pero no se atreve a entrar a la zona del desafío, porque es una
zona desconocida, es una zona donde puedes lastimarte, donde puedes fracasar,
donde puedes perder y porque tienen miedo no se atreven a salir más allá de la
zona de aprendizaje.
Quiero hacerte una pregunta muy importante,
¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?, sólo piensa por
instante cuando fue aquella vez que experimentaste algo nuevo, algo que nunca
antes habías hecho, me explico mejor, hoy te subes a una bicicleta y sabes cómo
pasear en ella, seguramente aprendiste a usar una bicicleta cuando eras niño,
pero en algún momento en tu vida te subiste a una bicicleta por primera vez,!
justo a eso me refiero!, tal vez digas: “no tengo nada nuevo que hacer”, si
dices eso es porque estás en una rutina que no te deja ver más allá, de manera
personal casi todos los años experimento cosas nuevas, sensaciones nuevas,
busco experimentar algo nuevo en mi vida.
Si no experimentas nada nuevo, el día de mañana
te vas a preguntar ¿Qué hubiese pasado si…?
- ¿Qué hubiese pasado si me hubiese arriesgado en este proyecto?
- ¿Qué hubiese pasado si me hubiese comprometido más?
- ¿Qué hubiese pasado si hubiese peleado por mi matrimonio?
- ¿Qué hubiese pasado si hubiese buscado más de Dios?
- ¿Qué hubiese pasado si hubiese rendido esta área de mi vida a Dios?
Has algo nuevo en tu vida.
Dios te bendiga
Si estas palabras fueron de edificación para tu
vida, compártela
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