Éxodo 3:1-4
“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó
las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le
apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él
miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces
Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no
se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la
zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.”
Me llama mucho la atención que Moisés llegó
hasta el monte Horeb (Monte de Dios), pero llegar hasta ese lugar no fue fácil,
tuvo que pasar un desierto. Creo que esta historia, se parece mucho a nuestras
historias, para poder encontrarnos con Dios tenemos que pasar desiertos
(pruebas), muchos llegamos con una vida destruida, con montañas de problemas,
otros con enfermedades; hasta es posible que busquemos a Dios como último
recurso para la solución de algún conflicto ya sea interno o externo.
Así estaba Moisés, sólo, olvidado por todos, no
creo que ser pastor de ovejas hubiese sido el sueño de Moisés, recordemos que
era príncipe en Egipto, con grandes aspiraciones en su futuro, es posible que
en su juventud se hubiese visto como el salvador de Israel; pero en lugar de
eso era el pastor de las ovejas de su suegro, ni siquiera eran sus propias
ovejas.
Te pregunto ¿Qué soñaste cuándo joven? ¿Qué
querías ser? ¿Doctor?, ¿Piloto?, ¿Futbolista?, lograste tus sueños, si es así,
felicidades, eres de los pocos, la mayoría no lo consigue, la mayoría tiene
sueños rotos y destrozados, creo que así estaba Moisés. En esas circunstancias
se encontró con Dios.
Para encontrarse con Dios Moisés tuvo que ir a
lugares donde no estaba acostumbrado a pastorear, allí en la soledad, lejos de
todos, tuvo un primer encuentro con Dios, Me gusta mucho como Dios se presenta
a Moisés, en forma de una zarza ardiente, pero eso no fue suficiente para él,
Moisés quería más.
Lo que te quiero decir, es que Dios se va a
presentar a tu vida, pero si quieres más de Dios vas a tener que acercarte, si quieres
entrar en otro nivel de relación con Dios, necesitamos hacer algo diferente a
lo que estamos acostumbrados a hacer, necesitamos ir más allá: orar más tiempo,
adorar más tiempo, leer más tiempo, meditar más tiempo, ayunar más seguido.
A medida que Moisés se acerca, Dios se le va
revelando, hasta llegar a decirle su nombre: SOY EL QUE SOY.
Santiago 4:8 “Acercaos
a Dios, y él se acercará a vosotros.”
Este año que está empezando, haz algo
diferente, procura entrar en amoríos con tu Señor, entra en nuevas dimensiones.
Dios te bendiga
Si este mensaje ha sido de bendición para tu vida, compártela con otros
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